lunes, 18 de junio de 2012

Arquitectura popular tradicional del valle de Los Anchos



Arquitectura Popular Tradicional del Valle de Los Anchos

(Sierra de Segura)
© Matterhorn (R.L.R.) 1998. Inscrita en el Registro de la Propiedad Intelectual 21-01-1999 (00/1999/5581). Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación.
Publicado en 1999 por "El Toro de Caña", revista de cultura tradicional de la provincia de Jaén nº 5
I.S.S.N.: 1138-7297

Prado Maguillo 1991.



INDICE

.- Introducción

- Reseña Histórica.

.- El Medio Físico
      Orografía.
El Clima.
Accesos.

.- Arquitectura Popular.

.- Características de la Arquitectura Popular.

.- Materiales de Construcción.
                Adobe.
                Arena y Grava.
                Barro de arcilla.
                Cal.
                Cañas.
                Madera.
                Toba.
                Yeso.
                Piedra.
                Cerámica.

.- Herramientas.

.- Tipologías edificatorias.

.- Estructura.

.- Forjados.

.- Tejado.

.- Cerramientos.

.- Interiores.

.- Obras auxiliares.
                Contrafuertes.
                Escaleras y pasarelas.
                Bancos.
                Lonjas.
                Drenajes.
                Cuadrillas y cocinillas.
                Hornos.

.- Obras comunales urbanas.
                Iglesia y “Simenterio” (Cementerio).
                Lavaderos.
                Fuentes.
                Paratas urbanas.
                Calles.


.- Obras agrícolas e industriales.
                Paratas.
                Albercas.
                “Tinás”.
                Eras.
                Molinos.

.- La Arquitectura del Poder.
                La casa forestal de El Bodegón.

.- Problemática reconstructiva actual.
                A la búsqueda de una casa.
                Problemática legal.
                Manos a la obra.

.- Bibliografía.

.- Epílogo.


INTRODUCCION

Hemos visto pasar una caravana de unos 100 vehículos todo terreno por la aldea de “Prao Maguillo” (Prado Maguillo). Algunos pasaban a gran velocidad con la consiguiente dosis de decibelios procedentes del motor y rodadura, pero la tónica común a todos ellos era la mirada de sus ocupantes perdida en el carril. De repente uno de los conductores detiene el coche a instancias del acompañante y, por fin, ellos lo ven. Es el maravilloso valle de “Prao Maguillo”. Sin excesivo afán de crítica hacia estos efímeros turistas, pensamos que la Sierra de Segura puede empezar a mercantilizarse en exceso como le ha ocurrido a Cazorla, por lo que la figura de Parque Natural parece ser más explotadora que proteccionista.
Hace unos cuantos años nos comentaba Joaquín el de “La Cañá  del Sabucal” (Cañada del Saúcar) que el cáncer se está extendiendo lenta pero inexorablemente y que, a la vista de lo acontecido, puede que haya que mudarse a otro sitio. Certera premonición  la de este singular personaje que habita el cortijo más elevado del valle a más de 1.400 mts. de altitud. No se trata de convertir la zona en el coto privado de los que allí tenemos propiedades, sino de mantener lo más inalteradamente posible la zona pues a nuestro entender sobreexplotación = ruina.
Hoy en día que nos preocupamos de investigar en lugares remotísimos, inexpugnables y recónditos en busca de culturas vírgenes que han mantenido inalterables sus tradiciones y lo vemos como algo asombroso y hasta idílico, quizá no nos damos cuenta que eso mismo, con igual o mayor riqueza etnológica, lo hemos tenido hasta hace una década a la vuelta de la esquina y no le hemos prestado atención. Me refiero con esto último a la Sierra de Segura, ya que la zona de Cazorla fue degradada mucho antes, que poco a poco va colonizándose de gente de ciudad en detrimento de sus pobladores tradicionales cuyos hijos han emigrado (Villareal parece que fue la tierra prometida para el serrano joven, ahora nostálgico de sus orígenes) y ellos van muriendo al ser ya mayores. Puede que esta sea una evolución lógica y sostenible para el futuro segureño, pudiendo de esta forma evitar el advenimiento de insaciables especuladores que solo piensan en el turismo cinegético y en campos de golf serranos para que, una vez agotado el filón y cambiado el modo de vida de algunos pobladores, marcharse a otros lugares que sean fáciles de esquilmar.
“Cuando la dejaron, sus propietarios demolieron, erigieron, reformaron. Y su bello gallinero, a modo de serrana logia, se perdió para siempre tras una estúpida pared de bloques de cemento gris." (Berges Roldán 1986).
“Hace unos años quedó vacía. Poco a poco los tejados se hunden arrastrando muros. Convertidos en un montón de piedras, se van fundiendo con la tierra”. (Berges Roldán 1986).
A pesar de la actividad humana y sus cambios, hay algo que no varía y es el férreo dominio que la naturaleza ejerce, imponiendo su ley sin prisa pero sin pausa. Al contrario que en la ciudad donde residimos habitualmente, las estaciones se manifiestan en todo su esplendor y el rigor invernal invita a acudir con mayor frecuencia.
Nos centraremos en la aldea de “Prao Maguillo”, aunque también haremos referencia a otras como “La Cañá”, El Chaparral, Los Anchos, "Maja Oscura", etc.
Este trabajo no pretende ser un estudio técnico dado que nuestros conocimientos son escasos. Tampoco pretendemos ser los salvapatrias locales ni pecar de falsa modestia a sabiendas de que es difícil evitarlo. Sólo se trata de no dejar perder en el olvido algunas técnicas constructivas que, aunque similares a las de otros sitios, poseen unas características diferenciales y se han venido realizando tradicionalmente en este valle.
En numerosas ocasiones haremos mención a Luis Berges Roldán (Berges Roldán 1986). que con su breve pero interesante trabajo “Arquitectura rural de la sierra de las cuatro villas” es punto de referencia casi obligado.

Hoyalazol.

RESEÑA HISTÓRICA   

Resulta difícil imaginar como serían estas sierras y en especial el Valle de “Prao Maguillo” de 100 años para atrás. Si hoy en día con vehículos todo terreno y un carril más o menos transitable, el acceso se hace dificultoso, no serían muy frecuentes las visitas de personas a esta zona en tales fechas.
La Sierra de Segura conoció pobladores de la cultura Argárica, Tartésica, e Ibérica en general pero la época de mayor esplendor corresponde al dominio del Islámico, no encontrándose en “Prao Maguillo”, al menos que sepamos, vestigio de tales fechas. La Orden Militar de Santiago conquista la zona en el período 1235 y 1242 otorgándose a Segura una especie de autonomía.
En el siglo XVIII se acarreaban troncos por los ríos Guadalquivir, Segura y Guadalimar para los astilleros de Cádiz y Cartagena, creándose la provincia marítima de Segura con jurisdicción en bastos y recónditos contornos.

Juan Luis González Ripoll en su novela “Los Hornilleros” (1979) relata:
Hace ya muchos años, dieron un decreto diciendo que todo aquel que quisiera ocupar los montes de realengo, a lo ancho y a lo largo del río principal y de sus afluentes, podía aposentarse donde quisiera y amojonar las tierras que escogiera para sacarlas de terreno nuevo y ponerlas en cultivo.
Fue entonces cuando se dejó venir una avalancha de gente de la parte de Yeste y de las Juntas de Río Madera, también de Albacete y sierras de Almería y del este y levante.
Una vez que habían marcado las lindes levantaban unas perchas para aserrar el pino blanco de la montaña arriba, y lo desdoblaban para sacar vigas y colañas con las que hacer unas buenas techumbres, y para levantar los muros acarreaban piedras y las iban trabando o hacían adobes, para que la obra resultara firme y resistiera los fríos y las nieves”.
En un reciente viaje a la zona de Garrucha hemos podido comprobar como la forma de construir los muros principales de los cortijos es exactamente la misma que en esta parte de la sierra. Por tanto cabe preguntarse si la arquitectura popular tradicional de la Sierra de Segura y en particular del valle de "Prao Maguillo" no es una mezcla del conocimiento constructivo de diferentes lugares, adaptado al medio y a los materiales de construcción disponibles.

EL MEDIO FISICO 

OROGRAFIA


La complejidad orográfica de toda la zona tiene un claro y al mismo tiempo atípico representante en este valle de Los Anchos. Recorriendo otros valles correspondientes estos  a otros arroyos de la zona de similar longitud, observamos que la tónica general es el valle en “V” profunda sin apenas sitio en las márgenes del mismo, especialmente en su curso alto. Sin embargo, casi desde su nacimiento, el arroyo de Los Anchos dispone de un cauce con poca pendiente donde proliferan las vegas cultivables en cuyas proximidades se asientan los núcleos de población. Por el contrario, a partir de La Conquista y hasta la Venta de Rampias donde desemboca en el Río Madera, toma una fuerte pendiente y se encajona mucho en algún tramo (La Molineta), desfavoreciendo su poblamiento.
El arroyo discurre de norte (nacimiento) a sur, encontrándose al saliente de la zona de Los Anchos la llamada “Raja”, murallón calizo correspondiente al Calar del Cobo en el que se encuentra el pico de mayor altitud de la zona llamado pico Cobos o Cerro de la Misa de 1.794 mts. de altitud. Al ocaso topamos con la enigmática loma del Mirandante, de la que se cuentan historias de tesoros escondidos en algún recóndito lugar de esta.         
La aldea de "Prao Maguillo" se encuentra situada a unos 1.350 mts. De altitud, estando solo la “Cañá del Sabucal” un poco más alta y más aun la casa forestal de “El Bodegón”, enclave magnífico desde el que se domina todo el valle y que es una de tantas casas forestales que gracias al desinterés de la administración esta siendo expoliada y se encuentra en semiruina. En este último caso estaríamos hablando de un ejemplo clásico de “arquitectura del poder”.

CLIMA


Dadas las características orográficas del lugar podemos suponer que el clima se corresponde con el de una zona continental de media montaña con veranos suaves e inviernos largos y rigurosos, con frecuentes nevadas y el mercurio habitualmente por debajo de 0º, aunque últimamente los inviernos se están suavizando bastante. Aun así, las estaciones se siguen mostrando con sus peculiaridades y basta echar una rápida ojeada al valle para saber en que estación estamos. Desde los meses de noviembre a mayo no debemos descartar alguna helada o nevada. Precisamente el día 1 de mayo de 1993 cayó una copiosa nevada que además de sorprendernos agradablemente, casi no nos permitió salir de la aldea. La temperatura media correspondiente al mes de enero se sitúa en torno a los 5 grados, elevándose hasta los 23 en julio.
En la época estival los días son calurosos pero, al anochecer se hace necesario  alguna prenda de abrigo ya que suele refrescar bastante. Los emigrantes vuelven, los cortijos se llenan de gente y las obras proliferan por doquier. 
Visto lo anterior y dada la precariedad de los medios de calefacción disponibles, veremos más adelante como la vivienda y su distribución interior se adaptaban, en la medida de lo posible, que no era mucho, al clima, intentando aminorar el impacto de los fríos.

ACCESOS

Existe un carril longitudinal que recorre todo el valle partiendo de la Venta de Rampias hasta el “Collao de Gontal” donde se divide en dos, si torcemos a la derecha bajaremos por la Peña el Horno y la Peguera del Madroño hasta la carretera de Las Juntas y si lo hacemos a la siniestra llegaremos, bordeando El Espino (1.722 mt.), hasta la carretera que va desde la Casa Forestal de Navalcaballo hasta Yeste. Este carril fue construido hace unos 40 años y hasta entonces solo existía una vereda y el acceso se hacía a pie o en caballerías. Histórica reivindicación es el asfaltado de este carril por parte de muchos vecinos y emigrantes retornados en época de estío. Cada vez los rumores son más fundados de que este anhelo pueda verse convertido en realidad. También existe un pequeño sector crítico que duda de los beneficios que proporcionaría este asfaltado.
También se puede acceder a Prado Maguillo desde el Campamento de la Morringa, en las proximidades de Río Madera (o cortijo de Rocanales). Construido más recientemente que el anterior, a fuerza de pico, pala y barrenos por varias brigadas de obreros, se haya en muy mal estado pero se ahorra camino con respecto al de la Venta de Rampias y además el desnivel a superar es menor, no existiendo las fuertes rampas que posee el otro.

La Conquista.

