Arquitectura Popular Tradicional
del Valle de Los Anchos
(Sierra de Segura)
© Matterhorn (R.L.R.) 1998. Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual 21-01-1999 (00/1999/5581). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación.
Publicado en 1999 por "El Toro de Caña", revista de cultura tradicional de la provincia de Jaén nº 5
I.S.S.N.: 1138-7297
Publicado en 1999 por "El Toro de Caña", revista de cultura tradicional de la provincia de Jaén nº 5
I.S.S.N.: 1138-7297
INDICE
.- Introducción
- Reseña Histórica.
.- El Medio Físico
Orografía.
El Clima.
Accesos.
.- Arquitectura Popular.
.- Características de la Arquitectura
Popular.
.- Materiales de Construcción.
Adobe.
Arena
y Grava.
Barro
de arcilla.
Cal.
Cañas.
Madera.
Toba.
Yeso.
Piedra.
Cerámica.
.- Herramientas.
.- Tipologías edificatorias.
.- Estructura.
.- Forjados.
.- Tejado.
.- Cerramientos.
.- Interiores.
.- Obras auxiliares.
Contrafuertes.
Escaleras
y pasarelas.
Bancos.
Lonjas.
Drenajes.
Cuadrillas
y cocinillas.
Hornos.
.- Obras comunales urbanas.
Iglesia
y “Simenterio” (Cementerio).
Lavaderos.
Fuentes.
Paratas
urbanas.
Calles.
.- Obras agrícolas e industriales.
Paratas.
Albercas.
“Tinás”.
Eras.
Molinos.
.- La Arquitectura del Poder.
La
casa forestal de El Bodegón.
.- Problemática reconstructiva
actual.
A
la búsqueda de una casa.
Problemática
legal.
Manos
a la obra.
.- Bibliografía.
.- Epílogo.
INTRODUCCION
Hemos visto pasar una caravana de unos 100 vehículos todo terreno por la
aldea de “Prao Maguillo” (Prado Maguillo). Algunos pasaban a gran velocidad con
la consiguiente dosis de decibelios procedentes del motor y rodadura, pero la
tónica común a todos ellos era la mirada de sus ocupantes perdida en el carril.
De repente uno de los conductores detiene el coche a instancias del acompañante
y, por fin, ellos lo ven. Es el maravilloso valle de “Prao Maguillo”. Sin
excesivo afán de crítica hacia estos efímeros turistas, pensamos que la Sierra
de Segura puede empezar a mercantilizarse en exceso como le ha ocurrido a
Cazorla, por lo que la figura de Parque Natural parece ser más explotadora que
proteccionista.
Hace unos cuantos años nos comentaba Joaquín el de “La Cañá del Sabucal” (Cañada del Saúcar) que el
cáncer se está extendiendo lenta pero inexorablemente y que, a la vista de lo
acontecido, puede que haya que mudarse a otro sitio. Certera premonición la de este singular personaje que habita el
cortijo más elevado del valle a más de 1.400 mts. de altitud. No se trata de
convertir la zona en el coto privado de los que allí tenemos propiedades, sino
de mantener lo más inalteradamente posible la zona pues a nuestro entender
sobreexplotación = ruina.
Hoy en día que nos preocupamos de investigar en lugares remotísimos,
inexpugnables y recónditos en busca de culturas vírgenes que han mantenido
inalterables sus tradiciones y lo vemos como algo asombroso y hasta idílico,
quizá no nos damos cuenta que eso mismo, con igual o mayor riqueza etnológica,
lo hemos tenido hasta hace una década a la vuelta de la esquina y no le hemos
prestado atención. Me refiero con esto último a la Sierra de Segura, ya que la
zona de Cazorla fue degradada mucho antes, que poco a poco va colonizándose de
gente de ciudad en detrimento de sus pobladores tradicionales cuyos hijos han
emigrado (Villareal parece que fue la tierra prometida para el serrano joven,
ahora nostálgico de sus orígenes) y ellos van muriendo al ser ya mayores. Puede
que esta sea una evolución lógica y sostenible para el futuro segureño,
pudiendo de esta forma evitar el advenimiento de insaciables especuladores que
solo piensan en el turismo cinegético y en campos de golf serranos para que,
una vez agotado el filón y cambiado el modo de vida de algunos pobladores,
marcharse a otros lugares que sean fáciles de esquilmar.
“Cuando la dejaron, sus
propietarios demolieron, erigieron, reformaron. Y su bello gallinero, a modo de
serrana logia, se perdió para siempre tras una estúpida pared de bloques de
cemento gris." (Berges Roldán 1986).
“Hace unos años quedó vacía. Poco a
poco los tejados se hunden arrastrando muros. Convertidos en un montón de
piedras, se van fundiendo con la tierra”. (Berges Roldán 1986).
A pesar de la actividad humana y sus cambios, hay algo que no varía y es
el férreo dominio que la naturaleza ejerce, imponiendo su ley sin prisa pero
sin pausa. Al contrario que en la ciudad donde residimos habitualmente, las
estaciones se manifiestan en todo su esplendor y el rigor invernal invita a
acudir con mayor frecuencia.
Nos centraremos en la aldea de “Prao Maguillo”, aunque también haremos
referencia a otras como “La Cañá”, El Chaparral, Los Anchos, "Maja
Oscura", etc.
Este trabajo no pretende ser un estudio técnico dado que nuestros
conocimientos son escasos. Tampoco pretendemos ser los salvapatrias locales ni pecar de falsa modestia a sabiendas de que
es difícil evitarlo. Sólo se trata de no dejar perder en el olvido algunas
técnicas constructivas que, aunque similares a las de otros sitios, poseen unas
características diferenciales y se han venido realizando tradicionalmente en
este valle.
En numerosas ocasiones haremos mención a Luis Berges Roldán (Berges
Roldán 1986). que con su breve pero interesante trabajo “Arquitectura rural de
la sierra de las cuatro villas” es punto de referencia casi obligado.
RESEÑA HISTÓRICA
Resulta difícil imaginar como serían estas sierras y en especial el Valle
de “Prao Maguillo” de 100 años para atrás. Si hoy en día con vehículos todo
terreno y un carril más o menos transitable, el acceso se hace dificultoso, no
serían muy frecuentes las visitas de personas a esta zona en tales fechas.
La Sierra de Segura conoció pobladores de la cultura Argárica, Tartésica,
e Ibérica en general pero la época de mayor esplendor corresponde al dominio
del Islámico, no encontrándose en “Prao Maguillo”, al menos que sepamos,
vestigio de tales fechas. La Orden Militar de Santiago conquista la zona en el
período 1235 y 1242 otorgándose a Segura una especie de autonomía.
En el siglo XVIII se acarreaban troncos por los ríos Guadalquivir, Segura
y Guadalimar para los astilleros de Cádiz y Cartagena, creándose la provincia
marítima de Segura con jurisdicción en bastos y recónditos contornos.
Juan Luis González Ripoll en su novela “Los
Hornilleros” (1979) relata:
“Hace ya muchos años, dieron un decreto diciendo que todo aquel que
quisiera ocupar los montes de realengo, a lo ancho y a lo largo del río
principal y de sus afluentes, podía aposentarse donde quisiera y amojonar las
tierras que escogiera para sacarlas de terreno nuevo y ponerlas en cultivo.
Fue entonces cuando se dejó venir una avalancha de gente de la parte de
Yeste y de las Juntas de Río Madera, también de Albacete y sierras de Almería y
del este y levante.
Una vez que habían marcado las lindes levantaban unas perchas para
aserrar el pino blanco de la montaña arriba, y lo desdoblaban para sacar vigas
y colañas con las que hacer unas buenas techumbres, y para levantar los muros
acarreaban piedras y las iban trabando o hacían adobes, para que la obra
resultara firme y resistiera los fríos y las nieves”.
En un reciente viaje a la zona de Garrucha hemos podido comprobar como la
forma de construir los muros principales de los cortijos es exactamente la
misma que en esta parte de la sierra. Por tanto cabe preguntarse si la
arquitectura popular tradicional de la Sierra de Segura y en particular del
valle de "Prao Maguillo" no es una mezcla del conocimiento
constructivo de diferentes lugares, adaptado al medio y a los materiales de
construcción disponibles.
EL MEDIO FISICO
OROGRAFIA
La complejidad orográfica de toda la zona tiene un claro y al mismo
tiempo atípico representante en este valle de Los Anchos. Recorriendo otros
valles correspondientes estos a otros
arroyos de la zona de similar longitud, observamos que la tónica general es el
valle en “V” profunda sin apenas sitio en las márgenes del mismo, especialmente
en su curso alto. Sin embargo, casi desde su nacimiento, el arroyo de Los
Anchos dispone de un cauce con poca pendiente donde proliferan las vegas
cultivables en cuyas proximidades se asientan los núcleos de población. Por el
contrario, a partir de La Conquista y hasta la Venta de Rampias donde desemboca
en el Río Madera, toma una fuerte pendiente y se encajona mucho en algún tramo
(La Molineta), desfavoreciendo su poblamiento.
El arroyo discurre de norte (nacimiento) a sur, encontrándose al saliente
de la zona de Los Anchos la llamada “Raja”, murallón calizo correspondiente al
Calar del Cobo en el que se encuentra el pico de mayor altitud de la zona
llamado pico Cobos o Cerro de la Misa de 1.794 mts. de altitud. Al ocaso
topamos con la enigmática loma del Mirandante, de la que se cuentan historias
de tesoros escondidos en algún recóndito lugar de esta.
La aldea de
"Prao Maguillo" se encuentra situada a unos 1.350 mts. De altitud,
estando solo la “Cañá del Sabucal” un poco más alta y más aun la casa forestal
de “El Bodegón”, enclave magnífico desde el que se domina todo el valle y que
es una de tantas casas forestales que gracias al desinterés de la
administración esta siendo expoliada y se encuentra en semiruina. En este
último caso estaríamos hablando de un ejemplo clásico de “arquitectura del
poder”.
CLIMA
Dadas las características orográficas del lugar podemos suponer que el
clima se corresponde con el de una zona continental de media montaña con
veranos suaves e inviernos largos y rigurosos, con frecuentes nevadas y el
mercurio habitualmente por debajo de 0º, aunque últimamente los inviernos se
están suavizando bastante. Aun así, las estaciones se siguen mostrando con sus
peculiaridades y basta echar una rápida ojeada al valle para saber en que
estación estamos. Desde los meses de noviembre a mayo no debemos descartar
alguna helada o nevada. Precisamente el día 1 de mayo de 1993 cayó una copiosa
nevada que además de sorprendernos agradablemente, casi no nos permitió salir
de la aldea. La temperatura media correspondiente al mes de enero se sitúa en
torno a los 5 grados, elevándose hasta los 23 en julio.
En la época estival los días son calurosos pero, al anochecer se hace
necesario alguna prenda de abrigo ya que
suele refrescar bastante. Los emigrantes vuelven, los cortijos se llenan de
gente y las obras proliferan por doquier.
Visto lo anterior y dada la precariedad de los medios de calefacción
disponibles, veremos más adelante como la vivienda y su distribución interior
se adaptaban, en la medida de lo posible, que no era mucho, al clima, intentando
aminorar el impacto de los fríos.
ACCESOS
Existe un carril longitudinal que recorre todo el valle partiendo de la
Venta de Rampias hasta el “Collao de Gontal” donde se divide en dos, si
torcemos a la derecha bajaremos por la Peña el Horno y la Peguera del Madroño
hasta la carretera de Las Juntas y si lo hacemos a la siniestra llegaremos,
bordeando El Espino (1.722 mt.), hasta la carretera que va desde la Casa
Forestal de Navalcaballo hasta Yeste. Este carril fue construido hace unos 40
años y hasta entonces solo existía una vereda y el acceso se hacía a pie o en
caballerías. Histórica reivindicación es el asfaltado de este carril por parte
de muchos vecinos y emigrantes retornados en época de estío. Cada vez los
rumores son más fundados de que este anhelo pueda verse convertido en realidad.
También existe un pequeño sector crítico que duda de los beneficios que
proporcionaría este asfaltado.
También se puede acceder a Prado Maguillo desde el Campamento de la
Morringa, en las proximidades de Río Madera (o cortijo de Rocanales).
Construido más recientemente que el anterior, a fuerza de pico, pala y barrenos
por varias brigadas de obreros, se haya en muy mal estado pero se ahorra camino
con respecto al de la Venta de Rampias y además el desnivel a superar es menor,
no existiendo las fuertes rampas que posee el otro.
ARQUITECTURA POPULAR
Podríamos
definir la arquitectura popular como el arte y la técnica de proyectar,
construir y transformar el entorno vital de un grupo o grupos humanos, realizándose
todo ello por individuos salidos del propio grupo y considerando que el
concepto arte, habrá de tomarse muchas veces más como habilidad o acierto que
en el sentido académico que suele darse a esta expresión (De Curso de
Arquitectura y Decoración Rural y Tradicional. José Carlos Sánchez 1997).
A pesar de lo anterior y atendiendo a las diferencias que establecen
algunos autores diríamos que se puede hablar, por lo que a la zona de Los
Anchos se refiere, de arquitectura popular en toda su extensión y no de
construcción popular. Esto es de aplicación hasta hace 40 o quizás 35 años pero
a partir de esa fecha y hasta la actualidad no es el propio morador ayudado por
su familia y vecinos el que proyecta y construye el edificio sino que
interviene un albañil aunque este siempre es ayudado siguiendo las directrices
que marca el propietario manteniéndose de alguna manera las características
tradicionales en la construcción.