ARQUITECTURA POPULAR

Podríamos definir la arquitectura popular como el arte y la técnica de proyectar, construir y transformar el entorno vital de un grupo o grupos humanos, realizándose todo ello por individuos salidos del propio grupo y considerando que el concepto arte, habrá de tomarse muchas veces más como habilidad o acierto que en el sentido académico que suele darse a esta expresión (De Curso de Arquitectura y Decoración Rural y Tradicional. José Carlos Sánchez 1997).
A pesar de lo anterior y atendiendo a las diferencias que establecen algunos autores diríamos que se puede hablar, por lo que a la zona de Los Anchos se refiere, de arquitectura popular en toda su extensión y no de construcción popular. Esto es de aplicación hasta hace 40 o quizás 35 años pero a partir de esa fecha y hasta la actualidad no es el propio morador ayudado por su familia y vecinos el que proyecta y construye el edificio sino que interviene un albañil aunque este siempre es ayudado siguiendo las directrices que marca el propietario manteniéndose de alguna manera las características tradicionales en la construcción.
No es que hoy en día la arquitectura popular de esta zona haya desaparecido porque se siguen haciendo obras ejecutadas por el propietario del inmueble o ruina pero no es arquitectura popular “tradicional” pues se desechan los materiales que tanto trabajo costaron acarrear para construir el edificio en favor de materiales prefabricados y se han abandonado las técnicas y materiales de siempre para rendir un culto casi idólatra al hormigón y a los materiales derivados de él.

Cuando nos conocimos (Aniceto) me preguntó:

n Y usted, ¿qué es?
n Arquitecto, le dije.
n Arquitecto somos tos, me respondió. Lo que yo le pregunto es de que come”  (Berges Roldán 1986).

CARACTERISTICAS DE LA ARQUITECTURA POPULAR


Las características de la arquitectura popular predominantes en la zona coinciden en muchos aspectos con las de otros puntos distantes geográficamente y sirven para diferenciarla claramente de la arquitectura culta o profesional. A continuación, para ofrecerlas como complemento interesante y divulgativo, ofrecemos un resumen de las enunciadas por C. Flores (1974):
"1.-Enraizamiento en la tierra y en el pueblo. Surge como una respuesta casi siempre inmediata o directa- a las necesidades y posibilidades de sus usuarios y a las exigencias derivadas de la tradición religiosa y cultural de la zona geográfica en que se produce.
2.- Predominio del sentido utilitario que informa de todo el vivir de sus creadores-usuarios. Funcionalismo hasta donde los limitados conocimientos técnicos de sus autores permiten llegar.
3.- La arquitectura popular se encuentra siempre fuertemente ligada a la tradición, no sólo respecto de las técnicas constructivas sino en cuanto al sentido plástico y a la manera de distribuir los diversos recintos. Esta íntima relación con el suelo, el clima, los conocimientos y la tradición del país confiere a esta  arquitectura un carácter  comarcal y aun local.
4.- La arquitectura popular raramente introduce innovaciones gratuitas. Cuando admite una novedad lo hace apoyándose en razones lógicas muy poderosas. El arquitecto popular , al construir su casa, da por supuesto, tácitamente, que será semejante a todas las demás que le rodean. Tanto su preocupación eminentemente utilitaria como cu acatamiento a los esquemas tradicionales harán su obra difícilmente accesible a la frivolidad o al pintoresquismo. Aun aquellos valores que un observador ajeno pudiera encontrar en ella como pintorescos serán resultado, por lo general, de planteamientos ajenos substancialmente a tal preocupación.
5.- La arquitectura popular se caracteriza por un enfoque mental en el que apenas hay lugar para la afectación o la frivolidad. Es la arquitectura del sentido común.
6.- El factor económico ejerce sobre toda ella un efecto importante, si bien generalmente, no se ahorra en aquello que a la larga originaría mayores dispendios: espesor de muros, seguridad en la cubierta, etc. Esta misma prudencia elimina cualquier preocupación por “agotar” las posibilidades mecánicas o resistentes del material. Se evitan así lucubraciones tan superficiales y sin sentido como las que muchas veces pueden encontrarse en el campo de la arquitectura profesional.
Las condiciones económicas en que se produce la obra hacen, salvo excepciones, de la arquitectura popular una arquitectura menor en cuanto a dimensiones. Por la misma razón se tiende constructivamente a soluciones elementales y poco costosas salvo alguna excepción.
7.- las complicaciones constructivas que una determinada obra popular parezca presentar lo son, muchas veces, en mayor grado para el observador actual, ajeno a ella, que para sus realizadores para quienes su construcción tal vez no supuso un esfuerzo excepcional al estar familiarizados por tradición y costumbre con la técnica y los sistemas utilizados. En muchas ocasiones el problema que considerado globalmente parece ofrecer gran complejidad, está compuesto por una serie encadenada de problemas elementales de solución inmediata al ser considerados de uno en uno. Por otra parte el hecho de que la mayoría de las soluciones constructivas resulten de extrema sencillez no excluye su perfecta adecuación al caso considerado.
8.- Tanto la técnica como los materiales utilizados pertenecen a una época preindustrial, si bien la producción industrial ha facilitado el trabajo del constructor popular en lo que a provisión de herramientas se refiere.
9.- En lo que concierne a los aspectos semióticos o visuales, la arquitectura popular deriva de un planteamiento generalmente desprovisto de todo prejuicio acerca de los efectos plásticos, lo que no supone en cada caso una despreocupación absoluta al respecto.
El arquitecto popular abre un hueco allí donde resulta más conveniente o cierra - según sus necesidades - total o parcialmente una galería exterior sin detenerse a considerar de antemano, por lo general, el efecto plástico que derivará de su acción. Tal actitud dará lugar a soluciones inesperadas que pueden resultar sorprendentes y nuevas desde un punto de vista estético. Este carácter diverso e imprevisible, que constituye uno de los grandes atractivos de la arquitectura popular, raramente se da en la profesional o culta donde la composición suele obedecer a reglas o pautas establecidas.
Cada obra de arquitectura popular suele estar desarrollada en un lenguaje de fácil lectura. Se trata, por lo general, de una proposición clara y concisamente expresada.
10.- La economía de medios materiales con que la arquitectura popular se lleva a cabo puede suponer, aunque parezca paradójico, una circunstancia de influencia positiva.
El despojamiento de casi todo lo estrictamente necesario le confiere unas condiciones de sobriedad y de elegancia a las que el arquitecto popular difícilmente accedería teniendo a su alcance una mayor riqueza de posibilidades.
11.- Los errores o fallos estéticos que, desde un punto de vista culto, pueda ofrecer la arquitectura popular  casi siempre suponen la exteriorización del planteamiento sencillo o ingenuo con que tal actividad fue acometida por sus creadores. Ocurre entonces que tales “errores” en lugar de constituir un aspecto negativo dentro de la obra llegan, incluso, a aumentar su atractivo.
12.- Entre los aspectos que, pudieramos decir, “ennoblecen” la arquitectura popular se encuentran el cariño y esfuerzo puesto a contribución por sus autores al realizarla. También el carácter natural de los materiales empleados, ajenos a cualquier tipo de moda o uso injustificado impuestos por la creciente y agobiadora publicidad mercantilista.
13.- El arquitecto popular persigue, por lo general la realización de una obra definitiva que será utilizada por el mismo y sus descendientes. El sentido de provisionalidad que preside la actuación del emigrante al edificar su casa en el suburbio de la gran ciudad llega a anular, casi siempre, alguno de los aspectos más positivos que se encuentran en el constructor popular. La belleza formal y la calidad artesanal se hallan ausentes, normalmente, en estos conjuntos suburbanos de monótona sordidez.


Ruinas del cortijo de Los Juanes.

14.- La arquitectura popular es, habitualmente una arquitectura de módulo unifamiliar. Apenas es posible, por lo general, la construcción de conjuntos de viviendas populares si bien estos pueden llegar a formarse posteriormente mediante un fenómeno de agregación.
15.- En el lenguaje de la arquitectura popular es evidente la ausencia de “estilos históricos” si bien, en ciertos casos, puede encontrarse un reflejo o transposición ingenuos de términos pertenecientes a tales estilos.
16.- Como característica específica de la arquitectura popular hay que considerar la importancia que dentro de ella alcanzan las construcciones complementarias: molinos palomares, hórreos, pajares, chozos, etc., sin apenas existencia o relieva dentro de la arquitectura culta.
17.- La arquitectura popular es una arquitectura existencial, un fenómeno vivo y nunca un ejercicio de diseño por el que se perciben unos honorarios. El ser planteada dentro de este supuesto hace que el arquitecto popular extienda su actuación más allá de los límites estrictos de la casa, preocupándose por cuestiones muchas veces marginadas por el arquitecto profesional. El constructor popular sabe bien que la actividad vital no se agota de puertas para adentro; así, al pensar la vivienda tiene en cuenta su proyección exterior.
18.- la arquitectura popular no es un objeto de especulación, Su realización persigue la satisfacción de unas necesidades, no el logro de un beneficio económico. Tal vez a esta circunstancia hay que atribuir la falta de preocupación por dotarle de una apariencia que estimule su consumo.
19.- La arquitectura popular no se propone habitualmente la expresión de conceptos generales o universales ni de ideas simbólicas. Tampoco supone una expresión de poder.
La arquitectura popular pocas veces realiza, con plena consciencia, monumentos o edificios de carácter monumental.
20.- La vivienda popular es un reflejo auténtico de la vida campesina, ajena a nuestra idea de comodidad y el confort .Por lo que se refiere a los bienes de uso, apenas puede encontrarse mayor disparidad aún hoy entre el medio rural tradicional en que se ha desenvuelto la arquitectura popular y la llamada sociedad de consumo. El consumir, fuera de los artículos de primera necesidad, representa una actividad reducida a la mínima expresión dentro de tales ambientes. En ellos cada objeto no solo es utilizado al máximo de sus posibilidades, sino que, una vez desechado por inservible para su función primitiva, se le encuentran otras utilizaciones adicionales que prolonguen su uso
21.- .La arquitectura popular se plantea como respuesta inmediata, o al menos a corto plazo, a problemas particulares y concretos. No busca una generalización ni pretende la creación de tipos, a lo que, sin embargo, se llega, en un sentido amplio, mediante el acatamiento por su autor de las costumbres y tradiciones del país y por su deseo de someterse a las normas del sentido común antes que pretender significarse y destacar respecto a cuanto le rodea.
22.- La arquitectura popular rara vez pretende una modificación radical del medio en el que se realiza, sino más bien una adaptación del mismo a sus necesidades vitales.
23.- Es evidente que la arquitectura popular se distingue por un marcado carácter rural. No solo porque lo popular encuentra sus más profundas raíces en este medio, sino debido a que hasta época reciente, aun en las ciudades importantes, el carácter predominante era decididamente rural.
24.- En la arquitectura popular se encuentra generalmente un predominio de los valores volumétricos sobre los espaciales. En todo caso, el modo de articularse los diversos componentes de una vivienda más sus servicios, así como la existencia de ciertos elementos (patios, galerías soportales, etc.), pueden llegar a conformar espacios de auténtica entidad arquitectónica. Más raramente por lo que respecta al espacio interior, que solo en excepcionales ocasiones llega a alcanzar una valoración desde este punto de vista.
La establecida trampa del consumismo ha conducido en los países  de un cierto desarrollo económico a la necesidad de sustituir bienes de uso cuando estos se encuentran aún en condiciones de proporcionar un excelente servicio. Dentro del ambiente en el que se ha venido desarrollando la arquitectura popular esta actitud hubiera sido (al menos hasta hace poco tiempo) realmente inconcebible. En el medio social y humano en el que surge y se desarrolla la arquitectura popular el modo de proceder ha sido siempre exactamente el opuesto. Cada utensilio, objeto, herramienta, etc. Es empleado no sólo hasta el límite de sus posibilidades, sino aún más: cuando algún elemento va a ser desechado por inservible para su función primitiva procura encontrársele una utilización subsidiaria que prolongue su utilidad."


Bello “Prao la Raja”.

                En relación a este último párrafo nos gustaría apuntar que los años 70 y principios de los 80 supusieron una desarraigadora etapa para los pobladores del valle, perdiéndose parte de esa forma de vida tan ecológica (o económica que al fin y al cabo es lo mismo) que habían llevado hasta entonces. Este desarraigo ya comenzó con las emigraciones a pelar pinos o a trabajar en cualquier cosa a diferentes lugares de la geografía española.
                Antiguamente la economía local se sostenía en el trueque. Apenas había importaciones del exterior y casi eran autosuficientes. No se tiraba nada y la comida que no se podía aprovechar así como todos los restos orgánicos producidos en la casa eran arrojados unos metros por delante de la casa, degradándose al poco tiempo por acción de los animales domésticos o bien por los agentes meteorológicos. Este muladar o barranco era también un almacén de "basura" o planta de "compost" que periódicamente era limpiado para "esturrearlo en el holtal".
La comunicación con el exterior supuso que los pobladores sintieran la necesidad de servirse de esa tecnología que tanto confort proporciona pero para conseguirla no les servía cambiar por ella un gorrino o media fanega de cereal como aquí en la sierra. Surge de este modo la necesidad de conseguir dinero para comprar esos productos. Al principio solo eran algunas mercancias difíciles de conseguir en la sierra para pasar después a casi todos los productos de consumo. Se abandona la producción de cal para sustituirla por cemento envasado y los adobes se sustituyen por ladrillos por citar algunos ejemplos.
Se crea entonces un problema del que el serrano no ha sido informado y suponemos que tampoco se lo plantea como tal; los residuos no biodegradables. Al igual que antaño, los envases plásticos, de vidrio, pilas usadas, alpargatas de suela sintética, sacos de abono y un inacabable etcétera, son arrojados "ahí mehmo" con el inconveniente de no desaparecer pasado un tiempo.
Cuando fuimos a ver por primera vez nuestra casa de Prado Maguillo, estaba parcialmente amueblada y existían algunos útiles tradicionales en buen estado. Los propietarios nos la entregaron "en perfecto estado de revista" pues además de llevarse las cosas que les podían servir a ellos (cosa lógica y totalmente aceptable pues eso no entraba en el trato), prendieron fuego al resto de las cosas, olvidándose sin embargo de limpiar  la abundante basura del exterior. No es reproche pero aquello pareció una huida precipitada del lugar dando la sensación de que esa gente no sentía el más mínimo apego a aquel lugar. Tan solo en la zona de "anchuras del cortijo" (ya se explicará más adelante este concepto) dominada desde nuestras casas fue recogida tal cantidad de basura superficial que, al no poseer un medio de transporte lo suficientemente grande, se hizo necesario cavar una fosa de 2*1*1 metros para sepultar todo aquel montón de basura.

La "Cañá del Sabucal”.

MATERIALES DE CONSTRUCCION

 ADOBE


El adobe es un ladrillo macizo de barro arcilloso y paja utilizado para tabiquería interior. La escasa consistencia y formas no muy regulares de los mismos puede indicar una poco depurada técnica de fabricación y utilización de adoberas (moldes de madera) toscas.
Fábrica: Se amasa en una zanjilla practicada en el suelo o en una artesa la arcilla con agua hasta conseguir una pasta homogénea a la que se le añade cantidad suficiente de briznas de paja que actuarán a modo de armadura. Se vierte mezcla en la adobera, previamente situada sobre una tabla ancha o superficie plana y se enrasa la mezcla con el canto de una tablilla a los bordes superiores de la adobera. Después se retiran la adobera  para usarla de nuevo y cuando los adobes ya elaborados han adquirido cierta consistencia se ponen a secar al sol apoyados unos contra otros por parejas y en ángulo de 90º para reducir al máximo el contacto con el suelo y para que la mayor superficie posible este al aire (ver fig.). Las dimensiones no eran fijas y la adobera se construía según la necesidad de cada cual.

ARENA Y GRAVA


La arena se extraía del arroyo y se acarreaba hasta la obra en caballerías. Utilizada como aglomerante en la construcción de muros de mampostería convenientemente mezclada con cal en proporción aproximada de 6 a 1. También se utilizaba para obras de menor importancia como cocinillas o cuadrillas, una arena blanquecina, que se obtenía de terraplenes o civantos, denominada salegón que según la hermana Damasa “no servía pa na” pues la humedad provocada por la lluvia hacía que se desmoronara.
La grava también se utilizaba para preparar la argamasa de fijación de piedras  aunque el tamaño del árido no solía superar el centímetro de diámetro. Extraída en canteras como la del camino de La Morringa o La “Cañá del Sabucal” o bien sobrante de la criba de arena en el arroyo.

BARRO DE ARCILLA


Muy poco utilizado. Se puede ver aplicado toscamente a mano como sellador en las grietas producidas en los hornos como consecuencia de las dilataciones y como materia prima para la construcción de tejas, uno de los pocos elementos que tenía que comprar el constructor por lo que se le daba un tremendo valor por parte de este. Aún hoy, a la hora de hacer un trato de compra-venta de una casa, cuadra u otro edificio, el propietario tradicional (serrano) utiliza como argumento revalorizador de la finca, el buen estado de las tejas. Existía un tejar situado en el arroyo de las tres aguas próximo al cortijo de “Prao Maero” (Prado Madero) y otro en Las Herrerías.

Horno reparado con barro. Tejado a dos aguas.


“Es la propia teja el elemento de mayor calidad que el hombre de la Sierra de las Cuatro Villas ha fabricado. Numerosos tejares existían, donde se producían unas piezas de un bello color rojo capaces de resistir las intensas heladas sin descomponerse. Con un peso aproximado de 2 Kgs., un espesor de 1,5 cm., una longitud de 0,45 mts. y una anchura de boca de 23 cm., han resuelto los más complicados faldones y encuentros, demostrando un ingenio sorprendente”. (Berges Roldán 1986).

CAL
Material fundamental. Nos cuenta el Sr. Leonides que a las espaldas del depósito de agua de “Prao Maguillo”, “echaron una calera” cuando construyeron su casa. La calera es un agujero cilíndrico excavado en el terreno de un metro y medio o dos de profundidad y diámetro variable (según la entidad de la calera) que se sitúa cerca del lugar donde vamos a extraer, con pico o azadón las piedras calizas y debiendo tener a mano ingentes cantidades de leña para alimentarla. Las piedras calizas se colocan en hiladas concéntricas superpuestas unas sobre otras y cada vez de menor radio alrededor del borde de la calera, procurando casarlas de tal modo que apenas queden huecos o fisuras hasta formar una cúpula que tape totalmente la calera, a modo de horno, dejando un agujero (boca) en la parte inferior para introducir la leña. Las fisuras o pequeños huecos se tapan con pequeñas piedras calizas. Seguidamente se prende fuego a interior de la calera y este ha de mantenerse muy vivo día y noche durante dos o tres jornadas para que las piedras se mantengan a muy alta temperatura y lleguen a quebrantarse, tomando un tono blanquecino. Una vez consumido el fuego se retiran las cenizas del interior de la calera con una especie de legón para que la cal que caiga al interior no se mezcle con ellas (Leonides no lo hacía porque dice que era una pérdida de tiempo y además aquí no era costumbre).

Restos de una antigua calera

Si se necesita usar la cal de inmediato, se vierte agua sobre la cúpula pétrea (cal viva), que se mantiene en pie a duras penas, la cal subirá y se precipitará al fondo de la calera hecha polvo retirándose seguidamente para ser usada. Si no hay prisa por gastarla, una vez extinguido del fuego, se deja que la lluvia realice la operación antes descrita o bien se guarda en terrón. La cal resultante más blanca se usará para blanquear paredes y la de tonos más pálidos para la construcción. La operación de apagado de la cal viva es peligrosa pues esta alcanza una muy alta temperatura, produciéndose fuertes borbotones que, en caso de salpicar en la piel, provocan serias quemaduras.
Preparación del mortero de cal: Mezclar en seco una parte de cal y seis de arena (o cinco de arena y una de grava fina) añadir agua suficiente y volver a remover hasta conseguir una consistencia pastosa que será utilizada como aglomerante de las piedras (de ahí la expresión “cerrado a cal y canto”). 
Utilizada también como elemento decorativo y desinfectante. Tanto paredes interiores como exteriores y techos se blanqueaban con cal ya que existía la creencia que esta operación desinfectaba las superficies a las que se aplicaba. Normalmente esto se hacía todos los años y dependiendo del grosor de la costra producida por las diferentes manos, se puede calcular más o menos la antigüedad del edificio. En algunas casas la corteza es tal que los rincones están completamente redondeados. Más recientemente, se le añadía un poco de azulete a la cal de blanqueo de interiores y dependiendo de la cantidad, la estancia adquiría una tonalidad más o menos azulada. También se construyeron suelos con mortero de cal y arena, aumentando la proporción de cal de la masa para darle más dureza y cohesión una vez seca.

CAÑAS
Usadas sobre todo en las cubiertas como elemento de sustentación de las tejas (canales). Importada desde el exterior de la sierra en bestias (Leonides comenta que se solía traer del Puente de Génave o de esos ríos de Orcera). Excepcionalmente se utiliza, como en otras partes de la sierra, para la construcción de forjados. Las cañas utilizadas eran de pequeño diámetro unidas por cuerda de esparto hasta formar un cañizo que se clavaba con gran cantidad de puntas, más pequeñas que las de “tablal”, a las vigas de la cubierta. La solidez conseguida era notable.
Cuenta Hermana Basilia que “venían las gentes de esas vegas a comprarle patatas a su hermanica y pa no dal el viaje de vacio, le traiban una carga de cañas”.
Diremos que la demolición o desmontaje manual de estos tejados es problemático ya que las cañas, muy secas o podridas parcialmente por goteras, quiebran con facilidad, convirtiendo la zona en un lugar propio para faquires por lo que el uso de guantes de trabajo y gafas se hace imprescindible.

MADERA
Elemento básico junto a la piedra. Sentencia Basilia, inagotable manantial del saber serrano, que “El pino no se puede cortal en sabia porque se lo come la carcoma”. La más utilizada es la de pino cortados en las proximidades de las aldeas y transformada en:
ROLLIZOS: Pino en su estado natural, simplemente pelado y ajustada su longitud al vano en el que se colocaría. Sistemáticamente utilizado en la construcción de cubiertas y de forjados en algunos casos. También se utilizaban pequeños rollizos de pino (diámetro máximo 14 centímetros) para la construcción de muros de separación de estancias. Estos se situaban verticalmente a lo largo y alto de la pared que se quería construir, separados entre si unos 30 ó 40 cm., previamente encordados en espiral con guita de cáñamo. A continuación se levantaba el tabicón situando piezas pequeñas de toba a uno y otro lado de los puntales unidas con calicanto o barro con paja, quedando embutidos en este o bien con adobes. Usados también como vigas maestras para soportar forjados o cubiertas.
CUARTIZOS:  Mediante una rudimentaria sierra  comunal los troncos de pino se transformaban en tablones o cuartizos que dependiendo del vano a cubrir eran más o menos gruesos. Usados en la construcción de forjados y en dinteles de ventanas y puertas. Para su manufactura, primeramente se practicaban dos cortes longitudinales al palo de manera que presentaba dos caras opuestas lisas. Seguidamente por una de estas caras se tiraban unas líneas paralelas, en toda la longitud del pino pelado y anchura ajustada a las necesidades del constructor, con una cuerda tensada previamente embadurnada con carbonilla. Se montaba el tronco sobre la sierra con la cara de las líneas hacia arriba de la plataforma sobre la que se situaba. Esta plataforma estaba bastante elevada con relación al suelo y poseía una ranura longitudinal por la que se desliza la hoja cortante. Tres hombres se sitúan en la parte inferior del artefacto que serán los que con un movimiento de sube y baja accionen la hoja y el de la parte superior es el que controla el avance de la hoja por las líneas que se han trazado. Tantas rayas se trazaban, tantas veces había que colocar de nuevo el palo para el siguiente corte.
El procedimiento de obtención de TABLAS usadas en forjados, cubiertas y otros usos domésticos era el mismo solo que la separación entre líneas de corte se ajustaba a una pulgada.
Asimismo se utilizaba la madera de chopo en las mismas aplicaciones y con el mismo proceso de elaboración que el pino, con la ventaja de que unos buenos rollizos de chopo no perchan. No obstante  es una madera menos duradera que la de pino soportando peor las humedades producidas por las goteras.
También, aunque en menor medida, se ven algunos maeros de sabina de más de cuatro metros de longitud y 30 cm. de diámetro trabajando como vigas maestras en forjados y cubiertas.

 TOBA

Roca caliza con un sinfín de oquedades y, por lo tanto, muy ligera. Utilizada como pieza de sillería en esquinas de muros principales, en tabiquería interior de viviendas y para la construcción de cañones de chimenea, amen de otros usos esporádicos como pueden ser los alféizares de ventanas y puertas. Para el primero y principal uso se trabajaban las piezas por dos de sus caras con un hacha de pelar pinos en desuso hasta darle la forma requerida, no sufriendo ningún retoque en el segundo caso y para el tercero se fabricaban auténticos ladrillos de toba.

       La Cañá del Sabucal.. Sillares de toba en esquina.  
                                                                                                                                                                                                                           
El Rastillo. Arco de medio punto en toba.

YESO

Material importado desde el exterior. Utilizado en el enlucido de paredes interiores y en la fabricación de forjados de revoltones. También tenía otras aplicaciones menores como la realización de soportes para repisas de chineros o tacas y cornisas de chimeneas. Hemos oído comentar que algún pavimento se ha elaborado con yeso vivo que con el tiempo se ha adquirido una solidez notable.

PIEDRA

Es curioso observar como en varias decenas de metros a la redonda de Prado Maguillo no hay casi ninguna piedra de entre 20 a 30 centímetros de calibre, pues todas se han empleado para toda clase de construcciones. La piedra caliza se usa en su estado natural no arreglándose ninguna de sus caras. Algunas de estas si presentan caras lisas porque según cuenta nuestro vecino Leonides “se corría alguna quebrá y se sacaban buenas piedras”.

CERAMICA

En los últimos tiempos se han utilizado elementos cerámicos, especialmente rasillas, para la construcción de forjados y tabiquería interior, unidas siempre con yeso. Como todos los materiales de construcción modernos, no se fabrica en la zona.