No es que hoy en día la arquitectura popular de esta zona haya
desaparecido porque se siguen haciendo obras ejecutadas por el propietario del
inmueble o ruina pero no es arquitectura popular “tradicional” pues se desechan
los materiales que tanto trabajo costaron acarrear para construir el edificio
en favor de materiales prefabricados y se han abandonado las técnicas y
materiales de siempre para rendir un culto casi idólatra al hormigón y a los
materiales derivados de él.
“Cuando nos
conocimos (Aniceto) me preguntó:
n Y
usted, ¿qué es?
n Arquitecto,
le dije.
n Arquitecto
somos tos, me respondió. Lo que yo le pregunto es de que come” (Berges Roldán 1986).
CARACTERISTICAS DE LA ARQUITECTURA
POPULAR
Las características de la arquitectura popular
predominantes en la zona coinciden en muchos aspectos con las de otros puntos
distantes geográficamente y sirven para diferenciarla claramente de la
arquitectura culta o profesional. A continuación, para ofrecerlas como
complemento interesante y divulgativo, ofrecemos un resumen de las enunciadas
por C. Flores (1974):
"1.-Enraizamiento en la tierra y en el
pueblo. Surge como una respuesta casi siempre inmediata o directa- a las
necesidades y posibilidades de sus usuarios y a las exigencias derivadas de la
tradición religiosa y cultural de la zona geográfica en que se produce.
2.- Predominio del sentido utilitario que
informa de todo el vivir de sus creadores-usuarios. Funcionalismo hasta donde
los limitados conocimientos técnicos de sus autores permiten llegar.
3.- La arquitectura popular se encuentra
siempre fuertemente ligada a la tradición, no sólo respecto de las técnicas
constructivas sino en cuanto al sentido plástico y a la manera de distribuir
los diversos recintos. Esta íntima relación con el suelo, el clima, los
conocimientos y la tradición del país confiere a esta arquitectura un carácter comarcal y aun local.
4.- La arquitectura popular raramente
introduce innovaciones gratuitas. Cuando admite una novedad lo hace apoyándose
en razones lógicas muy poderosas. El arquitecto popular , al construir su casa,
da por supuesto, tácitamente, que será semejante a todas las demás que le
rodean. Tanto su preocupación eminentemente utilitaria como cu acatamiento a
los esquemas tradicionales harán su obra difícilmente accesible a la frivolidad
o al pintoresquismo. Aun aquellos valores que un observador ajeno pudiera
encontrar en ella como pintorescos serán resultado, por lo general, de
planteamientos ajenos substancialmente a tal preocupación.
5.- La arquitectura popular se caracteriza
por un enfoque mental en el que apenas hay lugar para la afectación o la
frivolidad. Es la arquitectura del sentido común.
6.- El factor económico ejerce sobre toda
ella un efecto importante, si bien generalmente, no se ahorra en aquello que a
la larga originaría mayores dispendios: espesor de muros, seguridad en la
cubierta, etc. Esta misma prudencia elimina cualquier preocupación por “agotar”
las posibilidades mecánicas o resistentes del material. Se evitan así
lucubraciones tan superficiales y sin sentido como las que muchas veces pueden
encontrarse en el campo de la arquitectura profesional.
Las condiciones económicas en que se produce
la obra hacen, salvo excepciones, de la arquitectura popular una arquitectura
menor en cuanto a dimensiones. Por la misma razón se tiende constructivamente a
soluciones elementales y poco costosas salvo alguna excepción.
7.- las complicaciones constructivas que una
determinada obra popular parezca presentar lo son, muchas veces, en mayor grado
para el observador actual, ajeno a ella, que para sus realizadores para quienes
su construcción tal vez no supuso un esfuerzo excepcional al estar
familiarizados por tradición y costumbre con la técnica y los sistemas
utilizados. En muchas ocasiones el problema que considerado globalmente parece
ofrecer gran complejidad, está compuesto por una serie encadenada de problemas
elementales de solución inmediata al ser considerados de uno en uno. Por otra
parte el hecho de que la mayoría de las soluciones constructivas resulten de
extrema sencillez no excluye su perfecta adecuación al caso considerado.
8.- Tanto la técnica como los materiales
utilizados pertenecen a una época preindustrial, si bien la producción
industrial ha facilitado el trabajo del constructor popular en lo que a
provisión de herramientas se refiere.
9.- En lo que concierne a los aspectos
semióticos o visuales, la arquitectura popular deriva de un planteamiento
generalmente desprovisto de todo prejuicio acerca de los efectos plásticos, lo
que no supone en cada caso una despreocupación absoluta al respecto.
El arquitecto popular abre un hueco allí
donde resulta más conveniente o cierra - según sus necesidades - total o
parcialmente una galería exterior sin detenerse a considerar de antemano, por
lo general, el efecto plástico que derivará de su acción. Tal actitud dará
lugar a soluciones inesperadas que pueden resultar sorprendentes y nuevas desde
un punto de vista estético. Este carácter diverso e imprevisible, que
constituye uno de los grandes atractivos de la arquitectura popular, raramente
se da en la profesional o culta donde la composición suele obedecer a reglas o
pautas establecidas.
Cada obra de arquitectura popular suele
estar desarrollada en un lenguaje de fácil lectura. Se trata, por lo general,
de una proposición clara y concisamente expresada.
10.- La economía de medios materiales con
que la arquitectura popular se lleva a cabo puede suponer, aunque parezca
paradójico, una circunstancia de influencia positiva.
El despojamiento de casi todo lo
estrictamente necesario le confiere unas condiciones de sobriedad y de
elegancia a las que el arquitecto popular difícilmente accedería teniendo a su
alcance una mayor riqueza de posibilidades.
11.- Los errores o fallos estéticos que,
desde un punto de vista culto, pueda ofrecer la arquitectura popular casi siempre suponen la exteriorización del
planteamiento sencillo o ingenuo con que tal actividad fue acometida por sus
creadores. Ocurre entonces que tales “errores” en lugar de constituir un
aspecto negativo dentro de la obra llegan, incluso, a aumentar su atractivo.
12.- Entre los aspectos que, pudieramos
decir, “ennoblecen” la arquitectura popular se encuentran el cariño y esfuerzo
puesto a contribución por sus autores al realizarla. También el carácter
natural de los materiales empleados, ajenos a cualquier tipo de moda o uso injustificado
impuestos por la creciente y agobiadora publicidad mercantilista.
13.- El arquitecto popular persigue, por lo
general la realización de una obra definitiva que será utilizada por el mismo y
sus descendientes. El sentido de provisionalidad que preside la actuación del
emigrante al edificar su casa en el suburbio de la gran ciudad llega a anular,
casi siempre, alguno de los aspectos más positivos que se encuentran en el
constructor popular. La belleza formal y la calidad artesanal se hallan ausentes,
normalmente, en estos conjuntos suburbanos de monótona sordidez.
Ruinas del cortijo de Los Juanes.
Ruinas del cortijo de Los Juanes.
14.- La arquitectura popular es,
habitualmente una arquitectura de módulo unifamiliar. Apenas es posible, por lo
general, la construcción de conjuntos de viviendas populares si bien estos
pueden llegar a formarse posteriormente mediante un fenómeno de agregación.
15.- En el lenguaje de la arquitectura
popular es evidente la ausencia de “estilos históricos” si bien, en ciertos
casos, puede encontrarse un reflejo o transposición ingenuos de términos
pertenecientes a tales estilos.
16.- Como característica específica de la
arquitectura popular hay que considerar la importancia que dentro de ella
alcanzan las construcciones complementarias: molinos palomares, hórreos,
pajares, chozos, etc., sin apenas existencia o relieva dentro de la
arquitectura culta.
17.- La arquitectura popular es una
arquitectura existencial, un fenómeno vivo y nunca un ejercicio de diseño por
el que se perciben unos honorarios. El ser planteada dentro de este supuesto
hace que el arquitecto popular extienda su actuación más allá de los límites
estrictos de la casa, preocupándose por cuestiones muchas veces marginadas por
el arquitecto profesional. El constructor popular sabe bien que la actividad
vital no se agota de puertas para adentro; así, al pensar la vivienda tiene en
cuenta su proyección exterior.
18.- la arquitectura popular no es un objeto
de especulación, Su realización persigue la satisfacción de unas necesidades,
no el logro de un beneficio económico. Tal vez a esta circunstancia hay que
atribuir la falta de preocupación por dotarle de una apariencia que estimule su
consumo.
19.- La arquitectura popular no se propone
habitualmente la expresión de conceptos generales o universales ni de ideas
simbólicas. Tampoco supone una expresión de poder.
La arquitectura popular pocas veces realiza,
con plena consciencia, monumentos o edificios de carácter monumental.
20.- La vivienda popular es un reflejo
auténtico de la vida campesina, ajena a nuestra idea de comodidad y el confort
.Por lo que se refiere a los bienes de uso, apenas puede encontrarse mayor
disparidad aún hoy entre el medio rural tradicional en que se ha desenvuelto la
arquitectura popular y la llamada sociedad de consumo. El consumir, fuera de
los artículos de primera necesidad, representa una actividad reducida a la
mínima expresión dentro de tales ambientes. En ellos cada objeto no solo es
utilizado al máximo de sus posibilidades, sino que, una vez desechado por
inservible para su función primitiva, se le encuentran otras utilizaciones
adicionales que prolonguen su uso
21.- .La arquitectura popular se plantea
como respuesta inmediata, o al menos a corto plazo, a problemas particulares y
concretos. No busca una generalización ni pretende la creación de tipos, a lo
que, sin embargo, se llega, en un sentido amplio, mediante el acatamiento por
su autor de las costumbres y tradiciones del país y por su deseo de someterse a
las normas del sentido común antes que pretender significarse y destacar
respecto a cuanto le rodea.
22.- La arquitectura popular rara vez
pretende una modificación radical del medio en el que se realiza, sino más bien
una adaptación del mismo a sus necesidades vitales.
23.- Es evidente que la arquitectura popular
se distingue por un marcado carácter rural. No solo porque lo popular encuentra
sus más profundas raíces en este medio, sino debido a que hasta época reciente,
aun en las ciudades importantes, el carácter predominante era decididamente
rural.
24.- En la arquitectura popular se encuentra
generalmente un predominio de los valores volumétricos sobre los espaciales. En
todo caso, el modo de articularse los diversos componentes de una vivienda más
sus servicios, así como la existencia de ciertos elementos (patios, galerías
soportales, etc.), pueden llegar a conformar espacios de auténtica entidad
arquitectónica. Más raramente por lo que respecta al espacio interior, que solo
en excepcionales ocasiones llega a alcanzar una valoración desde este punto de
vista.
La establecida trampa
del consumismo ha conducido en los países
de un cierto desarrollo económico a la necesidad de sustituir bienes de
uso cuando estos se encuentran aún en condiciones de proporcionar un excelente
servicio. Dentro del ambiente en el que se ha venido desarrollando la
arquitectura popular esta actitud hubiera sido (al menos hasta hace poco
tiempo) realmente inconcebible. En el medio social y humano en el que surge y
se desarrolla la arquitectura popular el modo de proceder ha sido siempre
exactamente el opuesto. Cada utensilio, objeto, herramienta, etc. Es empleado
no sólo hasta el límite de sus posibilidades, sino aún más: cuando algún
elemento va a ser desechado por inservible para su función primitiva procura
encontrársele una utilización subsidiaria que prolongue su utilidad."
Bello “Prao la Raja”.
Bello “Prao la Raja”.
En relación a este último
párrafo nos gustaría apuntar que los años 70 y principios de los 80 supusieron
una desarraigadora etapa para los pobladores del valle, perdiéndose parte de
esa forma de vida tan ecológica (o económica que al fin y al cabo es lo mismo)
que habían llevado hasta entonces. Este desarraigo ya comenzó con las
emigraciones a pelar pinos o a trabajar en cualquier cosa a diferentes lugares
de la geografía española.
Antiguamente la economía local
se sostenía en el trueque. Apenas había importaciones del exterior y casi eran
autosuficientes. No se tiraba nada y la comida que no se podía aprovechar así
como todos los restos orgánicos producidos en la casa eran arrojados unos
metros por delante de la casa, degradándose al poco tiempo por acción de los
animales domésticos o bien por los agentes meteorológicos. Este muladar o
barranco era también un almacén de "basura" o planta de
"compost" que periódicamente era limpiado para "esturrearlo en
el holtal".
La comunicación con el exterior supuso que los pobladores
sintieran la necesidad de servirse de esa tecnología que tanto confort
proporciona pero para conseguirla no les servía cambiar por ella un gorrino o
media fanega de cereal como aquí en la sierra. Surge de este modo la necesidad
de conseguir dinero para comprar esos productos. Al principio solo eran algunas
mercancias difíciles de conseguir en la sierra para pasar después a casi todos
los productos de consumo. Se abandona la producción de cal para sustituirla por
cemento envasado y los adobes se sustituyen por ladrillos por citar algunos
ejemplos.