HERRAMIENTAS

No nos detendremos apenas en este apartado ya que las herramientas del constructor popular del valle se corresponden con las utilizadas en cualquier otro lugar de la época y solían ser:
-          PALETA
-          PALUSTRE
-          REGLAS DE MADERA
-          PICO O AZADON
-          CAVADERA O AZADA (Para hacer mezcla)
-          PALA
-          PLOMADA (Cuerda con un peso colgando de ella)
-          NIVEL
-          ANDAMIOS. Hechos con parejas de maderos atados en aspa y un travesaño.
-          MACHOTA (Maceta o martillo)
-          CALDERO o espuerta de esparto para acarrear la masa.


TIPOLOGIAS EDIFICATORIAS

“Nos encontramos que prevalece en todo una idea innata de ahorro, tanto en el uso de los materiales como en el tiempo de ejecución de los elementos; algo así como si deseasen dejar bien claro que ellos son agricultores y pastores primero y, después constructores de sus propias casas. Quizá por ello, los resultados obtenidos no les sean del todo satisfactorios. Hay tal vez, una tendencia copiativa irreflexiva que suele determinar un arrastre ancestral de los mismos errores” (Berges Roldán 1986).
Cuenta el Sr. Leonides que tardó sólo un verano en hacer su casa trabajando un albañil y un carpintero sin más adminícula que la que les prestaron él y su mujer (Basilia). Los dos profesionales cobraban a 14 duros (principios de los años 60) el jornal más la comida y cama.
En general la vivienda consta de una o dos crujías y el tejado a un agua que vierte hacia la fachada, dividiéndose la parte baja en: estancia principal a la que se tiene acceso directamente desde la única entrada que posee la vivienda, y una  habitación (o dos) que hace las veces de dormitorio y en la que normalmente se encuentra la escalera de acceso a la cámara que veremos más adelante como se resolvía.
Habitualmente la estancia-cocina posee una ventana pequeña para iluminación protegida por reja metálica y en el centro de una de las paredes perpendiculares a la de la puerta de acceso, la chimenea. Los dormitorios también suelen tener una ventana pequeña aunque en varias edificaciones estas habitaciones son totalmente interiores y la luz les viene de un hueco, adornado por una cortinilla, practicado en la pared que lo separa de la estancia principal, en la que también se sitúan las puertas de acceso a estos. Son las puertas de paso casi más anchas que altas, lo que obliga a agacharse al atravesarlas.
La sobriedad del dormitorio es absoluta y en el solo se encuentran el catre de cuerdas o cama, una silla, el arca y en la cabecera un modesto crucifijo o en su defecto una imagen color sepia de Fray Leopoldo.
La parte superior o cámara es diáfana y de escasa altura, sobre todo en la pared de la fachada principal en la que se practica un ventanuco minúsculo para ventilación e iluminación, protegido por barrotes verticales de madera y una contraventana o postigo, también de madera, que trata de proteger de las inclemencias del tiempo.

“Ventanuco” de cámara.

La cámara es una dependencia multiuso en la que se acomodan toda clase de viandas, se secan productos agrícolas, sirve como depósito de algunos aperos, utensilios de matanza, etc. y se utiliza como dormitorio en caso de no caber en el/los dormitorio/s de la planta baja. Al contrario que en otros lugares en los que las cámaras tienen dos ventanas enfrentadas por el eje norte-sur para crear una corriente de aire y tal, en “Prao Maguillo” solo tienen un ventanuco y la corriente de aire conservadora  es permanente ya que por el propio tejado entra ya bastante aire.
También se construyeron algunos edificios con tejado a dos aguas y una sola crujía en cuya fachada principal y posterior, y centrada en ella, se encuentra la parte más elevada de la cubierta,  repitiéndose las características de las anteriores, pero son excepciones.
Hay edificaciones que se han configurado a dos aguas como resultado de la unión de un segundo cuerpo o crujía a la casa primitiva a un agua, pero sin comunicación entre ambas partes.
En contra de lo descrito por algunos autores, no todas las casas tienen la fachada orientada al sur, acaeciendo esta circunstancia tanto en aldeas o casas agrupadas cuya disposición depende de calles, medianerías y obstáculos del terreno, como en cortijos aislados. La puerta de acceso al cortijo de la Hermanica Rosario o Cortijo del Niebla* mira al norte y la del Cortijo Alto al este. Chafarinas, Prao la Raja (Abandonado hace más de 30 años) y El Chaparral, en cambio, si están orientados al sur.

Cortijo Niebla (En rehabilitación).

* ”Le decían Niebla porque había uno que le decían el Niebla                                               
de nombre Saturnino del Moral que no pronunciaba bien (la
terminación en ‘r’) y en vez de decir comel decía comé y tenía                                              
puesto un dicho: …”      

‘va a llové
va a nevá
traeté la manta Benita
que nos vamos a mojá’

ESTRUCTURA.

Ejecutada con muros de mampostería de un espesor máximo de 55 centímetros. Este hecho supone una diferencia con respecto a otras partes de la sierra ya que Berges Roldán narra: “Los muros de la casa son de enorme grosor, aproximadamente de un metro…”. Coincidiendo sin embargo cuando dice: “…ejecutados con piedra caliza y mortero de cal y arena, con escaso sentido de la traba, lo que da lugar a insospechadas grietas de asiento por doquier especialmente en ventanucos”.

Grietas

Dado que los forjados y cubiertas no soportaban un peso excesivo en condiciones normales, se consideraba que el grueso de los paredones, que en algún caso se queda en 40 cm., era suficiente. En ocasiones se comienza con una anchura de 55 cm. y a la altura del tejado apenas llega a 40.

Muro en sección.

Los muros arrancan directamente a ras de suelo siendo la cimentación en el mejor de los casos, una pequeña zanja sobre la que se sitúa la primera hilera de piedras. El suelo gredoso se ve sometido a una dilatación en períodos lluviosos y a contracciones en verano sobre todo (arcillas expansivas). La técnica de elevación creemos que es la de superposición de hiladas, todas a cuerda y ninguna tocándola pero con la particularidad de que son parejas de hiladas adosadas y opuestas de piedras sin ninguna traba entre una y otra. Los huecos que quedan en la zona central del muro, que en algunos casos son de considerable tamaño se rellenan con masa de cal. Algunos roedores sienten especial predilección por esta parte del muro para situar sus madrigueras. La adaptación a la inclinación del terreno hace que existan módulos a diferente nivel, salvándose este desnivel con los peldaños necesarios.
Ni a la altura del único forjado de la vivienda o cuadra y tampoco a la altura del tejado se colocaba ningún elemento que actuara como viga collar. Los dinteles de huecos se solucionaban son sendos rollizos o cuartizos ajustados a ambos extremos (interior y exterior) de la pared, quedando una rendija más o menos ancha entre los dos palos que servía, para encastrar en ella, el travesaño superior de los marcos de puertas o ventanas. Para que la pared no cargue sobre dicho montante a través del hueco de las vigas del dintel, se clava a estas últimas una tabla por la cara superior que lo cubre.
La separación máxima o vano existente entre muros de carga ronda los 4 metros aunque citaremos como extraordinaria y arriesgada la actual casa de Miguel Cidraque (antes de Francisca Martínez Rescalvo) en la que la distancia alcanza los 4,6 mts. Como comentario fuera de tema diremos que anteriormente no habíamos prestado demasiada atención a esta vivienda pero al adquirirla Miguel nos dio la impresión de que esta debía ser la casa de los “señoritos” de Prado Maguillo. Este extremo nos fue, confidencialmente, confirmado posteriormente: “Eran gente de aparental tenel máh que loh demáh y abusaban de loh otroh, pero elloh también pasaban hambre”.
Volviendo al tema que nos ocupa, terminamos este punto diciendo que el acabado interior de las paredes era un enlucido con mortero de cal y arena cribada (más recientemente yeso) y posteriormente blanqueado con cal, siendo el ehjarrao exterior mucho más tosco ya que  se realiza con el árido de pequeño tamaño que se produjo al cribar la arena destinada a enlucidos finos. Al igual que en el interior el blanqueo con cal proporciona el acabado deseado.
Vemos como se impone la sencillez ante todo y no se hace ninguna aquiescencia a adornos o excentricidades y se sigue la pauta ancestral que tan llena de plasticidad, elegancia y sobriedad nos resulta. Es en la aldea de Los Anchos donde se pueden observar algunas licencias decorativas.

FORJADOS.

Para la construcción de forjados se utilizan cuartizos o rollizos de pino o chopo como soporte y, generalmente, tabla como piso. Suponemos que al mismo tiempo que se levantaban los muros principales, se iban insertando en ellos las vigas de los forjados con lo que se consigue que las cabezas de las vigas queden perfectamente amortajadas en la pared y pueden servir como andamio para seguir elevando el muro. La separación entre vigas es variable y no siempre se encuentran a la misma distancia unas de otras pero lo normal es que si el piso es de tablas la distancia es de unos 60 cm. y si se van a hacer revoltones entre 30 y 40. La altura con respecto al suelo de la casa también es variable pero no se suele sobrepasar la altura de 2,2 mts.
Si el piso del forjado es de tablas, se clavan estas a los palos que las soportan con puntas de tablal (6 ó 7 cm de longitud) en sentido perpendicular a la situación de estos últimos. Los extremos de las tablas han de asentarse siempre sobre un maero ajustadas bien a la pared o a la tabla que vaya a su lado ya que, si no es así, podemos hacer que con nuestro peso se levante una de las tablas con el peligro asociado. Normalmente la junta se localiza a lo largo de un solo palo y no hay traba de tablas. Los cantos de las piezas de tablazón son lisos excepto en algún caso en los que se les practica un rebaje de forma que las tablas se solapan unas con otras.
Como norma general, en este tipo de forjado, la parte inferior se blanquea con cal y la superior o piso se deja con la tabla vista. Las vigas se encuentran invadidas de puntas y alcallatas en las que colgar candiles y todo tipo de productos procedentes de la matanza.

Sin comentarios.

Otro forjado clásico aunque más actual es el de revoltones. Supone una de las pocas concesiones a la decoración interior del constructor popular del valle. Se utilizan cuartizos o escuadrados a los que se les hace una acanaladura longitudinal en la parte inferior de ambos costados dándoles una forma similar a las vigas pretensadas de cemento actuales y en esta acanaladura encontrará apoyo el yeso. Una solución más sencilla y menos trabajosa empero de estética discutible para el asiento del yeso del revoltón consiste en fijar con clavos un listón de unos 3 cm. de altura y 1,5 cm. de ancho en toda la longitud del cuartizo y a ambos lados de la parte más cercana al suelo de este. Si lo que se utilizan son rollizos, no es necesario prepararlos porque la arcada descansa en la mitad superior de los mismos.

Revoltones.

Para describir la elaboración de los revoltones echaremos mano de la realizada por José Luis Garrido(Apuntes para la etnografía de la Sierra de Segura. 1998): “…se sitúa la revoltonera. Este armazón de madera tiene una envergadura igual a la mitad de la anchura de la pieza que se quiere cubrir. Consiste en un molde semicilíndrico, dividido longitudinalmente en dos piezas que se engarzan con unas bisagras y unas aldabillas para cerrarlas. Permite un grado de apertura para que los revoltones puedan hacerse más o menos cerrados.
Situada la revoltonera entre dos maderos, pegada a una de las paredes maestras, se apuntala con unas reglas o pies derechos para poder hacer el encofrado. Cuando está segura, se echa por el piso de encima una capa de yeso poco densa para que se reparta con facilidad y no salgan coqueras. Cuando tire el yeso se ponen encima unas conchas de corteza de pino para que haga cuerpo ya que pesan poco y no se pudren, constituyendo un perfecto aislante.

Inserciones de corteza de pino en revoltón.

Encima de esta capa se pone otra de yeso que las cubre y después se coloca el material del entresuelo, generalmente tablones de pino o más yeso. Cuando fragua el conjunto se retira la revoltonera.
Esta operación se repite tantas veces como huecos existen y en un largo del techo. Como la revoltonera hace la mitad, luego se vuelve a empezar para echar la otra mitad del techo”.
El acabado por la parte inferior consiste en encalar las arcadas y pintar con una pintura de color oscuro o con aceite de linaza la zona visible del madero. Pureza de líneas y elegancia sin par.
Como ya apuntamos en el apartado de materiales de construcción, recientemente se han construido pisos de forjado, clavando cañizo a las vigas por la parte de arriba, cubriéndose a continuación con tablas. La parte inferior, entre vigas, se enluce con yeso, sirviendo las cañas para que este agarre.
Más recientemente se han construido forjados con cuartizos y rasillas pegadas con yeso como piso y enlucidas por abajo y arriba con este blanco material.

Forjado de rasillas.

No podemos olvidarnos practicar unos agujeros de 2 a 4 cm. de diámetro en el piso del forjado por los que debe pasar la cuerda que debe aguantar el camal y este, a su vez, el peso del gorrino sacrificado a mediados de otoño.