Se crea entonces un problema del que el serrano no ha sido
informado y suponemos que tampoco se lo plantea como tal; los residuos no
biodegradables. Al igual que antaño, los envases plásticos, de vidrio, pilas
usadas, alpargatas de suela sintética, sacos de abono y un inacabable etcétera, son arrojados "ahí mehmo" con el inconveniente de no desaparecer
pasado un tiempo.
Cuando fuimos a ver por primera vez nuestra casa de Prado
Maguillo, estaba parcialmente amueblada y existían algunos útiles tradicionales
en buen estado. Los propietarios nos la entregaron "en perfecto estado de
revista" pues además de llevarse las cosas que les podían servir a ellos
(cosa lógica y totalmente aceptable pues eso no entraba en el trato), prendieron
fuego al resto de las cosas, olvidándose sin embargo de limpiar la abundante basura del exterior. No es
reproche pero aquello pareció una huida precipitada del lugar dando la
sensación de que esa gente no sentía el más mínimo apego a aquel lugar. Tan solo
en la zona de "anchuras del cortijo" (ya se explicará más adelante
este concepto) dominada desde nuestras casas fue recogida tal cantidad de
basura superficial que, al no poseer un medio de transporte lo suficientemente
grande, se hizo necesario cavar una fosa de 2*1*1 metros para sepultar todo
aquel montón de basura.
La "Cañá del Sabucal”.
La "Cañá del Sabucal”.
MATERIALES DE CONSTRUCCION
ADOBE
El adobe es un ladrillo macizo de barro arcilloso y paja
utilizado para tabiquería interior. La escasa consistencia y formas no muy
regulares de los mismos puede indicar una poco depurada técnica de fabricación
y utilización de adoberas (moldes de madera) toscas.
Fábrica: Se amasa en una zanjilla practicada en el suelo o
en una artesa la arcilla con agua hasta conseguir una pasta homogénea a la que
se le añade cantidad suficiente de briznas de paja que actuarán a modo de
armadura. Se vierte mezcla en la adobera, previamente situada sobre una tabla
ancha o superficie plana y se enrasa la mezcla con el canto de una tablilla a
los bordes superiores de la adobera. Después se retiran la adobera para usarla de nuevo y cuando los adobes ya
elaborados han adquirido cierta consistencia se ponen a secar al sol apoyados
unos contra otros por parejas y en ángulo de 90º para reducir al máximo el
contacto con el suelo y para que la mayor superficie posible este al aire (ver
fig.). Las dimensiones no eran fijas y la adobera se construía según la
necesidad de cada cual.
ARENA Y GRAVA
La arena se extraía del arroyo y se acarreaba hasta la obra
en caballerías. Utilizada como aglomerante en la construcción de muros de
mampostería convenientemente mezclada con cal en proporción aproximada de 6 a
1. También se utilizaba para obras de menor importancia como cocinillas o cuadrillas,
una arena blanquecina, que se obtenía de terraplenes o civantos, denominada salegón
que según la hermana Damasa “no servía pa na” pues la humedad provocada por la
lluvia hacía que se desmoronara.
La grava también se utilizaba para preparar la argamasa de
fijación de piedras aunque el tamaño del
árido no solía superar el centímetro de diámetro. Extraída en canteras como la
del camino de La Morringa o La “Cañá del Sabucal” o bien sobrante de la criba
de arena en el arroyo.
BARRO DE ARCILLA
Muy poco utilizado. Se puede ver aplicado toscamente a mano como
sellador en las grietas producidas en los hornos como consecuencia de las
dilataciones y como materia prima para la construcción de tejas, uno de los
pocos elementos que tenía que comprar el constructor por lo que se le daba un
tremendo valor por parte de este. Aún hoy, a la hora de hacer un trato de
compra-venta de una casa, cuadra u otro edificio, el propietario tradicional
(serrano) utiliza como argumento revalorizador de la finca, el buen estado de
las tejas. Existía un tejar situado en el arroyo de las tres aguas próximo al
cortijo de “Prao Maero” (Prado Madero) y otro en Las Herrerías.
“Es la propia teja el elemento de mayor calidad que el
hombre de la Sierra de las Cuatro Villas ha fabricado. Numerosos tejares
existían, donde se producían unas piezas de un bello color rojo capaces de
resistir las intensas heladas sin descomponerse. Con un peso aproximado de 2
Kgs., un espesor de 1,5 cm., una longitud de 0,45 mts. y una anchura de boca de
23 cm., han resuelto los más complicados faldones y encuentros, demostrando un
ingenio sorprendente”. (Berges Roldán 1986).
CAL
Material fundamental. Nos cuenta el Sr. Leonides que a las
espaldas del depósito de agua de “Prao Maguillo”, “echaron una calera” cuando
construyeron su casa. La calera es un agujero cilíndrico excavado en el terreno
de un metro y medio o dos de profundidad y diámetro variable (según la entidad
de la calera) que se sitúa cerca del lugar donde vamos a extraer, con pico o
azadón las piedras calizas y debiendo tener a mano ingentes cantidades de leña
para alimentarla. Las piedras calizas se colocan en hiladas concéntricas
superpuestas unas sobre otras y cada vez de menor radio alrededor del borde de
la calera, procurando casarlas de tal modo que apenas queden huecos o fisuras
hasta formar una cúpula que tape totalmente la calera, a modo de horno, dejando
un agujero (boca) en la parte inferior para introducir la leña. Las fisuras o pequeños
huecos se tapan con pequeñas piedras calizas. Seguidamente se prende fuego a
interior de la calera y este ha de mantenerse muy vivo día y noche durante dos
o tres jornadas para que las piedras se mantengan a muy alta temperatura y
lleguen a quebrantarse, tomando un tono blanquecino. Una vez consumido el fuego
se retiran las cenizas del interior de la calera con una especie de legón para
que la cal que caiga al interior no se mezcle con ellas (Leonides no lo hacía
porque dice que era una pérdida de tiempo y además aquí no era costumbre).
Restos de una antigua calera
Restos de una antigua calera
Si se necesita usar la cal de inmediato, se vierte agua
sobre la cúpula pétrea (cal viva), que se mantiene en pie a duras penas, la cal
subirá y se precipitará al fondo de
la calera hecha polvo retirándose seguidamente para ser usada. Si no hay prisa
por gastarla, una vez extinguido del fuego, se deja que la lluvia realice la
operación antes descrita o bien se guarda en terrón. La cal resultante más
blanca se usará para blanquear paredes y la de tonos más pálidos para la
construcción. La operación de apagado de
la cal viva es peligrosa pues esta alcanza una muy alta temperatura,
produciéndose fuertes borbotones que, en caso de salpicar en la piel, provocan
serias quemaduras.
Preparación del mortero de cal: Mezclar en seco una parte
de cal y seis de arena (o cinco de arena y una de grava fina) añadir agua
suficiente y volver a remover hasta conseguir una consistencia pastosa que será
utilizada como aglomerante de las piedras (de ahí la expresión “cerrado a cal y
canto”).
Utilizada también como elemento decorativo y desinfectante.
Tanto paredes interiores como exteriores y techos se blanqueaban con cal ya que
existía la creencia que esta operación desinfectaba las superficies a las que se
aplicaba. Normalmente esto se hacía todos los años y dependiendo del grosor de
la costra producida por las diferentes manos, se puede calcular más o menos la
antigüedad del edificio. En algunas casas la corteza es tal que los rincones
están completamente redondeados. Más recientemente, se le añadía un poco de azulete a la cal de blanqueo de
interiores y dependiendo de la cantidad, la estancia adquiría una tonalidad más
o menos azulada. También se construyeron suelos con mortero de cal y arena,
aumentando la proporción de cal de la masa para darle más dureza y cohesión una
vez seca.
CAÑAS
Usadas sobre todo en las cubiertas como elemento de
sustentación de las tejas (canales). Importada desde el exterior de la sierra
en bestias (Leonides comenta que se solía traer del Puente de Génave o de esos ríos de Orcera). Excepcionalmente
se utiliza, como en otras partes de la sierra, para la construcción de
forjados. Las cañas utilizadas eran de pequeño diámetro unidas por cuerda de
esparto hasta formar un cañizo que se clavaba con gran cantidad de puntas, más
pequeñas que las de “tablal”, a las vigas de la cubierta. La solidez conseguida
era notable.
Cuenta Hermana Basilia que “venían las gentes de esas vegas
a comprarle patatas a su hermanica y pa no dal el viaje de vacio, le traiban
una carga de cañas”.
Diremos que la demolición o desmontaje manual de estos
tejados es problemático ya que las cañas, muy secas o podridas parcialmente por
goteras, quiebran con facilidad, convirtiendo la zona en un lugar propio para faquires
por lo que el uso de guantes de trabajo y gafas se hace imprescindible.
MADERA
Elemento básico junto a la piedra. Sentencia Basilia,
inagotable manantial del saber serrano, que “El pino no se puede cortal en sabia porque se lo come la carcoma”.
La más utilizada es la de pino cortados en las proximidades de las aldeas y
transformada en:
ROLLIZOS: Pino en su estado natural, simplemente pelado y
ajustada su longitud al vano en el que se colocaría. Sistemáticamente utilizado
en la construcción de cubiertas y de forjados en algunos casos. También se
utilizaban pequeños rollizos de pino (diámetro máximo 14 centímetros) para la
construcción de muros de separación de estancias. Estos se situaban
verticalmente a lo largo y alto de la pared que se quería construir, separados
entre si unos 30 ó 40 cm., previamente encordados en espiral con guita de
cáñamo. A continuación se levantaba el tabicón situando piezas pequeñas de toba
a uno y otro lado de los puntales unidas con calicanto o barro con paja,
quedando embutidos en este o bien con adobes. Usados también como vigas
maestras para soportar forjados o cubiertas.
CUARTIZOS: Mediante
una rudimentaria sierra comunal los
troncos de pino se transformaban en tablones o cuartizos que dependiendo del
vano a cubrir eran más o menos gruesos. Usados en la construcción de forjados y
en dinteles de ventanas y puertas. Para su manufactura, primeramente se
practicaban dos cortes longitudinales al palo de manera que presentaba dos
caras opuestas lisas. Seguidamente por una de estas caras se tiraban unas
líneas paralelas, en toda la longitud del pino pelado y anchura ajustada a las
necesidades del constructor, con una cuerda tensada previamente embadurnada con
carbonilla. Se montaba el tronco sobre la sierra con la cara de las líneas
hacia arriba de la plataforma sobre la que se situaba. Esta plataforma estaba
bastante elevada con relación al suelo y poseía una ranura longitudinal por la
que se desliza la hoja cortante. Tres hombres se sitúan en la parte inferior
del artefacto que serán los que con un movimiento de sube y baja accionen la
hoja y el de la parte superior es el que controla el avance de la hoja por las
líneas que se han trazado. Tantas rayas se trazaban, tantas veces había que
colocar de nuevo el palo para el siguiente corte.
El procedimiento de obtención de TABLAS usadas en forjados,
cubiertas y otros usos domésticos era el mismo solo que la separación entre
líneas de corte se ajustaba a una pulgada.
Asimismo se utilizaba la madera de chopo en las mismas
aplicaciones y con el mismo proceso de elaboración que el pino, con la ventaja
de que unos buenos rollizos de chopo no perchan.
No obstante es una madera menos duradera
que la de pino soportando peor las humedades producidas por las goteras.
También, aunque en menor medida, se ven algunos maeros de sabina de más de cuatro metros
de longitud y 30 cm. de diámetro trabajando como vigas maestras en forjados y
cubiertas.
TOBA
Roca caliza con un sinfín de oquedades y, por lo tanto, muy
ligera. Utilizada como pieza de sillería en esquinas de muros principales, en
tabiquería interior de viviendas y para la construcción de cañones de chimenea,
amen de otros usos esporádicos como pueden ser los alféizares de ventanas y
puertas. Para el primero y principal uso se trabajaban las piezas por dos de
sus caras con un hacha de pelar pinos en desuso hasta darle la forma requerida,
no sufriendo ningún retoque en el segundo caso y para el tercero se fabricaban
auténticos ladrillos de toba.
La Cañá del Sabucal.. Sillares de toba en esquina.
El
Rastillo. Arco de medio punto en toba.
YESO
Material importado desde el exterior. Utilizado en el
enlucido de paredes interiores y en la fabricación de forjados de revoltones.
También tenía otras aplicaciones menores como la realización de soportes para
repisas de chineros o tacas y cornisas de chimeneas. Hemos oído comentar que
algún pavimento se ha elaborado con yeso vivo que con el tiempo se ha adquirido
una solidez notable.
PIEDRA
Es curioso observar como en varias decenas de metros a la
redonda de Prado Maguillo no hay casi ninguna piedra de entre 20 a 30
centímetros de calibre, pues todas se han empleado para toda clase de
construcciones. La piedra caliza se usa en su estado natural no arreglándose
ninguna de sus caras. Algunas de estas si presentan caras lisas porque según
cuenta nuestro vecino Leonides “se corría alguna quebrá y se sacaban buenas piedras”.
CERAMICA
En los últimos tiempos se han utilizado elementos
cerámicos, especialmente rasillas, para la construcción de forjados y
tabiquería interior, unidas siempre con yeso. Como todos los materiales de
construcción modernos, no se fabrica en la zona.