Agujeros en piso para matanza.

                Como característica general a todos los tipos de forjados sean del tipo que sean, encontramos que no están nivelados, contando con cierta inclinación hacia la fachada principal, sin que sepamos la razón.

 

TEJADO.

La precariedad de medios para construir cubiertas adecuadas a la meteorología de la zona así como el nulo interés por la investigación de posibles soluciones (que posiblemente supondrían un mayor gasto), le hacen ser el elemento más importante y problemático de la edificación.
Habitualmente es a un agua, como hemos dicho anteriormente, y casi siempre son rollizos de pino o chopo los elementos de sustentación. La pendiente se consigue, obviamente, elevando más un muro (fondo) que otro (fachada principal normalmente), hacia el que se dirige el agua. Esta pendiente no alcanza, generalmente, el 30%.
Una vez alzados los muros a la altura requerida se sitúan sobre estos y en toda su longitud un rollizo de pino de unos 15 cm. de diámetro que trabajará como viga durmiente. Seguidamente se colocan en paralelo los rollizos (no se utilizan cuartizos para el tejado) a los que previamente se les ha practicado un rebaje en las cabezas para que encastren con las vigas durmientes y se clavan a estas últimas con una o dos puntas grandes. La separación entre rollizos es de unos 70 cm. Aproximadamente, de centro a centro y los extremos de estos no deben sobresalir de la obra, con lo que quedarían expuestos a la intemperie. Los huecos que quedan entre rollizos a la altura de los muros de carga se cubren con mortero y piedras hasta enrasar con la línea transversal superior de rollizos, así como las cabezas de los mismos. A continuación se clavan las tablas con puntas de 6 o 7 cm. de longitud hasta formar un entarimado que oculta por completo los rollizos. Luego se tira una cuerda de línea desde la parte más alta del tejado a la más baja y pegada a una de las paredes laterales, quedando atirantada por un peso suspendido de ella. Esta línea es la maestra y en ella se colocaran las tejas que formarán la canal (o río), desde la parte inferior del tejado a la superior con la cara cóncava hacia arriba y de manera que la teja superior monta su parte más estrecha (culo) unos 5 cm. sobre la parte ancha (boca) de la inferior.
Una vez colocado el primer río se calzan todas las tejas a ambos lados con corteza de pino o cascotes de teja y barro y se pasa a construir el segundo, paralelo al primero, con la misma operativa. Situado el segundo río se procede a tapar el hueco existente entre ambos con tejas (tapas o cobijas) colocadas en sentido y posición inversa a las canales. Se repite este procedimiento hasta cubrir toda la cama de tablas.
En paredes de carga y laterales, las tejas canal y cobija se reciben con mortero y en la fechada las tejas sobresalen unos 10 ó 15 cm. para formar un pequeño alero que protege a la pared de la caída del agua. En algunos casos este alero se prolonga aún más mediante el acabado en bocateja y excepcionalmente se pinta esta bocateja hasta formar un zig-zag muy vistoso.

Bocateja con adorno.

Las paredes laterales tan solo se protegen, en el mejor de los casos con una hilera de tejas de redoblón, quedando sin protección el muro más elevado. Finalizada la construcción del tejado y como medida de seguridad se procede a situar entre cobija y cobija de todo el perímetro de la cubierta sendos peñones de generoso tamaño para evitar que una fuerte ventolera pueda hacer que vuelen todas las tejas.
En algunos casos, la tablazón es sustituida por cañizo, ofreciendo también buenas prestaciones como soporte pero peores como aislante de frío y calor.
Cabe destacar también la integración de los “nuevos materiales” en la estética de los tejados y es frecuente encontrar una plancha de uralita por aquí, otra de chapa ondulada por allá, etc. cubriendo parte de los tejados, aportando una nueva faceta a la vistosidad de las cubiertas.
Nos relata Luis Berges(1986): “Pero, a pesar de este gran elemento,(la teja) no han podido aún resolver el problema de las goteras, dado que los gruesos rollizos que las soportan van lentamente flechando debido a la carga de nieve y al enorme peso de la propia teja empapada en agua. Y cuanto más se trate de retejar, lo único que se obtiene es el aumento de peso y mayor flexión”.


Tejado de rollizos y tablas con travesaño insertado para evitar flexiones.       

CERRAMIENTOS

“Es la circunstancia de no haber contado con la colaboración del vidrio plano lo que de siempre determinó unas características muy peculiares en los huecos exteriores”. (Berges Roldán 1986).
“En algunos de estos dormitorios suele existir un ventanuco al exterior, que se cierra con un postigo de madera y se protege con unos listones verticales a modo de barrotes”. (Berges Roldán 1986).
En efecto, como nos dice el arquitecto Berges, no todas la habitaciones poseen ventanas e incluso existen edificaciones cuya única fuente de luz, para la planta baja, es la puerta de acceso a las mismas.
La madera utilizada para la carpintería de puertas y ventanas es de pino, aunque también se pueden encontrar madera de chopo en el tablazón de puertas, pero con el bastidor de pino. Ventanas y puertas abren hacia adentro y las primeras a derechas o izquierdas según convenga..
El marco de puertas y ventanas queda sujeto por la obra por las prolongaciones de los travesaños llamadas cogotes y sospechamos que se colocaban marco y hoja u hojas ensambladas ya que el sistema de abisagrado con goznes, así lo requería. El marco de las puertas carece de travesaño inferior. Una vez situado el cerramiento, se enlucen los alféizares para dar el acabado que de estanqueidad a la unión marco-obra, rematándose a veces el perímetro externo con un remarcado o jambaje que puede estar pintado o no de un color diferente al blanco. También se puede hacer un acabado del alféizar en chaflán, aunque es más raro. Se pinta la cara exterior de la puerta o ventana con esmalte sintético para darle resistencia a las inclemencias del tiempo y caso de ser necesario, a las puertas se les hace un agujero de unos 15 cm. de diámetro en la parte inferior de la hoja izquierda para la entrada y salida de felinos domésticos (gatera).

 Los Anchos. Ventana.
                                                                                                                                                              
Los Anchos. Jambaje en huecos.

La puerta clásica de acceso es de dos hojas y la base de las hojas es un armazón o bastidor de largueros y travesaños de madera de pino al que se fijan con clavos las tablas que, en el mejor de los casos, se solapan unas con otras de la misma forma que en los pisos de tablas. La punta de los clavos que sobresale por la parte interior del bastidor, se remacha a este para que resulte casi imposible sacarlos desde fuera. La fijación de los herrajes se realiza del mismo modo. La hoja izquierda es de una pieza y en su costado o larguero derecho (según la miramos desde afuera) quedan anclados los cerrojos superior e inferior así como la hembra de la aldaba o aldabón. La presencia de trancas es poco frecuente.

Puerta de acceso a vivienda.

La hoja derecha se divide a su vez en dos partes asimétricas. La inferior, algo más grande, se fija a la hoja izquierda (para cerrar) mediante el macho de la aldaba y las tablas sobresalen del travesaño superior de tal forma que, en el caso poco probable de que la aldaba ceda o no se haya echado, estas harán tope con el bastidor de la parte superior, que es la que tiene la cerradura, y no se podrá abrir. De esta guisa, al cerrar la parte superior , queda inevitablemente condenada la parte inferior. Con esta disposición se consigue que mientras la parte inferior está cerrada, evitando la entrada o salida de animales, la parte superior pueda estar abierta proporcionando luz y ventilación a la estancia.
El pasador de la cerradura penetra en el larguero derecho de la hoja izquierda y el llamador es un elemento superfluo. El umbral o escalón de acceso lo forma el propio piso o pavimento al prolongarse hacia afuera, dándosele una ligera inclinación hacia afuera, evitando así la entrada de agua al interior. Si la puerta es de una sola hoja, esta se divide de igual forma que la descrita anteriormente y el pasador de la cerradura penetra en el marco.
Las contraventanas se cierran con una cuña de madera situada a media altura del larguero opuesto al de los goznes sobre los que gira (la punta que la sujeta hace de eje) hasta encajar en un resalte del marco. A veces  se utiliza una aldabilla metálica.
El acabado interior de puertas y ventanas se realiza con cal, dándosele una mano, cada vez que se pinta la habitación.
Más recientemente los ventanucos crecen algo en tamaño, se utiliza el cristal y se protegen con rejas metálicas (reja carcelera) insertadas en los marcos de madera. También los herrajes tradicionales se sustituyen por bisagras atornilladas. Asimismo se adosan a la parte interior de las puertas de acceso planchas de chapa, pintadas del mismo color que el resto de la puerta, para protegerla aún más de los salpicones del agua de lluvia.
Otro elemento de protección de la puerta elegante y plástico (en cuanto a estética) es el tejadillo que se monta sobre esta. Desde nuestro punto de vista, el más bonito y funcional es a dos aguas, aunque numerosos son los existentes a un solo agua lateral (si vertemos el agua del tejadillo frontalmente, no eliminamos el problema de los salpicones). Su construcción es sencilla y basta con incrustar perpendicularmente a la fachada y por encima del dintel de la puerta los rollizos que servirán de soporte de la tablazón y las tejas o más recientemente, uralita o chapa ondulada. Este tejadillo tiene una anchura superior al hueco de la puerta y un fondo de unos 80 cm. por lo que, además del agua de lluvia, recoge también la que cae de la zona de alero correspondiente. Para dar mayor solidez a los rollizos de sustentación del tejadillo, se colocan otros oblicuos llamados jabalcones, formando estos con la fachada un triángulo rectángulo.


Tejadillos.

INTERIORES
Como hemos mencionado antes, el suelo de la planta baja se arregla con un “planché” de mortero de cal y arena (dice Basilia: ”Los suelos de las casas se hacían con masa de cal y arena bien cargada de cal) y para ahorrar material se solía esparcir antes una capa de grava o “garrufo”. Cuando los medios no eran muchos, simplemente se dejaba el suelo de tierra que, como consecuencia del pisoteo, se ponía duro. Más recientemente se utilizaba el mortero de cemento con acabado al fratás o bruñido, siendo esta última la más empleada ya que permite una mejor limpieza del pavimento. En alguna vivienda se puede ver pintado un zócalo de unos 25 cm. de altura, pintado de color oscuro, que hace las veces de rodapié.
“Siendo la chimenea el elemento central de la casa (foco de calor y cocina), en ella se da una gran simplicidad y un peor rendimiento” (Berges Roldán 1986). La chimenea acostubra a situarse en una de las paredes laterales de la habitación y siempre centrada en ella ya que el ángulo que ofrece en esta posición para sentarse alrededor es de 180º. La zona de la pared donde se va a ubicar la chimenea posee una acanaladura o vaciado que marca la anchura del hogar y tiro a todo lo alto de la pared. Sobre las dos esquinas y a una altura suficiente como para no golpearse en la cabeza al erguirse cuando se está guisando, arranca la campana de humos. La base de la misma son unos jabalcones de madera o yeso sobre los que se apoya un soporte horizontal de madera con dos flancos, también de madera que se embuten en la pared. La campana y el cañón se elaboran con piedra de toba y mortero de cal.

Hogar y campana de chimenea.

En alguna vivienda, hemos llegado a ver como uno de los rollizos del forjado descansa sobre la campana por lo que cuando el fuego está muy vivo, puede acabar por prenderse o socarrarse. La parte frontal inferior de la campana se denomina cornisa y se realiza con yeso al que se trabaja para darle unas formas onduladas y configura una repisa en la que acomodar objetos. Excepcionalmente hemos podido constatar que en la campana de la chimenea se elaboró con yeso una figura o adorno con reborde oval o esférico.
“Ya en la cámara, la campana se prolonga por un ancho cañón de chimenea que emerge más o menos sobre el tajado y que se remata con un simple y elegante juego de cinco tejas. Ni que decir tiene que además de humo, por esta chimenea escapa todo el calor producido abajo, y que en los días de fuerte viento, sin el a veces, la habitación se llena de golpe de picante humo, echándole la culpa a la leña que arde. Y cuando llueve fuertemente, el fuego recibe parte del agua”. (Berges Roldán 1986).


 Chimenea.


A este juego de 5 tejas de remate de cañón le falta una.

El fuego se enciende directamente sobre el suelo y en verano se suele reparar con mortero la zona de pared que entra en contacto con la llama o trashoguero ya que el calor producido la desmorona. Como “solución” a este problema, últimamente se colocan planchas de chapa, procedentes de un barreño o caldera vieja por ejemplo, que actúan como escudo protector. Como elementos auxiliares no arquitectónicos del hogar, citaremos las trébedes, el mozo, y una pieza de esparto cilíndrica en la que se apoyan las sartenes al sacarlas del fuego llamada “apartao”.
A un lado o a ambos del hogar se encuentran los chineros o alacenas que tienen dos o más anaqueles de madera. Estas baldas se sujetan con unos resaltes(o pequeñas cornisas) realizados con yeso en las paredes laterales del chinero a igual altura. Las puertas que lo cierran están sin vidriar y pueden tener en ambas hojas algún adorno como mayorquina en la parte superior o las iniciales del nombre en una hoja y primer apellido en la otra del propietario taladradas en ellas. El cierre de estas es por aldabilla.
Modernamente las hojas si poseen vidrio y el filo de las baldas que queda a la vista se adorna con un encaje o puntilla siendo motivo ornamental junto con el “vedriao” expuesto.
“Cualquier punto del perímetro de la estancia es bueno para escarbar toda clase de huecos en el muro en los que organizar alacenas, basares, hornacinas y cantareras” (Berges Roldán. 1986).