HERRAMIENTAS
No nos detendremos apenas en este apartado ya que las
herramientas del constructor popular del valle se corresponden con las
utilizadas en cualquier otro lugar de la época y solían ser:
-
PALETA
-
PALUSTRE
-
REGLAS DE MADERA
-
PICO O AZADON
-
CAVADERA O AZADA (Para hacer mezcla)
-
PALA
-
PLOMADA (Cuerda con un peso colgando de ella)
-
NIVEL
-
ANDAMIOS. Hechos con parejas de maderos atados en aspa
y un travesaño.
-
MACHOTA (Maceta o martillo)
-
CALDERO o espuerta de esparto para acarrear la masa.
TIPOLOGIAS EDIFICATORIAS
“Nos encontramos que prevalece en todo una idea innata de ahorro, tanto
en el uso de los materiales como en el tiempo de ejecución de los elementos;
algo así como si deseasen dejar bien claro que ellos son agricultores y
pastores primero y, después constructores de sus propias casas. Quizá por ello,
los resultados obtenidos no les sean del todo satisfactorios. Hay tal vez, una
tendencia copiativa irreflexiva que suele determinar un arrastre ancestral de
los mismos errores” (Berges Roldán 1986).
Cuenta el Sr. Leonides que tardó sólo un verano en hacer su casa
trabajando un albañil y un carpintero sin más adminícula que la que les
prestaron él y su mujer (Basilia). Los dos profesionales
cobraban a 14 duros (principios de los años 60) el jornal más la comida y cama.
En general la vivienda consta de una o dos crujías y el tejado a un agua que
vierte hacia la fachada, dividiéndose la parte baja en: estancia principal a la
que se tiene acceso directamente desde la única entrada que posee la vivienda,
y una habitación (o dos) que hace las
veces de dormitorio y en la que normalmente se encuentra la escalera de acceso
a la cámara que veremos más adelante como se resolvía.
Habitualmente la estancia-cocina posee una ventana pequeña para
iluminación protegida por reja metálica y en el centro de una de las paredes
perpendiculares a la de la puerta de acceso, la chimenea. Los dormitorios
también suelen tener una ventana pequeña aunque en varias edificaciones estas
habitaciones son totalmente interiores y la luz les viene de un hueco, adornado
por una cortinilla, practicado en la pared que lo separa de la estancia
principal, en la que también se sitúan las puertas de acceso a estos. Son las
puertas de paso casi más anchas que altas, lo que obliga a agacharse al
atravesarlas.
La sobriedad del dormitorio es absoluta y en el solo se encuentran el
catre de cuerdas o cama, una silla, el arca y en la cabecera un modesto
crucifijo o en su defecto una imagen color sepia de Fray Leopoldo.
La parte superior o cámara es diáfana y de escasa altura, sobre todo en
la pared de la fachada principal en la que se practica un ventanuco minúsculo
para ventilación e iluminación, protegido por barrotes verticales de madera y
una contraventana o postigo, también de madera, que trata de proteger de las
inclemencias del tiempo.
“Ventanuco” de cámara.
“Ventanuco” de cámara.
La cámara es una dependencia multiuso en la que se acomodan toda clase de
viandas, se secan productos agrícolas, sirve como depósito de algunos aperos,
utensilios de matanza, etc. y se utiliza como dormitorio en caso de no caber en
el/los dormitorio/s de la planta baja. Al contrario que en otros lugares en los
que las cámaras tienen dos ventanas enfrentadas por el eje norte-sur para crear
una corriente de aire y tal, en “Prao Maguillo” solo tienen un ventanuco y la
corriente de aire conservadora es
permanente ya que por el propio tejado entra ya bastante aire.
También se construyeron algunos edificios con tejado a dos aguas y una
sola crujía en cuya fachada principal y posterior, y centrada en ella, se
encuentra la parte más elevada de la cubierta,
repitiéndose las características de las anteriores, pero son
excepciones.
Hay edificaciones que se han configurado a dos aguas como resultado de la
unión de un segundo cuerpo o crujía a la casa primitiva a un agua, pero sin
comunicación entre ambas partes.
En contra de lo descrito por algunos autores, no todas las casas tienen
la fachada orientada al sur, acaeciendo esta circunstancia tanto en aldeas o
casas agrupadas cuya disposición depende de calles, medianerías y obstáculos
del terreno, como en cortijos aislados. La puerta de acceso al cortijo de la
Hermanica Rosario o Cortijo del Niebla* mira al norte y la del Cortijo Alto al este. Chafarinas, Prao la Raja
(Abandonado hace más de 30 años) y El Chaparral, en cambio, si están orientados
al sur.
Cortijo Niebla (En rehabilitación).
Cortijo Niebla (En rehabilitación).
* ”Le decían Niebla porque había uno que le
decían el Niebla
de nombre Saturnino del Moral que no
pronunciaba bien (la
terminación en
‘r’) y en vez de decir comel decía comé y
tenía
puesto un dicho:
…”
‘va a llové
va
a nevá
traeté
la manta Benita
que
nos vamos a mojá’
ESTRUCTURA.
Ejecutada con muros de mampostería de un espesor máximo de 55
centímetros. Este hecho supone una diferencia con respecto a otras partes de la
sierra ya que Berges Roldán narra: “Los muros de la casa son de enorme grosor,
aproximadamente de un metro…”. Coincidiendo sin embargo cuando dice:
“…ejecutados con piedra caliza y mortero de cal y arena, con escaso sentido de
la traba, lo que da lugar a insospechadas grietas de asiento por doquier
especialmente en ventanucos”.
Grietas
Grietas
Dado que los forjados y cubiertas no soportaban un peso excesivo en
condiciones normales, se consideraba que el grueso de los paredones, que en
algún caso se queda en 40 cm., era suficiente. En ocasiones se comienza con una
anchura de 55 cm. y a la altura del tejado apenas llega a 40.
Muro en sección.
Muro en sección.
Los muros arrancan directamente a ras de suelo siendo la cimentación en
el mejor de los casos, una pequeña zanja sobre la que se sitúa la primera hilera
de piedras. El suelo gredoso se ve sometido a una dilatación en períodos
lluviosos y a contracciones en verano sobre todo (arcillas expansivas). La
técnica de elevación creemos que es la de superposición de hiladas, todas a
cuerda y ninguna tocándola pero con la particularidad de que son parejas de
hiladas adosadas y opuestas de piedras sin ninguna traba entre una y otra. Los
huecos que quedan en la zona central del muro, que en algunos casos son de
considerable tamaño se rellenan con masa de cal. Algunos roedores sienten
especial predilección por esta parte del muro para situar sus madrigueras. La
adaptación a la inclinación del terreno hace que existan módulos a diferente
nivel, salvándose este desnivel con los peldaños necesarios.
Ni a la altura del único forjado de la vivienda o cuadra y tampoco a la
altura del tejado se colocaba ningún elemento que actuara como viga collar.
Los dinteles de huecos se solucionaban son sendos rollizos o cuartizos
ajustados a ambos extremos (interior y exterior) de la pared, quedando una
rendija más o menos ancha entre los dos palos que servía, para encastrar en
ella, el travesaño superior de los marcos de puertas o ventanas. Para que la
pared no cargue sobre dicho montante a través del hueco de las vigas del
dintel, se clava a estas últimas una tabla por la cara superior que lo cubre.
La separación máxima o vano existente entre muros de carga ronda los 4
metros aunque citaremos como extraordinaria y arriesgada la actual casa de
Miguel Cidraque (antes de Francisca Martínez Rescalvo) en la que la distancia
alcanza los 4,6 mts. Como comentario fuera de tema diremos que anteriormente no
habíamos prestado demasiada atención a esta vivienda pero al adquirirla Miguel
nos dio la impresión de que esta debía ser la casa de los “señoritos” de Prado
Maguillo. Este extremo nos fue, confidencialmente, confirmado posteriormente:
“Eran gente de aparental tenel máh que loh demáh y abusaban de loh otroh, pero elloh también pasaban hambre”.
Volviendo al tema que nos ocupa, terminamos este punto diciendo que el
acabado interior de las paredes era un enlucido con mortero de cal y arena
cribada (más recientemente yeso) y posteriormente blanqueado con cal, siendo el
ehjarrao exterior mucho más tosco ya
que se realiza con el árido de pequeño
tamaño que se produjo al cribar la arena destinada a enlucidos finos. Al igual
que en el interior el blanqueo con cal proporciona el acabado deseado.
Vemos como se impone la sencillez ante todo y no se hace ninguna
aquiescencia a adornos o excentricidades y se sigue la pauta ancestral que tan
llena de plasticidad, elegancia y sobriedad nos resulta. Es en la aldea de Los
Anchos donde se pueden observar algunas licencias decorativas.
FORJADOS.
Para la construcción de forjados se utilizan cuartizos o rollizos de pino
o chopo como soporte y, generalmente, tabla como piso. Suponemos que al mismo
tiempo que se levantaban los muros principales, se iban insertando en ellos las
vigas de los forjados con lo que se consigue que las cabezas de las vigas
queden perfectamente amortajadas en la pared y pueden servir como andamio para
seguir elevando el muro. La separación entre vigas es variable y no siempre se
encuentran a la misma distancia unas de otras pero lo normal es que si el piso
es de tablas la distancia es de unos 60 cm. y si se van a hacer revoltones
entre 30 y 40. La altura con respecto al suelo de la casa también es variable
pero no se suele sobrepasar la altura de 2,2 mts.
Si el piso del forjado es de tablas, se clavan estas a los palos que las
soportan con puntas de tablal (6 ó 7
cm de longitud) en sentido perpendicular a la situación de estos últimos. Los
extremos de las tablas han de asentarse siempre sobre un maero ajustadas bien a la pared o a la tabla que vaya a su lado ya
que, si no es así, podemos hacer que con nuestro peso se levante una de las
tablas con el peligro asociado. Normalmente la junta se localiza a lo largo de
un solo palo y no hay traba de tablas. Los cantos de las piezas de tablazón son
lisos excepto en algún caso en los que se les practica un rebaje de forma que
las tablas se solapan unas con otras.
Como norma general, en este tipo de forjado, la parte inferior se
blanquea con cal y la superior o piso se deja con la tabla vista. Las vigas se
encuentran invadidas de puntas y alcallatas en las que colgar candiles y todo
tipo de productos procedentes de la matanza.
Sin comentarios.
Sin comentarios.
Otro forjado clásico aunque más actual es el de revoltones. Supone una de
las pocas concesiones a la decoración interior del constructor popular del
valle. Se utilizan cuartizos o escuadrados a los que se les hace una
acanaladura longitudinal en la parte inferior de ambos costados dándoles una
forma similar a las vigas pretensadas de cemento actuales y en esta acanaladura
encontrará apoyo el yeso. Una solución más sencilla y menos trabajosa empero de
estética discutible para el asiento del yeso del revoltón consiste en fijar con
clavos un listón de unos 3 cm. de altura y 1,5 cm. de ancho en toda la longitud
del cuartizo y a ambos lados de la parte más cercana al suelo de este. Si lo
que se utilizan son rollizos, no es necesario prepararlos porque la arcada
descansa en la mitad superior de los mismos.
Revoltones.
Revoltones.
Para describir la elaboración de los revoltones echaremos mano de la
realizada por José Luis Garrido(Apuntes para la etnografía de la Sierra de
Segura. 1998): “…se sitúa la revoltonera. Este armazón de madera tiene una
envergadura igual a la mitad de la anchura de la pieza que se quiere cubrir.
Consiste en un molde semicilíndrico, dividido longitudinalmente en dos piezas
que se engarzan con unas bisagras y unas aldabillas para cerrarlas. Permite un
grado de apertura para que los revoltones puedan hacerse más o menos cerrados.
Situada la revoltonera entre dos maderos, pegada a una de las paredes
maestras, se apuntala con unas reglas o pies derechos para poder hacer el
encofrado. Cuando está segura, se echa por el piso de encima una capa de yeso
poco densa para que se reparta con facilidad y no salgan coqueras. Cuando tire
el yeso se ponen encima unas conchas de corteza de pino para que haga cuerpo ya
que pesan poco y no se pudren, constituyendo un perfecto aislante.
Inserciones de corteza de pino en revoltón.
Inserciones de corteza de pino en revoltón.
Encima de esta capa se pone otra de yeso que las cubre y después se coloca
el material del entresuelo, generalmente tablones de pino o más yeso. Cuando
fragua el conjunto se retira la revoltonera.
Esta operación se repite tantas veces como huecos existen y en un largo del
techo. Como la revoltonera hace la mitad, luego se vuelve a empezar para echar
la otra mitad del techo”.
El acabado por la parte inferior consiste en encalar las arcadas y pintar
con una pintura de color oscuro o con aceite de linaza la zona visible del
madero. Pureza de líneas y elegancia sin par.
Como ya apuntamos en el apartado de materiales de construcción,
recientemente se han construido pisos de forjado, clavando cañizo a las vigas
por la parte de arriba, cubriéndose a continuación con tablas. La parte
inferior, entre vigas, se enluce con yeso, sirviendo las cañas para que este
agarre.
Más recientemente se han construido forjados con cuartizos y rasillas
pegadas con yeso como piso y enlucidas por abajo y arriba con este blanco
material.
Forjado de rasillas.
No podemos olvidarnos practicar unos agujeros de 2 a 4 cm. de diámetro en
el piso del forjado por los que debe pasar la cuerda que debe aguantar el camal
y este, a su vez, el peso del gorrino sacrificado a mediados de otoño.