Cantarera.

La cantarera es parte obligada del mobiliario. Se sitúa en una hornacina excavada en una de las paredes de la estancia principal y está conformada por dos palos horizontales a los que se les hacen tantas concavidades en los cantos enfrentados como cántaros se quieran ubicar. Las hay de uno, dos y, la más grande que hemos visto, de tres receptáculos. La parte inferior frontal de la cantarera se cubre con tablas de forma que no se ve la base de los cántaros pero se deja un pequeño hueco abierto entre cántaros para colocar algún objeto. Por encima de los cántaros se suelen poner una o dos espartanas repisas de madera.

Escalera.

La escalera suele situarse en el dormitorio de la planta baja y está formada por dos largueros escuadrados de madera a los que se les ha realizado una acanaladura en zig-zag en los cantos que se van a enfrentar. En estos rebajes encajarán las tablas que servirán de huellas y tabicas.


Suelen tener bastante inclinación y la fijación a la obra se realiza con mortero, clavando además si hay alguna viga en la que descansa, la parte superior con largas puntas o clavos. Otras veces la escalera es un simple palo de pino de unos 20 a 25 cm. de grosor apontocado casi verticalmente en un rincón del hueco de la escalera al que se le hacen unos vaciados cada cierta distancia para poder apoyar en ellos el pie. Es muy incómoda pero tiene la ventaja de ser portátil. El hueco de la escalera se utiliza como depósito de objetos varios. Generalmente no tiene puerta y solo se cubre con una cortinilla. Austeridad y economía a raudales.

Escalera.

                No tenemos constancia de la existencia de lagares domésticos o comunales en Prao Maguillo. Encontramos en la vecina cortijada de Peña Rubia una tinaja o “tenaja” muy grande (unos 1500 litros de capacidad) en una de las habitaciones de una casa y al comentárselo a Leonides nos contestó: “ Claro pal vino; pero aquí en Prao Maguillo no se hacía vino, las uvas que había eran pa comelas o pa sel peldías muchas de ellas. Lo que si se hacía era agualdiente. Si tenían muchas uvas, venían unos con una caldera y te hacían l’agualdiente”. Y a partir de este último licores caseros como la mistela o pacharán añadiéndole las “ciruelas endrinas” de la zona.

                En alguna casa, como la nuestra por ejemplo, se excavaban unos agujeros en el suelo de 1 ó 1,5 m. cuadrados de superficie y apenas 1,5 de altura, llamados patateros, a los que se tenía acceso por una trampilla enrasada con el suelo y bien disimulada que eran utilizados como almacén. Cuenta León Montiel Vivo (antiguo propietario) que en tiempos de la guerra o cuando aparecían los maquis, la gente se escondía en el patatero para dar esquinazo al enemigo.
                No se nos ha olvidado mencionar el cuarto de baño, simplemente no existe ni la más modesta letrina. Para lavarse se utiliza una palangana (o palancana) y para exonerar el vientre se acude a algún lugar discreto algo alejado de las casas. 

OBRAS AUXILIARES

                Normalmente las intervenciones u obras auxiliares realizadas a la vivienda son consecuencia de la falta de previsión a la hora de acometer la edificación y por lo tanto no acaban de solucionar el problema que pretenden atajar, siendo quizás, desde el punto de vista  de la arquitectura culta, unas chapuzas, pero poseen una belleza estética notable y se integran con el resto de la obra perfectamente. Citaremos como más representativas:

CONTRAFUERTES

                El ya comentado problema de la falta de cimentación, ausencia de vigas collar y escaso sentido de la traba, hace que las paredes maestras, sobre todo las terminadas en hastial, adquieran un desplome que desafía a las leyes de la física. Mas como estas son insobornables, la gravedad hace que el muro acabe cayendo con el peligro de aplastamiento que implica. Esta circunstancia trata de solventarse adosando al muro en cuestión uno o varios contrafuertes fabricados con piedra caliza bruta y mortero de cal, siendo algunos de impresionantes dimensiones.



Contrafuertes.

ESCALERAS Y PASARELAS

                A veces el acceso desde el exterior a la cámara de cuadras o a graneros y pajares no puede realizarse aprovechando que el edificio esté semienterrado en el monte y se remedia esta traba construyendo una escalera de obra al muro hasta alcanzar la base de la portezuela. Al ser esta escalera maciza sirve también como contrafuerte y fuente transmisora de humedad.

Escalera adosada.

Otras veces, en lugar de la escalera, es posible colocar una pasarela aprovechado un talud u otra circunstancia como una era anexa sobreelevada con respecto al edificio, siempre y cuando la distancia no sea de más de 3 metros.

Pasarela.

BANCOS
Forman parte del mobiliario urbano y también trabajan como contrafuerte al estar pegados a la fachada de la casa. También son macizos, de longitud y anchura según espacio o necesidades.

LONJAS
Normalmente, el espacio de calle que hay junto a la puerta de la vivienda, se suele arreglar para que sea un espacio habitable más en los días de buen tiempo. El suelo se alisa y en algún caso se pavimenta con mortero, se planta algún rosal o parra, amén de la casi reglamentaria acacia o nogal, que en verano dan sombra y en invierno dejan pasar los rayos solares. Si el desnivel de la calle es considerable, rápidamente se construye un bancalillo para ganar este necesario espacio
También se han construido algunos porches, ganando así más espacio cubierto y dando de esta forma una protección extra a la fachada, lo que conlleva menor luminosidad a la vivienda, extremo este despreciado absolutamente por el morador de la vivienda.

DRENAJES
Algunos muros de los edificios están en contacto directo con el monte por lo que algunas plantas bajas están semienterradas. Las humedades son inevitables e incluso a nuestros vecinos Jesús y Margot, en época de lluvia, le pasa un riachuelo por debajo de la mesa camilla. Además del agua que recoge el monte, también colabora la que escurre por el propio muro. Se intenta solucionar el problema, cavando una zanja más o menos profunda a lo largo de la pared, revistiéndola con mortero de cal o cemento hasta formar una canaleta que evacuará el agua. Como estas canaletas no suelen estar por debajo del nivel del piso de la planta baja, solo se solventa parcialmente esta situación.

Porche.

CUADRILLAS
Es un edificio anexo a la vivienda o muy cercano a ella. Siendo la técnica constructiva la misma que para la vivienda, esta se realiza con menos esmero y calidad de materiales. Normalmente consta de planta baja con una sola dependencia, de superficie variable, en la que solo encontramos los pesebres de obra o gamellas de madera, pegados a una de las paredes, para poner la comida a los burros y cámara de escasa altura que se utiliza como pajar y se accede a ella por una portezuela abierta en la pared que convenga, según el terreno. En ella también suelen depositarse aperos de labranza como ubios, albardas, bravanes, jáquimas, etc. y también una especie de gran orza hecha con esparto trenzado y tapa, parecida a la que usan los encantadores de cobras, utilizada para guardar la sal gorda que se les da a los animales.

Cuadrilla con gamella de dos senos.

Acostumbran a tener un ventanuco en la planta baja, siendo la portezuela de entrada el único hueco de la cámara. Carece de fuente de calor y en ocasiones no se enluce ni por dentro ni por fuera se queda la piedra vista sin blanquear.
Existen también pequeños gallineros en los que se protege a las gallinas, pavos, etc. de la zorra o la garduña y zahurdas en las que se guardan los gorrinos.

COCINILLAS

La cocinilla es un pequeño edificio muy cercano a la vivienda, generalmente enfrente de ella constituida por una sola habitación con chimenea en la que se realizan aquellas actividades que se cree oportuno no hacerlas en el interior de la vivienda como pueden ser, parte de la matanza, elaboración de jabón casero, conservas, etc. Si por tamaño es posible se puede utilizar parte de la cocinilla como depósito de leña, materia prima esta de vital importancia. En ocasiones como en el Cortijo Alto, Casa, cocinilla y horno se encuentran en línea accediéndose a la boca del horno desde la cocinilla.

HORNOS

El horno adosado o no a la vivienda es un bien comunal, o sea, que se construye y pertenece normalmente a dos o más vecinos. En “Prao Maguillo” llegó a haber hasta 6 hornos todos de planta rectangular o cuadrada. Sobre una peana o base horizontal de obra maciza que se alza unos 60  ó 70 cm. del suelo, se va cerrando, de igual modo que las caleras la bóveda del horno pero siendo recibidas con mortero de cal o barro con paja, dejándose a ras de la plataforma una boca de ancho suficiente para que entre la pala de panadero. Esta boca se puede remarcar con dos lajas de toba tallada (ver foto) y en la base de esta boca suela haber una losa que sobresale un poco de la obra para servir de base al trozo de madera o chapa que cierra esta boca.

HORNO. Tejado a un agua y planta cuadrangular.

Las paredes se levantan verticales y escuadradas pudiendo estar “ehjarrás” o no. La bóveda está revocada con barro, dejándose un orificio en la pared posterior o laterales, a un nivel superior al de la boca, para la salida de humos.
A la derecha o izquierda de la boca y a media altura se encuentra un receptáculo pequeño excavado en el muro, adintelado por una tablilla, en el que se tiene siempre a mano la tacilla del azúcar. Finalmente se cubre (el Horno) con un tejado a una o dos aguas que evacúan el liquido hacia el/los lado/s y se blanquea (si se ha enlucido previamente). No entraremos en el modo de funcionar el horno pero si diremos que además de tortas de manteca, pan, dulces, etc. hemos visto como se introducen en el varas de avellano, para calentarlas y enderezarlas, que luego se utilizarán para varear nogueras u “olivas por esas vegas”.


OBRAS COMUNALES URBANAS

IGLESIA Y “SIMENTERIO” (CEMENTERIO)


Iglesia.

Nos cuenta Basilia que “la Iglesia la hicieron hace lo menos 65 años y el simenterio más o menos y todos los vecinos pusieron material pa hacelo. La Iglesia se cayó y ehtrozó los Santos y se hizo la nueva hace 15 o 20 años. Antes de hacelse la Iglesia tenían que il a los casamientos a Las Casicas (del Río Segura, junto a La Toba)”.

Lavadero de Los Anchos.

LAVADEROS
“De antiguo se lavaba en el río” con unas palas de madera y el agua se acarreaba a cántaros a las casas para uso doméstico desde la fuente. Los lavaderos de Prao Maguillo y Los Anchos son obras recientes y los pilones y palas son de ladrillo y cemento cubiertos por un tejado de chapa, soportado por pilares de ladrillo y perfiles rectangulares de acero. Sin embargo el sistema de traída de aguas al lavadero de Prao Maguillo es, aunque moderno también, arcaico y rudimentario. El llamado encañe, es una canaleta en U subterránea realizada con pequeñas piedras que conducirá el agua desde el manantial hasta el sitio deseado, cubriéndose la parte superior de la U con manojos de carrizo u otro vegetal que soportará la tierra que cubre toda la conducción.
Los lavaderos suelen tener dos o tres pilones comunicados en cascada, lavándose en el más cercano al desagüe y aclarándose en el/los siguiente/s.

FUENTES
Los pequeños manantiales de agua no se arreglaban en exceso y bastaba con poner una teja para que el agua cayera en chorro. A alguna se le hacia un pequeño pilón en el que los burros podían beber. Modernamente y aprovechando la construcción del depósito de agua, se construyó en Prao Maguillo una gran fuente con una gran pilón que, desafortunadamente, permanece seca gran parte del año.
Desde hace unos años existen en los núcleos de población de mayor entidad unos depósitos que abastecen de agua a las casas que lo deseen. El de Prado Maguillo en concreto, se alimenta de dos fuentes: una fuente de umbría que mana constantemente un agua bastante buena que es bombeada por un motor eléctrico hasta el depósito y otra de flujo intermitente (sólo lleva agua cuando llueve) que cae al aljibe por gravedad. Esta última tiene una concentración de cal disuelta impresionante. Las cañerías de distribución, que cuentan varios sifones en su recorrido, están semiatoradas por la acumulación de escamas de cal en su interior y periódicamente es necesario quitar las rejillas metálicas de los grifos para despejarlas de este estorbo.

Fuente de Prao Maguillo.