Agujeros en piso para matanza.
Como
característica general a todos los tipos de forjados sean del tipo que sean,
encontramos que no están nivelados, contando con cierta inclinación hacia la
fachada principal, sin que sepamos la razón.
TEJADO.
La precariedad de medios para construir cubiertas adecuadas a la
meteorología de la zona así como el nulo interés por la investigación de
posibles soluciones (que posiblemente supondrían un mayor gasto), le hacen ser
el elemento más importante y problemático de la edificación.
Habitualmente es a un agua, como hemos dicho anteriormente, y casi
siempre son rollizos de pino o chopo los elementos de sustentación. La
pendiente se consigue, obviamente, elevando más un muro (fondo) que otro
(fachada principal normalmente), hacia el que se dirige el agua. Esta pendiente
no alcanza, generalmente, el 30%.
Una vez alzados los muros a la altura requerida se sitúan sobre estos y
en toda su longitud un rollizo de pino de unos 15 cm. de diámetro que trabajará
como viga durmiente. Seguidamente se colocan en paralelo los rollizos (no se
utilizan cuartizos para el tejado) a los que previamente se les ha practicado
un rebaje en las cabezas para que encastren con las vigas durmientes y se
clavan a estas últimas con una o dos puntas grandes. La separación entre
rollizos es de unos 70 cm. Aproximadamente, de centro a centro y los extremos
de estos no deben sobresalir de la obra, con lo que quedarían expuestos a la
intemperie. Los huecos que quedan entre rollizos a la altura de los muros de
carga se cubren con mortero y piedras hasta enrasar con la línea transversal
superior de rollizos, así como las cabezas de los mismos. A continuación se
clavan las tablas con puntas de 6 o 7 cm. de longitud hasta formar un
entarimado que oculta por completo los rollizos. Luego se tira una cuerda de
línea desde la parte más alta del tejado a la más baja y pegada a una de las
paredes laterales, quedando atirantada por un peso suspendido de ella. Esta
línea es la maestra y en ella se colocaran las tejas que formarán la canal (o
río), desde la parte inferior del tejado a la superior con la cara cóncava
hacia arriba y de manera que la teja superior monta su parte más estrecha
(culo) unos 5 cm. sobre la parte ancha (boca) de la inferior.
Una vez colocado el primer río se calzan todas las tejas a ambos lados
con corteza de pino o cascotes de teja y barro y se pasa a construir el
segundo, paralelo al primero, con la misma operativa. Situado el segundo río se
procede a tapar el hueco existente entre ambos con tejas (tapas o cobijas)
colocadas en sentido y posición inversa a las canales. Se repite este
procedimiento hasta cubrir toda la cama de tablas.
En paredes de carga y laterales, las tejas canal y cobija se reciben con
mortero y en la fechada las tejas sobresalen unos 10 ó 15 cm. para formar un
pequeño alero que protege a la pared de la caída del agua. En algunos casos
este alero se prolonga aún más mediante el acabado en bocateja y
excepcionalmente se pinta esta bocateja hasta formar un zig-zag muy vistoso.
Bocateja con adorno.
Las paredes laterales tan solo se protegen, en el mejor de los casos con
una hilera de tejas de redoblón, quedando sin protección el muro más elevado.
Finalizada la construcción del tejado y como medida de seguridad se procede a situar entre cobija y cobija de
todo el perímetro de la cubierta sendos peñones de generoso tamaño para evitar
que una fuerte ventolera pueda hacer que vuelen todas las tejas.
En algunos casos, la tablazón es sustituida por cañizo, ofreciendo
también buenas prestaciones como soporte pero peores como aislante de frío y
calor.
Cabe destacar también la integración de los “nuevos materiales” en la
estética de los tejados y es frecuente encontrar una plancha de uralita por
aquí, otra de chapa ondulada por allá, etc. cubriendo parte de los tejados,
aportando una nueva faceta a la vistosidad de las cubiertas.
Nos relata Luis Berges(1986):
“Pero, a pesar de este gran elemento,(la teja) no han podido aún resolver el
problema de las goteras, dado que los gruesos rollizos que las soportan van
lentamente flechando debido a la carga de nieve y al enorme peso de la propia
teja empapada en agua. Y cuanto más se trate de retejar, lo único que se
obtiene es el aumento de peso y mayor flexión”.
Tejado de rollizos y tablas con travesaño insertado para evitar flexiones.
Tejado de rollizos y tablas con travesaño insertado para evitar flexiones.
CERRAMIENTOS
“Es la circunstancia de no haber
contado con la colaboración del vidrio plano lo que de siempre determinó unas
características muy peculiares en los huecos exteriores”. (Berges Roldán 1986).
“En algunos de estos dormitorios
suele existir un ventanuco al exterior, que se cierra con un postigo de madera
y se protege con unos listones verticales a modo de barrotes”. (Berges Roldán
1986).
En efecto, como nos dice el arquitecto Berges, no todas la habitaciones
poseen ventanas e incluso existen edificaciones cuya única fuente de luz, para
la planta baja, es la puerta de acceso a las mismas.
La madera utilizada para la carpintería de puertas y ventanas es de pino,
aunque también se pueden encontrar madera de chopo en el tablazón de puertas,
pero con el bastidor de pino. Ventanas y puertas abren hacia adentro y las
primeras a derechas o izquierdas según convenga..
El marco de puertas y ventanas queda sujeto por la obra por las prolongaciones
de los travesaños llamadas cogotes y sospechamos que se colocaban marco y hoja
u hojas ensambladas ya que el sistema de abisagrado con goznes, así lo
requería. El marco de las puertas carece de travesaño inferior. Una vez situado
el cerramiento, se enlucen los alféizares para dar el acabado que de
estanqueidad a la unión marco-obra, rematándose a veces el perímetro externo
con un remarcado o jambaje que puede estar pintado o no de un color diferente
al blanco. También se puede hacer un acabado del alféizar en chaflán, aunque es
más raro. Se pinta la cara exterior de la puerta o ventana con esmalte
sintético para darle resistencia a las inclemencias del tiempo y caso de ser
necesario, a las puertas se les hace un agujero de unos 15 cm. de diámetro en
la parte inferior de la hoja izquierda para la entrada y salida de felinos
domésticos (gatera).
Los Anchos. Ventana.
Los Anchos. Jambaje en huecos.
Los Anchos. Ventana.
Los Anchos. Jambaje en huecos.
La puerta clásica de acceso es de dos hojas y la base de las hojas es un
armazón o bastidor de largueros y travesaños de madera de pino al que se fijan
con clavos las tablas que, en el mejor de los casos, se solapan unas con otras
de la misma forma que en los pisos de tablas. La punta de los clavos que
sobresale por la parte interior del bastidor, se remacha a este para que
resulte casi imposible sacarlos desde fuera. La fijación de los herrajes se
realiza del mismo modo. La hoja izquierda es de una pieza y en su costado o
larguero derecho (según la miramos desde afuera) quedan anclados los cerrojos
superior e inferior así como la hembra de la aldaba o aldabón. La presencia de
trancas es poco frecuente.
Puerta de acceso a vivienda.
Puerta de acceso a vivienda.
La hoja derecha se divide a su vez en dos partes asimétricas. La
inferior, algo más grande, se fija a la hoja izquierda (para cerrar) mediante
el macho de la aldaba y las tablas sobresalen del travesaño superior de tal
forma que, en el caso poco probable de que la aldaba ceda o no se haya echado,
estas harán tope con el bastidor de la parte superior, que es la que tiene la
cerradura, y no se podrá abrir. De esta guisa, al cerrar la parte superior ,
queda inevitablemente condenada la parte inferior. Con esta disposición se
consigue que mientras la parte inferior está cerrada, evitando la entrada o
salida de animales, la parte superior pueda estar abierta proporcionando luz y
ventilación a la estancia.
El pasador de la cerradura penetra en el larguero derecho de la hoja
izquierda y el llamador es un elemento superfluo. El umbral o escalón de acceso
lo forma el propio piso o pavimento al prolongarse hacia afuera, dándosele una
ligera inclinación hacia afuera, evitando así la entrada de agua al interior.
Si la puerta es de una sola hoja, esta se divide de igual forma que la descrita
anteriormente y el pasador de la cerradura penetra en el marco.
Las contraventanas se cierran con una cuña de madera situada a media
altura del larguero opuesto al de los goznes sobre los que gira (la punta que la
sujeta hace de eje) hasta encajar en un resalte del marco. A veces se utiliza una aldabilla metálica.
El acabado interior de puertas y ventanas se realiza con cal, dándosele
una mano, cada vez que se pinta la habitación.
Más recientemente los ventanucos crecen algo en tamaño, se utiliza el
cristal y se protegen con rejas metálicas (reja carcelera) insertadas en los
marcos de madera. También los herrajes tradicionales se sustituyen por bisagras
atornilladas. Asimismo se adosan a la parte interior de las puertas de acceso
planchas de chapa, pintadas del mismo color que el resto de la puerta, para
protegerla aún más de los salpicones del agua de lluvia.
Otro elemento de protección de la puerta elegante y plástico (en cuanto a
estética) es el tejadillo que se monta sobre esta. Desde nuestro punto de
vista, el más bonito y funcional es a dos aguas, aunque numerosos son los
existentes a un solo agua lateral (si vertemos el agua del tejadillo
frontalmente, no eliminamos el problema de los salpicones). Su construcción es
sencilla y basta con incrustar perpendicularmente a la fachada y por encima del
dintel de la puerta los rollizos que servirán de soporte de la tablazón y las
tejas o más recientemente, uralita o chapa ondulada. Este tejadillo tiene una
anchura superior al hueco de la puerta y un fondo de unos 80 cm. por lo que,
además del agua de lluvia, recoge también la que cae de la zona de alero
correspondiente. Para dar mayor solidez a los rollizos de sustentación del
tejadillo, se colocan otros oblicuos llamados jabalcones, formando estos con la
fachada un triángulo rectángulo.
Tejadillos.
Tejadillos.
INTERIORES
Como hemos mencionado antes, el suelo de la planta baja se arregla con un
“planché” de mortero de cal y arena (dice Basilia: ”Los suelos de las casas se
hacían con masa de cal y arena bien cargada de cal) y para ahorrar material se
solía esparcir antes una capa de grava o “garrufo”. Cuando los medios no eran
muchos, simplemente se dejaba el suelo de tierra que, como consecuencia del
pisoteo, se ponía duro. Más recientemente se utilizaba el mortero de cemento
con acabado al fratás o bruñido, siendo esta última la más empleada ya que
permite una mejor limpieza del pavimento. En alguna vivienda se puede ver
pintado un zócalo de unos 25 cm. de altura, pintado de color oscuro, que hace
las veces de rodapié.
“Siendo la chimenea el elemento central de la casa (foco de calor y
cocina), en ella se da una gran simplicidad y un peor rendimiento” (Berges
Roldán 1986). La chimenea acostubra a situarse en una de las paredes laterales
de la habitación y siempre centrada en ella ya que el ángulo que ofrece en esta
posición para sentarse alrededor es de 180º. La zona de la pared donde se va a
ubicar la chimenea posee una acanaladura o vaciado que marca la anchura del
hogar y tiro a todo lo alto de la pared. Sobre las dos esquinas y a una altura
suficiente como para no golpearse en la cabeza al erguirse cuando se está
guisando, arranca la campana de humos. La base de la misma son unos jabalcones
de madera o yeso sobre los que se apoya un soporte horizontal de madera con dos
flancos, también de madera que se embuten en la pared. La campana y el cañón se
elaboran con piedra de toba y mortero de cal.
Hogar y campana de chimenea.
Hogar y campana de chimenea.
En alguna vivienda, hemos llegado a ver como uno de los rollizos del
forjado descansa sobre la campana por lo que cuando el fuego está muy vivo,
puede acabar por prenderse o socarrarse. La parte frontal inferior de la
campana se denomina cornisa y se realiza con yeso al que se trabaja para darle
unas formas onduladas y configura una repisa en la que acomodar objetos.
Excepcionalmente hemos podido constatar que en la campana de la chimenea se
elaboró con yeso una figura o adorno con reborde oval o esférico.
“Ya en la cámara, la campana se
prolonga por un ancho cañón de chimenea que emerge más o menos sobre el tajado
y que se remata con un simple y elegante juego de cinco tejas. Ni que decir
tiene que además de humo, por esta chimenea escapa todo el calor producido
abajo, y que en los días de fuerte viento, sin el a veces, la habitación se
llena de golpe de picante humo, echándole la culpa a la leña que arde. Y cuando
llueve fuertemente, el fuego recibe parte del agua”. (Berges Roldán 1986).
Chimenea.
A este juego de 5 tejas de remate de cañón le falta una.
Chimenea.
A este juego de 5 tejas de remate de cañón le falta una.
El fuego se enciende directamente sobre el suelo y en verano se suele
reparar con mortero la zona de pared que entra en contacto con la llama o
trashoguero ya que el calor producido la desmorona. Como “solución” a este
problema, últimamente se colocan planchas de chapa, procedentes de un barreño o
caldera vieja por ejemplo, que actúan como escudo protector. Como elementos
auxiliares no arquitectónicos del hogar, citaremos las trébedes, el mozo, y una
pieza de esparto cilíndrica en la que se apoyan las sartenes al sacarlas del
fuego llamada “apartao”.
A un lado o a ambos del hogar se encuentran los chineros o alacenas que
tienen dos o más anaqueles de madera. Estas baldas se sujetan con unos
resaltes(o pequeñas cornisas) realizados con yeso en las paredes laterales del
chinero a igual altura. Las puertas que lo cierran están sin vidriar y pueden
tener en ambas hojas algún adorno como mayorquina en la parte superior o las
iniciales del nombre en una hoja y primer apellido en la otra del propietario
taladradas en ellas. El cierre de estas es por aldabilla.
Modernamente las hojas si poseen vidrio y el filo de las baldas que queda
a la vista se adorna con un encaje o puntilla siendo motivo ornamental junto
con el “vedriao” expuesto.
“Cualquier punto del perímetro de
la estancia es bueno para escarbar toda clase de huecos en el muro en los que
organizar alacenas, basares, hornacinas y cantareras” (Berges Roldán. 1986).
Cantarera.
Cantarera.
La cantarera es parte obligada del mobiliario. Se sitúa en una hornacina
excavada en una de las paredes de la estancia principal y está conformada por
dos palos horizontales a los que se les hacen tantas concavidades en los cantos
enfrentados como cántaros se quieran ubicar. Las hay de uno, dos y, la más
grande que hemos visto, de tres receptáculos. La parte inferior frontal de la
cantarera se cubre con tablas de forma que no se ve la base de los cántaros
pero se deja un pequeño hueco abierto entre cántaros para colocar algún objeto.
Por encima de los cántaros se suelen poner una o dos espartanas repisas de
madera.
Escalera.
Escalera.
La escalera suele situarse en el dormitorio de la planta baja y está
formada por dos largueros escuadrados de madera a los que se les ha realizado
una acanaladura en zig-zag en los cantos que se van a enfrentar. En estos
rebajes encajarán las tablas que servirán de huellas y tabicas.
Suelen tener bastante inclinación y la fijación a la obra se realiza con
mortero, clavando además si hay alguna viga en la que descansa, la parte
superior con largas puntas o clavos. Otras veces la escalera es un simple palo
de pino de unos 20 a 25 cm. de grosor apontocado casi verticalmente en un
rincón del hueco de la escalera al que se le hacen unos vaciados cada cierta
distancia para poder apoyar en ellos el pie. Es muy incómoda pero tiene la
ventaja de ser portátil. El hueco de la escalera se utiliza como depósito de
objetos varios. Generalmente no tiene puerta y solo se cubre con una
cortinilla. Austeridad y economía a raudales.
Escalera.
Escalera.
No tenemos constancia de la
existencia de lagares domésticos o comunales en Prao Maguillo. Encontramos en
la vecina cortijada de Peña Rubia una tinaja o “tenaja” muy grande (unos 1500 litros
de capacidad) en una de las habitaciones de una casa y al comentárselo a
Leonides nos contestó: “ Claro pal vino;
pero aquí en Prao Maguillo no se hacía vino, las uvas que había eran pa comelas
o pa sel peldías muchas de ellas. Lo que si se hacía era agualdiente. Si tenían
muchas uvas, venían unos con una caldera y te hacían l’agualdiente”. Y a
partir de este último licores caseros como la mistela o pacharán añadiéndole
las “ciruelas endrinas” de la zona.
En alguna casa, como la nuestra
por ejemplo, se excavaban unos agujeros en el suelo de 1 ó 1,5 m. cuadrados de
superficie y apenas 1,5 de altura, llamados patateros, a los que se tenía acceso
por una trampilla enrasada con el suelo y bien disimulada que eran utilizados como
almacén. Cuenta León Montiel Vivo (antiguo propietario) que en tiempos de la
guerra o cuando aparecían los maquis, la gente se escondía en el patatero para
dar esquinazo al enemigo.
No
se nos ha olvidado mencionar el cuarto de baño, simplemente no existe ni la más
modesta letrina. Para lavarse se utiliza una palangana (o palancana) y para exonerar el vientre se acude a algún lugar
discreto algo alejado de las casas.
OBRAS
AUXILIARES
Normalmente las intervenciones u
obras auxiliares realizadas a la vivienda son consecuencia de la falta de previsión
a la hora de acometer la edificación y por lo tanto no acaban de solucionar el
problema que pretenden atajar, siendo quizás, desde el punto de vista de la arquitectura culta, unas chapuzas, pero
poseen una belleza estética notable y se integran con el resto de la obra
perfectamente. Citaremos como más representativas:
CONTRAFUERTES
El ya comentado problema de la
falta de cimentación, ausencia de vigas collar y escaso sentido de la traba, hace que las paredes maestras, sobre todo las terminadas en hastial, adquieran
un desplome que desafía a las leyes de la física. Mas como estas son
insobornables, la gravedad hace que el muro acabe cayendo con el peligro de
aplastamiento que implica. Esta circunstancia trata de solventarse adosando al
muro en cuestión uno o varios contrafuertes fabricados con piedra caliza bruta
y mortero de cal, siendo algunos de impresionantes dimensiones.
ESCALERAS Y PASARELAS
A veces el acceso desde el
exterior a la cámara de cuadras o a graneros y pajares no puede realizarse
aprovechando que el edificio esté semienterrado en el monte y se remedia esta
traba construyendo una escalera de obra al muro hasta alcanzar la base de la
portezuela. Al ser esta escalera maciza sirve también como contrafuerte y
fuente transmisora de humedad.
Otras veces,
en lugar de la escalera, es posible colocar una pasarela aprovechado un talud u
otra circunstancia como una era anexa sobreelevada con respecto al edificio,
siempre y cuando la distancia no sea de más de 3 metros.
Pasarela.
Pasarela.
BANCOS
Forman parte del mobiliario urbano y también trabajan como contrafuerte al
estar pegados a la fachada de la casa. También son macizos, de longitud y
anchura según espacio o necesidades.
LONJAS
Normalmente, el espacio de calle que hay junto a la puerta de la
vivienda, se suele arreglar para que sea un espacio habitable más en los días
de buen tiempo. El suelo se alisa y en algún caso se pavimenta con mortero, se
planta algún rosal o parra, amén de la casi reglamentaria acacia o nogal, que
en verano dan sombra y en invierno dejan pasar los rayos solares. Si el
desnivel de la calle es considerable, rápidamente se construye un bancalillo
para ganar este necesario espacio
También se han construido algunos porches, ganando así más espacio
cubierto y dando de esta forma una protección extra a la fachada, lo que
conlleva menor luminosidad a la vivienda, extremo este despreciado
absolutamente por el morador de la vivienda.
DRENAJES
Algunos muros de los edificios están en contacto directo con el monte por
lo que algunas plantas bajas están semienterradas. Las humedades son
inevitables e incluso a nuestros vecinos Jesús y Margot, en época de lluvia, le
pasa un riachuelo por debajo de la mesa camilla. Además del agua que recoge el
monte, también colabora la que escurre por el propio muro. Se intenta
solucionar el problema, cavando una zanja más o menos profunda a lo largo de la
pared, revistiéndola con mortero de cal o cemento hasta formar una canaleta que
evacuará el agua. Como estas canaletas no suelen estar por debajo del nivel del
piso de la planta baja, solo se solventa parcialmente esta situación.
Porche.
Porche.
CUADRILLAS
Es un edificio anexo a la vivienda o muy cercano a ella. Siendo la
técnica constructiva la misma que para la vivienda, esta se realiza con menos
esmero y calidad de materiales. Normalmente consta de planta baja con una sola
dependencia, de superficie variable, en la que solo encontramos los pesebres de
obra o gamellas de madera, pegados a una de las paredes, para poner la comida a
los burros y cámara de escasa altura que se utiliza como pajar y se accede a
ella por una portezuela abierta en la pared que convenga, según el terreno. En
ella también suelen depositarse aperos de labranza como ubios, albardas,
bravanes, jáquimas, etc. y también una especie de gran orza hecha con esparto
trenzado y tapa, parecida a la que usan los encantadores de cobras, utilizada
para guardar la sal gorda que se les da a los animales.
Cuadrilla con gamella de dos senos.
Cuadrilla con gamella de dos senos.
Acostumbran a tener un ventanuco en la planta baja, siendo la portezuela
de entrada el único hueco de la cámara. Carece de fuente de calor y en ocasiones
no se enluce ni por dentro ni por fuera se queda la piedra vista sin blanquear.
Existen también pequeños gallineros en los que se protege a las gallinas,
pavos, etc. de la zorra o la garduña y zahurdas en las que se guardan los
gorrinos.
COCINILLAS
La cocinilla es un pequeño edificio muy cercano a la vivienda,
generalmente enfrente de ella constituida por una sola habitación con chimenea
en la que se realizan aquellas actividades que se cree oportuno no hacerlas en
el interior de la vivienda como pueden ser, parte de la matanza, elaboración de
jabón casero, conservas, etc. Si por tamaño es posible se puede utilizar parte
de la cocinilla como depósito de leña, materia prima esta de vital importancia.
En ocasiones como en el Cortijo Alto, Casa, cocinilla y horno se encuentran en
línea accediéndose a la boca del horno desde la cocinilla.
HORNOS
El horno adosado o no a la vivienda es un bien comunal, o sea, que se
construye y pertenece normalmente a dos o más vecinos. En “Prao Maguillo” llegó
a haber hasta 6 hornos todos de planta rectangular o cuadrada. Sobre una peana
o base horizontal de obra maciza que se alza unos 60 ó 70 cm. del suelo, se va cerrando, de igual
modo que las caleras la bóveda del horno pero siendo recibidas con mortero de
cal o barro con paja, dejándose a ras de la plataforma una boca de ancho
suficiente para que entre la pala de panadero. Esta boca se puede remarcar con
dos lajas de toba tallada (ver foto) y en la base de esta boca suela haber una
losa que sobresale un poco de la obra para servir de base al trozo de madera o
chapa que cierra esta boca.
HORNO. Tejado a un agua y planta cuadrangular.
HORNO. Tejado a un agua y planta cuadrangular.
Las paredes se levantan verticales y escuadradas pudiendo estar
“ehjarrás” o no. La bóveda está revocada con barro, dejándose un orificio en la
pared posterior o laterales, a un nivel superior al de la boca, para la salida
de humos.
A la derecha o izquierda de la boca y a media altura se encuentra un
receptáculo pequeño excavado en el muro, adintelado por una tablilla, en el que
se tiene siempre a mano la tacilla del azúcar. Finalmente se cubre (el Horno)
con un tejado a una o dos aguas que evacúan el liquido hacia el/los lado/s y se
blanquea (si se ha enlucido previamente). No entraremos en el modo de funcionar
el horno pero si diremos que además de tortas de manteca, pan, dulces, etc.
hemos visto como se introducen en el varas de avellano, para calentarlas y
enderezarlas, que luego se utilizarán para varear nogueras u “olivas por esas
vegas”.
OBRAS COMUNALES URBANAS
Nos cuenta Basilia que “la Iglesia la hicieron hace lo menos 65 años y el
simenterio más o menos y todos los
vecinos pusieron material pa hacelo.
La Iglesia se cayó y ehtrozó los
Santos y se hizo la nueva hace 15 o 20 años. Antes de hacelse la Iglesia tenían que il a los casamientos a Las Casicas
(del Río Segura, junto a La Toba)”.
Lavadero de Los Anchos.
Lavadero de Los Anchos.
LAVADEROS
“De antiguo se lavaba en el río” con unas palas de madera y el agua se
acarreaba a cántaros a las casas para uso doméstico desde la fuente. Los
lavaderos de Prao Maguillo y Los Anchos son obras recientes y los pilones y
palas son de ladrillo y cemento cubiertos por un tejado de chapa, soportado por
pilares de ladrillo y perfiles rectangulares de acero. Sin embargo el sistema
de traída de aguas al lavadero de Prao Maguillo es, aunque moderno también,
arcaico y rudimentario. El llamado encañe, es una canaleta en U subterránea
realizada con pequeñas piedras que conducirá el agua desde el manantial hasta
el sitio deseado, cubriéndose la parte superior de la U con manojos de carrizo
u otro vegetal que soportará la tierra que cubre toda la conducción.
Los lavaderos suelen tener dos o tres pilones comunicados en cascada,
lavándose en el más cercano al desagüe y aclarándose en el/los siguiente/s.
FUENTES
Los pequeños manantiales de agua no se arreglaban en exceso y bastaba con
poner una teja para que el agua cayera en chorro. A alguna se le hacia un
pequeño pilón en el que los burros podían beber. Modernamente y aprovechando la
construcción del depósito de agua, se construyó en Prao Maguillo una gran
fuente con una gran pilón que, desafortunadamente, permanece seca gran parte
del año.
Desde hace unos años existen en los núcleos de población de mayor entidad
unos depósitos que abastecen de agua a las casas que lo deseen. El de Prado
Maguillo en concreto, se alimenta de dos fuentes: una fuente de umbría que mana
constantemente un agua bastante buena que es bombeada por un motor eléctrico
hasta el depósito y otra de flujo intermitente (sólo lleva agua cuando llueve)
que cae al aljibe por gravedad. Esta última tiene una concentración de cal
disuelta impresionante. Las cañerías de distribución, que cuentan varios
sifones en su recorrido, están semiatoradas por la acumulación de escamas de
cal en su interior y periódicamente es necesario quitar las rejillas metálicas
de los grifos para despejarlas de este estorbo.