PARATAS URBANAS
Ya dijimos antes que la zona de calle de delante de la puerta se arregla para poder aprovechar ese espacio. A menudo, el desnivel existente en esa calle o terreno obliga a levantar un muro de piedra que soportará el relleno necesario para conseguir la horizontalidad del bancalillo o parata urbana. La piedra utilizada es similar a la usada para la edificación de viviendas y al igual que estas , carecen de cimentación alguna. Lo normal es levantar la pared vertical aunque en algunos casos se le da cierto grado de inclinación para que aguante más.
Las piedras se colocan unas sobre otras sin ser recibidas con mortero. En ocasiones las piedras casan muy bien unas con otras y mirando de soslayo se aprecia una pared lisa, lo cual demuestra la maestría del constructor pero en otros casos, todo lo anterior brilla por su ausencia. Por deformación lingüística o vaya a saber usted porqué se ha aplicado el nombre de parata al propio muro de contención.


Paratas urbanas en “Prao Maguillo”.

CALLES
Las calles de las aldeas no tienen una configuración u orden lógico y la colocación de los edificios se realiza de forma anárquica. Por supuesto, no están asfaltadas, aceradas, empedradas ni poseen ningún tipo de pavimento, siendo la tierra pisada el terreno por el que desenvolverse.
Ahora las calles y paratas en verano se convierten en frondosísimos herbazales por los que es francamente molesto andar, con el inconveniente añadido del riesgo de incendio cuando se secan. Cuentan Basilia y “Lionides” que antes cuando había mucha gente en Prao Maguillo las calles estaban limpias y se podía andar sin problemas ya que, entre el pisoteo continuo y la gran cantidad de animales, no podía crecer la hierba.
El mobiliario urbano se limita a trozos de gruesos troncos en las puertas de las casas utilizados como taburetes o puf, los bancos-contrafuerte y poco más.


Estrecha y sombría calleja en “Prao Maguillo”.

OBRAS AGRICOLAS E INDUSTRIALES

PARATAS
La agricultura es uno de los dos sostenes económicos de la zona. Muchas costumbres, bailes y dichos giran en torno a los cultivos y el campo.
En lugares como la vega el terreno es amplio y llano; pero no todo el mundo tenía un “piazo” allí. Había que ganarle terreno al monte para poder sembrar una “miaja de holtal”. Parajes como “Los Orianos” o “La Talilla” han sido conquistados por la formación de paratas o bancales, siguiendo la misma técnica constructiva que para las paratas urbanas. Tras el progresivo abandono de los cultivos, estas paratas están nuevamente reconquistadas por el monte y sufren un deterioro considerable

ALBERCAS
Como en cualquier otro lugar, el agua para riego debe almacenarse para ser utilizada en el momento preciso. Estos almacenes de agua pueden ser de diferentes capacidades y van desde los llamados “pocicos” hasta grandes albercones.
El "pocico" es un cráter o socavón cavado a la salida de un manantial de agua en el que se almacenan un par de metros cúbicos de agua, todo lo más, y por lo tanto solo puede abastecer a un pedazo pequeño de tierra. Las paredes que retienen el agua están formadas por la tierra extraída para hacer el hoyo y la salida del agua se produce por la apertura del talud, con una azada, a la altura de la acequia de conducción.
Existen también albercas de obra de mediana capacidad ( alrededor de 25 metros cúbicos) capaces de abastecer a varias propiedades. Fabricadas con piedra y mortero y enlucidas también con mortero, poseen como tapón un lío de trapos que encaja a presión en el agujero de salida de agua. Una cuerda atada a ellos sirve de dispositivo de apertura y como rebosadero se suele colocar una teja de forma que el agua caiga a chorro y no erosione la pared.


Pantano comunal de riego.

El pantano comunal de riego es un albercón de gran capacidad (más de 100 metros cúbicos) que se abastece del Arroyo de los Anchos. Tiene forma de elipsoide deformado y Leonides nos comenta que “lo hizo el tío Valentín hará lo menos 40 años, cuando estaba en El Bodegón y costó 10.000 pesetas y fue como un presipuesto que hizo él. El buscó a los obreros y les pagó y luego hizo un recorrido, una lista pa toa la vega y entre tos pagamos el pantano. Tos los piazos tienen sus horas de agua”. Últimamente, al igual que la mayoría de obras o servicios comunes, se encuentra en mal estado, habiéndose acumulado en el fondo gran cantidad de cieno y piedras.
El agua de estos depósitos se conduce a los piazos por acequias y cuando es necesario salvar algún obstáculo (un arroyuelo o barranquillo) se utiliza una canaleta fabricada con uno o varios troncos vaciados.

“TINÁS”
La ganadería es la segunda actividad económica tradicional de la zona. Numerosos rebaños de oveja segureña pastan por la sierra siendo el rebaño de Urbano y su hijo Francisco el único establecido en el valle. La tiná es un cobertizo o nave donde tener recogido en ganado (ovejas y cabras principalmente). Suele ser una obra sencilla con una o dos puertas de acceso y sin ventanas. El tejado es a una agua , como la mayoría de las edificaciones y puede tener un corralón formado con muros de puedra donde poder hacer diversos trabajos con el ganado. El estiércol, que periódicamente debe ser retirado de la tinada, es muy apreciado para ser utilizado como nutriente para el hortal.
Numerosas tinadas abandonadas, ya sin tejado y medio caídas, nos hablan de un pasado con gran actividad ganadera.


“Tiná”  en “Prao Maguillo”.

ERAS
La era es una explanada generalmente circular y empedrada utilizada para trillar el cereal. Acostumbran a situarse cerca de la cuadra o granero en el que se almacenará el grano conseguido y la paja resultante y para facilitar el traslado suele estar en un plano elevado, nivelado con la entrada del granero. Otras veces se construye donde se puede, por problemas de espacio, y tanto la construcción de la misma como el trasiego del producto obtenido se hace bastante penoso. Cuando se instalan en pleno monte, se hace necesario cavar en la ladera hasta que el terreno quede nivelado y se ha de construir un muro de contención semicircular que sujete el terreno en la parte donde se ha horadado más.
Generalmente el empedrado conforma una estructura radial y los huecos entre radios se rellenan con piedras sin ordenar. El tamaño de estas piedras no suele ser mucho mayor que el de un puño cerrado y se insertan en el terreno a presión y sin ningún tipo de material de unión.
Las eras suelen ser, al igual que los hornos, de dos o más vecinos y el trillo utilizado en esta zona es un patín de madera lo suficientemente ancho para que una persona pueda estar de pie sobre él y doble de largo que de ancho aproximadamente. El la parte inferior del tablero se incrustan gran cantidad de trocitos cortantes de piedra de sílex y a veces también se insertan longitudinalmente dos o más cuchillas de hoja de sierra las cuales, al pasar sobre la parva, separan la paja del grano.
Hoy día muchas de estas eras son irreconocibles dado el abandono que sufren o bien, han sido destruidas.


  Era. La vegetación se adueña de ella poco a poco.


La Molineta.

MOLINOS
El molino está dedicado a la obtención de harina a partir del grano cosechado en la zona. El molinero cobra quedándose con un porcentaje de la molienda. Que sepamos, el único molino existente en la zona es el de La Molineta (entre el cortijo de Los Juanes y La Conquista)del que apenas quedan en pie un par de vetustas paredes. El funcionamiento es hidráulico, obteniéndose el agua del Arroyo de Los Anchos que encauzada por una acequia, cae por gravedad con fuerza para accionar el mecanismo.
De más reciente clausura es el molino existente en el Arroyo de las Tres Aguas. Todavía se conserva el canal por el que el agua se precipitaba a las paletas y la salida de aguas en forma de arco de medio punto.

LA ARQUITECTURA DEL PODER (C.F. EL BODEGON).
La casa forestal de El Bodegón es una de las muchas casas construidas en toda la sierra en los años cuarenta. Cuando empezamos a escribir este panfleto los tres edificios estaban en semi-ruina. Ahora, unos meses más tarde, se encuentra totalmente arruinada. Las tejas han sido quitadas o retiradas y la estructura del tejado se hunde, puertas y ventanas también han desaparecido y no tardará en caer lo poco aprovechable que allí se pueda encontrar.


Casa Forestal  “El Bodegón”.

A pesar de que son unos edificios (Casa, cuadras y almacén) que rompen con la estética y vistosidad de las construcciones populares, pensamos que no desentonan con el paisaje y creemos que merece la pena salvarlas  de su inminente desaparición. Las posibilidades de cesión de estos edificios a empresas o personas que presenten proyectos de utilización más o menos racional de estas espléndidas edificaciones, abre una vía de salvación (aunque con algún recelo).
Como obra pública o privada (no sabemos por quién se hizo pero la insertamos en este apartado) nefasta por el impacto negativo que ha supuesto para el medio ambiente de la zona no podemos obviar el basurero que, hasta hace poco tiempo, ha estado funcionando en la cabecera del valle próximo a "La Cañá del Sabucal". La privilegiada situación de este vertedero (en un hermoso collado) propiciaba que, con los constantes y no precisamente suaves vientos reinantes en el lugar (además de la soberbia protección instalada para minorar sus efectos y evitar la entrada de animales, consistente en una paupérrima alambrada de metro y medio de altura) plástico y papeles sintieran poca simpatía por el emplazamiento asignado, esparciéndose por doquier. Han sido numerosas las críticas que ha necesitado recibir este inmundo reducto para que haya sido, ¿finalmente clausurado? 

PROBLEMÁTICA RECONSTRUCTIVA ACTUAL.

A LA BUSQUEDA DE UNA CASA.

La inquietud de tener una casa en la sierra a la que acudir siempre que se pueda o quiera, compensaría de algún modo el no tener el arrojo necesario para dar el gran salto, dejarlo todo y marcharnos a vivir allí.
Todavía estábamos viviendo en Madrid cuando decidimos, medio en serio medio en broma, buscar casa en Segura. Nos habían comentado la posibilidad de encontrar casas muy baratas en la zona. Excursiones en coche, a pie o en bici por lugares como La Ballestera, Los Goldines, La Platera, La Toba, Marchena, Las Gorgollitas, La Huelga Utrera, Los Fresnos, etc., etc. dieron infructuosos resultados hasta que recalamos en la casa de Lorenzo el guarda, en la Venta de Rampias. Nos informó que un tal León “El Pipas” tenía una casa en venta más arriba de Los Anchos. Enfilamos el Citroën Visa hacia el lugar y, según íbamos avanzando, aquello nos gustaba más y más por lo alejado, “inaccesible y virgen”. Nada más llegar a Prado Maguillo nos topamos con Basilia Y Leonides. El con su pitillo liado a mano en la boca y ella con un atuendo que nos pareció el de una meiga gallega y nos hizo recordar temores infantiles. Una vez saludados les preguntamos si se vendía alguna casa por allí a lo que contestaron que allí todo estaba en venta. Nos enseñaron varias casas en muy mal estado para al final ver la de “El Pipas” y otras dos más pegadas a ella que fueron las que más nos gustaron. Un par de viajes a Orcera a hablar con los dueños, unos tiras y aflojas, y a continuación a la notaría.
Esta no es una aventura singular, genuina o pionera sino que puede ser a grandes rasgos la protagonizada por cualquier buscador de casas en la sierra.

 

PROBLEMÁTICA LEGAL

“Largo tiempo abandonadas, ahora comienzan a poblarse. Perdiendo, eso sí, parte de su gracia, de su encanto, con inopinados retoques" (Berges Roldán 1986).
Cuando nos disponemos a adquirir un inmueble en el valle, debemos de tener en cuenta si la finca “es propiedad” y dispone de escritura inscrita en el Registro de la Propiedad o por el contrario es “del estao”. Para hacernos una idea de cómo se llevaron a cabo las expropiaciones en la Sierra de Segura y entender como se perdieron propiedades “de toda la vida” es esclarecedor, leer el libro “Los Hornilleros”. Por lo que se ve, en esta zona, los ingenieros de montes no se anduvieron con chiquitas y, tomando puntos de referencia cómodos, realizaron unos rectilíneos deslindes.


Encontramos edificaciones en los lugares mas recónditos.