Fuente de Prao Maguillo.
Fuente de Prao Maguillo.
PARATAS URBANAS
Ya dijimos antes que la zona de calle de delante de la puerta se arregla
para poder aprovechar ese espacio. A menudo, el desnivel existente en esa calle
o terreno obliga a levantar un muro de piedra que soportará el relleno
necesario para conseguir la horizontalidad del bancalillo o parata urbana. La
piedra utilizada es similar a la usada para la edificación de viviendas y al
igual que estas , carecen de cimentación alguna. Lo normal es levantar la pared
vertical aunque en algunos casos se le da cierto grado de inclinación para que
aguante más.
Las piedras se
colocan unas sobre otras sin ser recibidas con mortero. En ocasiones las
piedras casan muy bien unas con otras y mirando de soslayo se aprecia una pared
lisa, lo cual demuestra la maestría del constructor pero en otros casos, todo
lo anterior brilla por su ausencia. Por deformación lingüística o vaya a saber
usted porqué se ha aplicado el nombre de parata al propio muro de contención.
Paratas urbanas en “Prao Maguillo”.
Paratas urbanas en “Prao Maguillo”.
CALLES
Las calles de las
aldeas no tienen una configuración u orden lógico y la colocación de los
edificios se realiza de forma anárquica. Por supuesto, no están asfaltadas,
aceradas, empedradas ni poseen ningún tipo de pavimento, siendo la tierra
pisada el terreno por el que desenvolverse.
Ahora las calles y
paratas en verano se convierten en frondosísimos herbazales por los que es
francamente molesto andar, con el inconveniente añadido del riesgo de incendio
cuando se secan. Cuentan Basilia y “Lionides” que antes cuando había mucha
gente en Prao Maguillo las calles estaban limpias y se podía andar sin
problemas ya que, entre el pisoteo continuo y la gran cantidad de animales, no
podía crecer la hierba.
El mobiliario urbano
se limita a trozos de gruesos troncos en las puertas de las casas utilizados
como taburetes o puf, los bancos-contrafuerte y poco más.
Estrecha y sombría calleja en “Prao Maguillo”.
Estrecha y sombría calleja en “Prao Maguillo”.
OBRAS AGRICOLAS E INDUSTRIALES
PARATAS
La agricultura es
uno de los dos sostenes económicos de la zona. Muchas costumbres, bailes y
dichos giran en torno a los cultivos y el campo.
En lugares como la
vega el terreno es amplio y llano; pero no todo el mundo tenía un “piazo” allí.
Había que ganarle terreno al monte para poder sembrar una “miaja de holtal”.
Parajes como “Los Orianos” o “La Talilla” han sido conquistados por la
formación de paratas o bancales, siguiendo la misma técnica constructiva que
para las paratas urbanas. Tras el progresivo abandono de los cultivos, estas
paratas están nuevamente reconquistadas por el monte y sufren un deterioro
considerable
ALBERCAS
Como en cualquier
otro lugar, el agua para riego debe almacenarse para ser utilizada en el
momento preciso. Estos almacenes de agua pueden ser de diferentes capacidades y
van desde los llamados “pocicos” hasta grandes albercones.
El
"pocico" es un cráter o socavón cavado a la salida de un manantial de
agua en el que se almacenan un par de metros cúbicos de agua, todo lo más, y
por lo tanto solo puede abastecer a un pedazo pequeño de tierra. Las paredes
que retienen el agua están formadas por la tierra extraída para hacer el hoyo y
la salida del agua se produce por la apertura del talud, con una azada, a la
altura de la acequia de conducción.
Existen también
albercas de obra de mediana capacidad ( alrededor de 25 metros cúbicos) capaces
de abastecer a varias propiedades. Fabricadas con piedra y mortero y enlucidas
también con mortero, poseen como tapón un lío de trapos que encaja a presión en
el agujero de salida de agua. Una cuerda atada a ellos sirve de dispositivo de
apertura y como rebosadero se suele colocar una teja de forma que el agua caiga
a chorro y no erosione la pared.
Pantano comunal de riego.
Pantano comunal de riego.
El pantano comunal
de riego es un albercón de gran capacidad (más de 100 metros cúbicos) que se
abastece del Arroyo de los Anchos. Tiene forma de elipsoide deformado y
Leonides nos comenta que “lo hizo el tío Valentín hará lo menos 40 años, cuando
estaba en El Bodegón y costó 10.000 pesetas y fue como un presipuesto que hizo él. El buscó a los obreros y les pagó y luego
hizo un recorrido, una lista pa toa
la vega y entre tos pagamos el pantano. Tos
los piazos tienen sus horas de agua”.
Últimamente, al igual que la mayoría de obras o servicios comunes, se encuentra
en mal estado, habiéndose acumulado en el fondo gran cantidad de cieno y
piedras.
El agua de estos
depósitos se conduce a los piazos por
acequias y cuando es necesario salvar algún obstáculo (un arroyuelo o
barranquillo) se utiliza una canaleta fabricada con uno o varios troncos
vaciados.
“TINÁS”
La
ganadería es la segunda actividad económica tradicional de la zona. Numerosos
rebaños de oveja segureña pastan por la sierra siendo el rebaño de Urbano y su
hijo Francisco el único establecido en el valle. La tiná es un cobertizo o nave donde tener recogido en ganado (ovejas
y cabras principalmente). Suele ser una obra sencilla con una o dos puertas de
acceso y sin ventanas. El tejado es a una agua , como la mayoría de las
edificaciones y puede tener un corralón formado con muros de puedra donde poder
hacer diversos trabajos con el ganado. El estiércol, que periódicamente debe
ser retirado de la tinada, es muy apreciado para ser utilizado como nutriente
para el hortal.
Numerosas tinadas abandonadas,
ya sin tejado y medio caídas, nos hablan de un pasado con gran actividad
ganadera.
“Tiná” en “Prao Maguillo”.
“Tiná” en “Prao Maguillo”.
ERAS
La era es una
explanada generalmente circular y empedrada utilizada para trillar el cereal.
Acostumbran a situarse cerca de la cuadra o granero en el que se almacenará el
grano conseguido y la paja resultante y para facilitar el traslado suele estar
en un plano elevado, nivelado con la entrada del granero. Otras veces se
construye donde se puede, por problemas de espacio, y tanto la construcción de
la misma como el trasiego del producto obtenido se hace bastante penoso. Cuando
se instalan en pleno monte, se hace necesario cavar en la ladera hasta que el
terreno quede nivelado y se ha de construir un muro de contención semicircular
que sujete el terreno en la parte donde se ha horadado más.
Generalmente el
empedrado conforma una estructura radial y los huecos entre radios se rellenan
con piedras sin ordenar. El tamaño de estas piedras no suele ser mucho mayor
que el de un puño cerrado y se insertan en el terreno a presión y sin ningún
tipo de material de unión.
Las eras suelen ser,
al igual que los hornos, de dos o más vecinos y el trillo utilizado en esta
zona es un patín de madera lo suficientemente ancho para que una persona pueda
estar de pie sobre él y doble de largo que de ancho aproximadamente. El la
parte inferior del tablero se incrustan gran cantidad de trocitos cortantes de
piedra de sílex y a veces también se insertan longitudinalmente dos o más
cuchillas de hoja de sierra las cuales, al pasar sobre la parva, separan la
paja del grano.
Hoy día muchas de
estas eras son irreconocibles dado el abandono que sufren o bien, han sido
destruidas.
Era. La vegetación se adueña de ella poco a poco.
La Molineta.
Era. La vegetación se adueña de ella poco a poco.
La Molineta.
MOLINOS
El molino está
dedicado a la obtención de harina a partir del grano cosechado en la zona. El
molinero cobra quedándose con un porcentaje de la molienda. Que sepamos, el
único molino existente en la zona es el de La Molineta (entre el cortijo de Los
Juanes y La Conquista)del que apenas quedan en pie un par de vetustas paredes.
El funcionamiento es hidráulico, obteniéndose el agua del Arroyo de Los Anchos
que encauzada por una acequia, cae por gravedad con fuerza para accionar el
mecanismo.
De más reciente
clausura es el molino existente en el Arroyo de las Tres Aguas. Todavía se
conserva el canal por el que el agua se precipitaba a las paletas y la salida
de aguas en forma de arco de medio punto.
LA ARQUITECTURA DEL PODER (C.F. EL BODEGON).
La casa forestal de El Bodegón
es una de las muchas casas construidas en toda la sierra en los años cuarenta.
Cuando empezamos a escribir este panfleto los tres edificios estaban en
semi-ruina. Ahora, unos meses más tarde, se encuentra totalmente arruinada. Las
tejas han sido quitadas o retiradas y la estructura del tejado se hunde,
puertas y ventanas también han desaparecido y no tardará en caer lo poco
aprovechable que allí se pueda encontrar.
Casa Forestal “El Bodegón”.
Casa Forestal “El Bodegón”.
A pesar de que son
unos edificios (Casa, cuadras y almacén) que rompen con la estética y vistosidad
de las construcciones populares, pensamos que no desentonan con el paisaje y
creemos que merece la pena salvarlas de su inminente desaparición. Las posibilidades de cesión de estos edificios a
empresas o personas que presenten proyectos de utilización más o menos racional
de estas espléndidas edificaciones, abre una vía de salvación (aunque con algún
recelo).
Como obra pública o
privada (no sabemos por quién se hizo pero la insertamos en este apartado)
nefasta por el impacto negativo que ha supuesto para el medio ambiente de la
zona no podemos obviar el basurero que, hasta hace poco tiempo, ha estado
funcionando en la cabecera del valle próximo a "La Cañá del Sabucal".
La privilegiada situación de este
vertedero (en un hermoso collado) propiciaba que, con los constantes y no
precisamente suaves vientos reinantes en el lugar (además de la soberbia
protección instalada para minorar sus efectos y evitar la entrada de animales,
consistente en una paupérrima alambrada de metro y medio de altura) plástico y papeles sintieran poca simpatía por el emplazamiento asignado,
esparciéndose por doquier. Han sido numerosas las críticas que ha necesitado
recibir este inmundo reducto para que haya sido, ¿finalmente clausurado?
PROBLEMÁTICA RECONSTRUCTIVA ACTUAL.
A LA BUSQUEDA DE UNA CASA.
La inquietud de
tener una casa en la sierra a la que acudir siempre que se pueda o quiera,
compensaría de algún modo el no tener el arrojo necesario para dar el gran
salto, dejarlo todo y marcharnos a vivir allí.
Todavía estábamos
viviendo en Madrid cuando decidimos, medio en serio medio en broma, buscar casa
en Segura. Nos habían comentado la posibilidad de encontrar casas muy baratas
en la zona. Excursiones en coche, a pie o en bici por lugares como La Ballestera,
Los Goldines, La Platera, La Toba, Marchena, Las Gorgollitas, La Huelga Utrera,
Los Fresnos, etc., etc. dieron infructuosos resultados hasta que recalamos en
la casa de Lorenzo el guarda, en la Venta de Rampias. Nos informó que un tal
León “El Pipas” tenía una casa en venta más arriba de Los Anchos. Enfilamos el
Citroën Visa hacia el lugar y, según íbamos avanzando, aquello nos gustaba más
y más por lo alejado, “inaccesible y virgen”. Nada más llegar a Prado Maguillo
nos topamos con Basilia Y Leonides. El con su pitillo liado a mano en la boca y
ella con un atuendo que nos pareció el de una meiga gallega y nos hizo recordar
temores infantiles. Una vez saludados les preguntamos si se vendía alguna casa
por allí a lo que contestaron que allí todo estaba en venta. Nos enseñaron
varias casas en muy mal estado para al final ver la de “El Pipas” y otras dos
más pegadas a ella que fueron las que más nos gustaron. Un par de viajes a
Orcera a hablar con los dueños, unos tiras y aflojas, y a continuación a la
notaría.
Esta no es una
aventura singular, genuina o pionera sino que puede ser a grandes rasgos la
protagonizada por cualquier buscador de casas en la sierra.
PROBLEMÁTICA LEGAL
“Largo tiempo abandonadas, ahora comienzan a
poblarse. Perdiendo, eso sí, parte de su gracia, de su encanto, con inopinados
retoques" (Berges Roldán 1986).
Cuando nos
disponemos a adquirir un inmueble en el valle, debemos de tener en cuenta si la
finca “es propiedad” y dispone de escritura inscrita en el Registro de la
Propiedad o por el contrario es “del estao”. Para hacernos una idea de cómo se
llevaron a cabo las expropiaciones en la Sierra de Segura y entender como se
perdieron propiedades “de toda la vida” es esclarecedor, leer el libro “Los
Hornilleros”. Por lo que se ve, en esta zona, los ingenieros de montes no se
anduvieron con chiquitas y, tomando puntos de referencia cómodos, realizaron
unos rectilíneos deslindes.
Encontramos edificaciones en los lugares mas recónditos.
Encontramos edificaciones en los lugares mas recónditos.
Prácticamente todo
Prao Maguillo es propiedad así como la mayoría de los pedazos de labor. En Los
Anchos sin embargo casi todo es del “estao” pagando los moradores de las casas
un canon anual por su uso. Hemos de saber que si compramos una casa de estas,
lo que estamos comprándole en realidad al vendedor es el traspaso del canon ya
que no podremos escriturar la casa a nuestro nombre.
Cortijos Aislados
como por ejemplo el cortijo de la Hermanica Rosario si que tienen la propiedad
y además suelen contar con tierras de labor y/o monte que se venden en un solo lote.
El caso de Prao
Maguillo es un poco complicado pues de
muy antiguo existe una escritura de propiedad en la que está comprendida toda
la cortijada. A efectos de notaría e inscripción en el Registro de la Propiedad
esta escritura no sirve de mucho y el notario advierte sobre la falta de
titularidad de la misma, por lo que habrá de ser inmatriculada al amparo del
artículo 205 de la Ley Hipotecaria, pero nos sirve como garantía para saber que
lo que vamos a adquirir es parte de una propiedad que sí está Registrada. Este
artículo de la Ley Hipotecaria supone que durante un año ha de ser expuesta en
el tablón de edictos la operación de compra-venta por si hay alguna reclamación
por parte de algún tercero y si no llega tal acontecimiento, pasado este tiempo,
la casa será inscrita en el Registro a nuestro nombre.
La propiedad global
(legal) de Prao Maguillo se divide a su vez en 29 propiedades (tradicionales).
Esta propiedad incluye además las anchuras de la aldea que son las calles y los
terrenos que circundan la misma. A cada propiedad tradicional le corresponde
una parte de anchuras pero como desde la época en la que se dividió la aldea en
las 29 partes, se han realizado varias operaciones de compraventa, hay casas
que se han quedado sin su parte correspondiente de anchuras ya que el vendedor
las vendió sin este derecho, reservándoselo a sí mismo para alguna cuadrilla o
casilla construida con posterioridad y que no tenía parte de anchuras. Otras
veces también se puede vender con solo media parte. El concepto de anchuras es
un poco abstracto ya que al no estarle asignado a su propietario original la
parte correspondiente, nadie sabe cual es su parte o su media parte de anchuras
y cuanto más tiempo pasa y operaciones de compraventa se hacen, más se van
dividiendo las partes de anchuras. Por lo tanto todo (las anchuras) es de todos
y “si yo me pongo a estar en la puerta de tu casa no puedes decirme nada porque
eso es tan mío como tuyo” nos comentaba Basilia. Pero para evitar conflictos,
desde siempre, se ha entendido que la zona que hay delante de una casa es
prioritaria para ese vecino así como los árboles plantados por este por lo que
si dan producción (nogueras o frutales), esta será para el que lo plantó. No
está bien visto el tapiado o cercado de
cualquier parte de las anchuras o tomar terrenos de las mismas para ampliar la
casa, sobre todo si de nuevos vecinos a tiempo parcial se trata.
Pasaron ya los
tiempos en los que se podía adquirir una magnífica casa (por tamaño y no por su
estado) con terreno incluido a un precio irrisorio. Ahora el serrano se “sube
un poco a la parra” a la hora de pedir dineros y el más humilde cuchitril o
cuadra no se pone en venta por menos de un millón de pesetas. La llegada de
nuevos pobladores de temporada que hemos comprado al contado y sin problemas,
la figura del Parque Natural y el hecho de ser propiedad ha supuesto una
revalorización notable de las fincas o mejor dicho del suelo urbano. No
obstante el regateo es un arte del que el serrano vendedor no rehuye y, con
dinero en mano, pueden conseguirse sustanciosas rebajas.
Como costumbre, el
vendedor no quiere saber nada de costas de escrituras y papeleos y advierte que
él firmara lo que sea necesario pero los gastos corren por parte del comprador.
Si el vendedor ha hecho ya escritura a su nombre del inmueble o parcela,
podemos pedirle que nos la entregue libre de cargas y gravámenes o que corra
con los gastos de liquidación ya que no suelen pagar la contribución y otros
impuestos municipales.
Otras acciones
legales a realizar son la realización de alteración catastral y la comunicación
al ayuntamiento del cambio de titular para el cobro de aguas y basuras.
Si entran en la
compraventa pedazos de tierra, verificaremos si son de regadío o secano pues
los primeros tienen bastante más valor que los primeros aun cuando no pensemos
utilizarlos nunca.
MANOS A LA OBRA
Una vez salvados todos los escollos anteriores,
pongámonos manos a la obra.
La ilusión y
entusiasmo que a muchos nos ha producido el hecho de poseer una casa en tan
admirable lugar se torna preocupación, y abatimiento a veces, en el momento de
acometer una intervención, necesaria sin lugar a dudas.
Podemos tener una
casa cuyo aspecto interior y exterior, aparentemente sea bueno o cuanto menos
habitable, pero una inspección con detenimiento nos hará recapacitar. Podremos
ver como algunas o muchas vigas del tejado están podridas por las goteras, el
mínimo roce a una de las paredes hace que se caiga parte del encalado y así mil
y una incidencias más.
El binomio tradición
- modernidad (en lo que a construcción
popular se refiere) es complicado hacerlo coexistir, sin embargo, una casa
tradicional no tiene porque no adaptarse al modo de vida actual pues con
ingenio y un poco de sentido práctico (al igual que los anteriores moradores),
la vivienda aceptará sin problemas todo tipo de comodidades.
Con respecto a la
estructura de la casa o muros de carga diremos que en general interesa más
mantener, siempre que se pueda, que demoler y construir de nuevo, aunque sea
con material recuperado ya que:
a) La demolición total o
parcial es un trabajo muy pesado que debe ser realizado a mano si nuestra casa
está adosada a otra ya que de hacerlo con una máquina (retroexcavadora),
corremos el riesgo de dañar seriamente la casa del vecino. La primera y por
ahora única demolición de una casa con maquinaria supuso toda una convulsión en
Prao Maguillo y la gente que había por allí asistió alucinada al espectáculo.
b) Volver a levantar un muro de carga con piedra grosera
(mampostería) requiere de una persona que domine bien la técnica y esté
dispuesto a lanzarse a semejante aventura.
c) El peso del material y el hecho
de no presentar caras regulares hace que sea un trabajo lento y penoso tanto
para el constructor como para el que tiene que pagar el jornal de este.
d) Será más difícil embutir
instalaciones de luz y agua.
Como ventajas tendríamos:
a) Podemos hacerlo nosotros mismos
si tenemos poca prisa, mucha fuerza de voluntad y experiencia en albañilería
con el consiguiente ahorro en jornales y material pues solo tendríamos que
poner arena, cemento o cal y agua
b) Solidez a toda prueba. Como
suele decir Wolfgang, el del Chaparral
con ese acento medio germánico, medio sevillano, medio serrano: “mejor
muro que uno de estos no lo vas a encontrar en ningún lado”.
c) Aislamiento térmico y acústico
garantizado, si se hacen del grosor adecuado.
Pero
lo anterior huelga si los muros de que disponemos están aplomados o solo tienen
un ligero desplome. Siendo así y contando con que la cubierta habremos de
desmontarla en todos los casos podríamos proceder a la consolidación de los
muros y sin que sirva como paradigma a seguir, de esta forma:
Preferentemente
con la cubierta ya desmontada procederemos al picado de las paredes por dentro
de la casa (o por fuera, da igual) con una piocha o “picola” hasta dejar la
piedra vista, profundizando lo más posible en el calicanto primitivo. Esta
operación resulta bastante sencilla porque la cal y el mortero se desprenden
con bastante facilidad. Asimismo también pueden y suelen desprenderse también
piedras en la zona en la que estamos picando con el peligro de lesionarnos.
También debemos protegernos los ojos con unas gafas adecuadas y ponernos una
mascarilla antipolvo pues se produce mucho.
Una
vez picada la pared, la lavaremos bien con una manguera hasta dejar las piedras
y huecos lo más limpios posible para que el nuevo relleno pegue bien. Este
relleno de huecos podemos hacerlo con mortero de cemento (o cal) y arena,
proyectando con fuerza la masa a los huecos sirviéndonos de una paleta o bien
con las manos, previamente de habernos puesto en ellas un guante de látex o
similar. Realizado este tosco enlucido, esperaremos un tiempo para que seque un
poco y nos dispondremos a refinar la pared con el mismo tipo de mortero y
ayudados de una llana o “plana”, para terminarlo con un fratasado de esponja
muy húmeda.
Consolidada
ya esta parte (interior por ejemplo) procederemos de igual manera con la
exterior con la diferencia de que podemos darle un acabado más rugoso a la
fachada utilizando para el mortero grava fina y solo un poco de arena.
Casa intervenida, con detalles positivos y otros no tanto.
Casa intervenida, con detalles positivos y otros no tanto.
Ya
tenemos las paredes saneadas pero seguimos teniendo el problema de la falta de
cimentación de las mismas por lo que las grietas y tendencia al desplome en las
paredes estarán al acecho. Debido a que la altura en las cámaras suele ser
escasa, parece ser que, para solucionar este problema y el anterior, da buen
resultado construir un zuncho perimetral de hormigón y acero corrugado sobre
los muros de la casa.
El “Maestro lumbrero” y sus obreros especializados en plena intervención.
El “Maestro lumbrero” y sus obreros especializados en plena intervención.
Como
encofrado podemos situar muretes paralelos de ladrillo tabiquero de doble
cámara subiendo un par de hiladas. Con esta operación además de ganar unos 25
cm. de altura en la cámara, aseguramos notablemente las paredes y además
tenemos un excelente apoyo para las vigas del nuevo tejado.
Elevación de muros con bloques de termoarcilla.
Elevación de muros con bloques de termoarcilla.
Para
la reconstrucción del tejado podemos reciclar las vigas viejas y tablas que
estén en buen estado añadiendo el material nuevo que haga falta. Sobre las
tablas podemos colocar algún material impermeable y aislante (y si además es
transpirable, mejor aun) y sobre este, la
teja recuperada.
Todo
lo anterior debe ser supervisado y dirigido por el personal cualificado que
corresponda, además de obtener las licencias
y proyectos necesarios para acometer la intervención.
Es
recomendable leer las normas subsidiarias del ayuntamiento de
Santiago-Pontones, para conocer que podemos y no podemos hacer, así como la
normativa del Parque Natural.
Como
conclusión podría decirse que no es necesario realizar intervenciones radicales
(salvo casos extremos) en estas viviendas, ni transformar en exceso su estética
para adaptarlas a nuestras necesidades ya que, desde nuestro punto de vista y
pese a los errores cometidos, son las que más y mejor se integran en el
entorno, siendo un patrimonio que merece la pena conservar.
Desafortunadas intervenciones.
BIBLIOGRAFIA
- Arquitectura rural de la Sierra
de las Cuatro Villas. De. Diputación Provincial de Jaén 1986.
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De. Aguilar (cinco tomos) 1974.
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- Vivir en el campo. Monográfico
nº 16 de la revista INTEGRAL. 1987
LORENZO
MEDIANO.
- El libro de la casa natural. De. OASIS S.L. 1991.
DAVID
PEARSON.
EPÍLOGO
El desarrollo
económico de la Sierra de Segura se enfrenta a un futuro incierto. Se está a tiempo
de plantear un sistema de explotación turística no tan agresivo como en otros
lugares en los que ha desaparecido la cultura tradicional en beneficio del
dinero rápido, conseguido sin el mínimo escrúpulo.
Sería
lamentable tener que llegar al extremo de tener que implantar una normativa de
restricción de accesos, expropiación de inmuebles y terrenos, etc., como ya se
ha hecho en alguna comunidad autónoma.
Somos
conscientes de que recuperar las técnicas y materiales de construcción de
antaño es muy complicado ya que suponen un considerable esfuerzo físico para
recopilar la materia prima y usarla. Pero en el peor de los casos, podremos
darle a la obra nueva el aspecto y el “sabor” tradicional, al menos en la parte
externa.
Esperamos que
proyectos como las iniciativas comunitarias ADAPT a través de las cuales la
FENPA (Federación de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía) en
colaboración con la Junta de Andalucía (Consejería de Medio Ambiente) organizó
un programa de cursos muy interesantes para el desarrollo local, no queden en
un mero despunte o inversión justificativa para seguir recibiendo fondos y el
eslogan “UN PARQUE NATURAL COMO ORIGEN DE UNA NUEVA ACTIVIDAD PRODUCTIVA” , sea
algo más que varios panfletos publicitarios repartidos por la sierra.
El poco tiempo
disponible y, como dijimos al principio, los escasos conocimientos, ha hecho
que muchas cosas se hayan podido quedar en el tintero. Ya veremos si más
adelante podemos completar este grato entretenimiento con más información y
nuevas peripecias serranas.
No podíamos
terminar sin hacer una mención especial a los verdaderos artífices de la mayor
parte de este compendio que no son otros que nuestros vecinos Basilia y
Leonides. Han sido sus comentarios, conversaciones y sabiduría base fundamental
en la que apoyarse y lanzarse a hacer esto. Desgraciadamente no podemos
disfrutar de su compañía tanto tiempo como antes ya que debido a su delicado
estado de salud, viven casi todo el año en Arroyo Frío (cerca de Cortijos
Nuevos) y solo suben unos días en el verano.
Agradecemos
también la colaboración desinteresada de nuestros vecinos Juan José, Evelia y a
su hijo Alberto, deseando que pronto puedan ver cumplido su deseo de venirse a
Prado Maguillo a vivir todo el año, a Damasa, a Gervasio de Los Anchos, a
Cristóbal Vico y a José María Cabeza.