Prácticamente todo Prao Maguillo es propiedad así como la mayoría de los pedazos de labor. En Los Anchos sin embargo casi todo es del “estao” pagando los moradores de las casas un canon anual por su uso. Hemos de saber que si compramos una casa de estas, lo que estamos comprándole en realidad al vendedor es el traspaso del canon ya que no podremos escriturar la casa a nuestro nombre.
Cortijos Aislados como por ejemplo el cortijo de la Hermanica Rosario si que tienen la propiedad y además suelen contar con tierras de labor y/o monte que se venden en un solo lote.
El caso de Prao Maguillo  es un poco complicado pues de muy antiguo existe una escritura de propiedad en la que está comprendida toda la cortijada. A efectos de notaría e inscripción en el Registro de la Propiedad esta escritura no sirve de mucho y el notario advierte sobre la falta de titularidad de la misma, por lo que habrá de ser inmatriculada al amparo del artículo 205 de la Ley Hipotecaria, pero nos sirve como garantía para saber que lo que vamos a adquirir es parte de una propiedad que sí está Registrada. Este artículo de la Ley Hipotecaria supone que durante un año ha de ser expuesta en el tablón de edictos la operación de compra-venta por si hay alguna reclamación por parte de algún tercero y si no llega tal acontecimiento, pasado este tiempo, la casa será inscrita en el Registro a nuestro nombre.
La propiedad global (legal) de Prao Maguillo se divide a su vez en 29 propiedades (tradicionales). Esta propiedad incluye además las anchuras de la aldea que son las calles y los terrenos que circundan la misma. A cada propiedad tradicional le corresponde una parte de anchuras pero como desde la época en la que se dividió la aldea en las 29 partes, se han realizado varias operaciones de compraventa, hay casas que se han quedado sin su parte correspondiente de anchuras ya que el vendedor las vendió sin este derecho, reservándoselo a sí mismo para alguna cuadrilla o casilla construida con posterioridad y que no tenía parte de anchuras. Otras veces también se puede vender con solo media parte. El concepto de anchuras es un poco abstracto ya que al no estarle asignado a su propietario original la parte correspondiente, nadie sabe cual es su parte o su media parte de anchuras y cuanto más tiempo pasa y operaciones de compraventa se hacen, más se van dividiendo las partes de anchuras. Por lo tanto todo (las anchuras) es de todos y “si yo me pongo a estar en la puerta de tu casa no puedes decirme nada porque eso es tan mío como tuyo” nos comentaba Basilia. Pero para evitar conflictos, desde siempre, se ha entendido que la zona que hay delante de una casa es prioritaria para ese vecino así como los árboles plantados por este por lo que si dan producción (nogueras o frutales), esta será para el que lo plantó. No está bien visto  el tapiado o cercado de cualquier parte de las anchuras o tomar terrenos de las mismas para ampliar la casa, sobre todo si de nuevos vecinos a tiempo parcial se trata.
Pasaron ya los tiempos en los que se podía adquirir una magnífica casa (por tamaño y no por su estado) con terreno incluido a un precio irrisorio. Ahora el serrano se “sube un poco a la parra” a la hora de pedir dineros y el más humilde cuchitril o cuadra no se pone en venta por menos de un millón de pesetas. La llegada de nuevos pobladores de temporada que hemos comprado al contado y sin problemas, la figura del Parque Natural y el hecho de ser propiedad ha supuesto una revalorización notable de las fincas o mejor dicho del suelo urbano. No obstante el regateo es un arte del que el serrano vendedor no rehuye y, con dinero en mano, pueden conseguirse sustanciosas rebajas.
Como costumbre, el vendedor no quiere saber nada de costas de escrituras y papeleos y advierte que él firmara lo que sea necesario pero los gastos corren por parte del comprador. Si el vendedor ha hecho ya escritura a su nombre del inmueble o parcela, podemos pedirle que nos la entregue libre de cargas y gravámenes o que corra con los gastos de liquidación ya que no suelen pagar la contribución y otros impuestos municipales.
Otras acciones legales a realizar son la realización de alteración catastral y la comunicación al ayuntamiento del cambio de titular para el cobro de aguas y basuras.
Si entran en la compraventa pedazos de tierra, verificaremos si son de regadío o secano pues los primeros tienen bastante más valor que los primeros aun cuando no pensemos utilizarlos nunca.

MANOS A LA OBRA

Una vez salvados todos los escollos anteriores, pongámonos manos a la obra.
La ilusión y entusiasmo que a muchos nos ha producido el hecho de poseer una casa en tan admirable lugar se torna preocupación, y abatimiento a veces, en el momento de acometer una intervención, necesaria sin lugar a dudas.
Podemos tener una casa cuyo aspecto interior y exterior, aparentemente sea bueno o cuanto menos habitable, pero una inspección con detenimiento nos hará recapacitar. Podremos ver como algunas o muchas vigas del tejado están podridas por las goteras, el mínimo roce a una de las paredes hace que se caiga parte del encalado y así mil y una incidencias más.
El binomio tradición -  modernidad (en lo que a construcción popular se refiere) es complicado hacerlo coexistir, sin embargo, una casa tradicional no tiene porque no adaptarse al modo de vida actual pues con ingenio y un poco de sentido práctico (al igual que los anteriores moradores), la vivienda aceptará sin problemas todo tipo de comodidades.
Con respecto a la estructura de la casa o muros de carga diremos que en general interesa más mantener, siempre que se pueda, que demoler y construir de nuevo, aunque sea con material recuperado ya que:
a)   La  demolición total o parcial es un trabajo muy pesado que debe ser realizado a mano si nuestra casa está adosada a otra ya que de hacerlo con una máquina (retroexcavadora), corremos el riesgo de dañar seriamente la casa del vecino. La primera y por ahora única demolición de una casa con maquinaria supuso toda una convulsión en Prao Maguillo y la gente que había por allí asistió alucinada al espectáculo.
b)   Volver a levantar un muro de carga con piedra grosera (mampostería) requiere de una persona que domine bien la técnica y esté dispuesto a lanzarse a semejante aventura.
c)       El peso del material y el hecho de no presentar caras regulares hace que sea un trabajo lento y penoso tanto para el constructor como para el que tiene que pagar el jornal de este.
d)       Será más difícil embutir instalaciones de luz y agua.

Como ventajas tendríamos:
a)       Podemos hacerlo nosotros mismos si tenemos poca prisa, mucha fuerza de voluntad y experiencia en albañilería con el consiguiente ahorro en jornales y material pues solo tendríamos que poner arena, cemento o cal y agua
b)       Solidez a toda prueba. Como suele decir Wolfgang, el del Chaparral  con ese acento medio germánico, medio sevillano, medio serrano: “mejor muro que uno de estos no lo vas a encontrar en ningún lado”.
c)       Aislamiento térmico y acústico garantizado, si se hacen del grosor adecuado.

Pero lo anterior huelga si los muros de que disponemos están aplomados o solo tienen un ligero desplome. Siendo así y contando con que la cubierta habremos de desmontarla en todos los casos podríamos proceder a la consolidación de los muros y sin que sirva como paradigma a seguir, de esta forma:
Preferentemente con la cubierta ya desmontada procederemos al picado de las paredes por dentro de la casa (o por fuera, da igual) con una piocha o “picola” hasta dejar la piedra vista, profundizando lo más posible en el calicanto primitivo. Esta operación resulta bastante sencilla porque la cal y el mortero se desprenden con bastante facilidad. Asimismo también pueden y suelen desprenderse también piedras en la zona en la que estamos picando con el peligro de lesionarnos. También debemos protegernos los ojos con unas gafas adecuadas y ponernos una mascarilla antipolvo pues se produce mucho.
Una vez picada la pared, la lavaremos bien con una manguera hasta dejar las piedras y huecos lo más limpios posible para que el nuevo relleno pegue bien. Este relleno de huecos podemos hacerlo con mortero de cemento (o cal) y arena, proyectando con fuerza la masa a los huecos sirviéndonos de una paleta o bien con las manos, previamente de habernos puesto en ellas un guante de látex o similar. Realizado este tosco enlucido, esperaremos un tiempo para que seque un poco y nos dispondremos a refinar la pared con el mismo tipo de mortero y ayudados de una llana o “plana”, para terminarlo con un fratasado de esponja muy húmeda.
Consolidada ya esta parte (interior por ejemplo) procederemos de igual manera con la exterior con la diferencia de que podemos darle un acabado más rugoso a la fachada utilizando para el mortero grava fina y solo un poco de arena.


Casa intervenida, con detalles positivos y otros no tanto.

Ya tenemos las paredes saneadas pero seguimos teniendo el problema de la falta de cimentación de las mismas por lo que las grietas y tendencia al desplome en las paredes estarán al acecho. Debido a que la altura en las cámaras suele ser escasa, parece ser que, para solucionar este problema y el anterior, da buen resultado construir un zuncho perimetral de hormigón y acero corrugado sobre los muros de la casa.


El “Maestro lumbrero” y sus obreros especializados en plena intervención.

Como encofrado podemos situar muretes paralelos de ladrillo tabiquero de doble cámara subiendo un par de hiladas. Con esta operación además de ganar unos 25 cm. de altura en la cámara, aseguramos notablemente las paredes y además tenemos un excelente apoyo para las vigas del nuevo tejado.


Elevación de muros con bloques de termoarcilla.

Para la reconstrucción del tejado podemos reciclar las vigas viejas y tablas que estén en buen estado añadiendo el material nuevo que haga falta. Sobre las tablas podemos colocar algún material impermeable y aislante (y si además es transpirable, mejor aun)  y sobre este, la teja recuperada.
Todo lo anterior debe ser supervisado y dirigido por el personal cualificado que corresponda, además de obtener las licencias  y proyectos necesarios para acometer la intervención.
Es recomendable leer las normas subsidiarias del ayuntamiento de Santiago-Pontones, para conocer que podemos y no podemos hacer, así como la normativa del Parque Natural.
Como conclusión podría decirse que no es necesario realizar intervenciones radicales (salvo casos extremos) en estas viviendas, ni transformar en exceso su estética para adaptarlas a nuestras necesidades ya que, desde nuestro punto de vista y pese a los errores cometidos, son las que más y mejor se integran en el entorno, siendo un patrimonio que merece la pena conservar.



Desafortunadas intervenciones.


BIBLIOGRAFIA


- Arquitectura rural de la Sierra de las Cuatro Villas. De. Diputación Provincial de Jaén 1986.
                LUIS BERGES ROLDAN.

- Notas para el estudio del habitat rural de la provincia de Jaén. Estudios Geográficos N-64. 1956
R.   CABANAS.

- Apuntes para la etnografía de la Sierra de Segura. El “royo de los Espinares” (Valle de los Anchos) de     Santiago-Pontones. Diputación Provincial de Jaén 1998.
                JOSE LUIS GARRIDO.

- Arquitectura popular española. De. Aguilar (cinco tomos) 1974.
                CARLOS FLORES.

- La casa popular en España. De. Conferencias y Ensayos S.A.
C.   DE CARDENAS.

- Obra dispersa (tomo IV). Instituto de España 1982.
                L. TORRES BALBAS.

- Los Hornilleros. Edit. Cayfosa. Barcelona 1979.
                JUAN LUIS GONZALEZ RIPOLL.

- Vivir en el campo. Monográfico nº 16 de la revista INTEGRAL. 1987
                LORENZO MEDIANO.

- El libro de la casa natural. De. OASIS S.L. 1991.
                DAVID PEARSON.



EPÍLOGO


El desarrollo económico de la Sierra de Segura se enfrenta a un futuro incierto. Se está a tiempo de plantear un sistema de explotación turística no tan agresivo como en otros lugares en los que ha desaparecido la cultura tradicional en beneficio del dinero rápido, conseguido sin el mínimo escrúpulo.

Sería lamentable tener que llegar al extremo de tener que implantar una normativa de restricción de accesos, expropiación de inmuebles y terrenos, etc., como ya se ha hecho en alguna comunidad autónoma.
Somos conscientes de que recuperar las técnicas y materiales de construcción de antaño es muy complicado ya que suponen un considerable esfuerzo físico para recopilar la materia prima y usarla. Pero en el peor de los casos, podremos darle a la obra nueva el aspecto y el “sabor” tradicional, al menos en la parte externa.
Esperamos que proyectos como las iniciativas comunitarias ADAPT a través de las cuales la FENPA (Federación de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía) en colaboración con la Junta de Andalucía (Consejería de Medio Ambiente) organizó un programa de cursos muy interesantes para el desarrollo local, no queden en un mero despunte o inversión justificativa para seguir recibiendo fondos y el eslogan “UN PARQUE NATURAL COMO ORIGEN DE UNA NUEVA ACTIVIDAD PRODUCTIVA” , sea algo más que varios panfletos publicitarios repartidos por la sierra.

El poco tiempo disponible y, como dijimos al principio, los escasos conocimientos, ha hecho que muchas cosas se hayan podido quedar en el tintero. Ya veremos si más adelante podemos completar este grato entretenimiento con más información y nuevas peripecias serranas.


No podíamos terminar sin hacer una mención especial a los verdaderos artífices de la mayor parte de este compendio que no son otros que nuestros vecinos Basilia y Leonides. Han sido sus comentarios, conversaciones y sabiduría base fundamental en la que apoyarse y lanzarse a hacer esto. Desgraciadamente no podemos disfrutar de su compañía tanto tiempo como antes ya que debido a su delicado estado de salud, viven casi todo el año en Arroyo Frío (cerca de Cortijos Nuevos) y solo suben unos días en el verano.
                Agradecemos también la colaboración desinteresada de nuestros vecinos Juan José, Evelia y a su hijo Alberto, deseando que pronto puedan ver cumplido su deseo de venirse a Prado Maguillo a vivir todo el año, a Damasa, a Gervasio de Los Anchos, a Cristóbal Vico y a José María Cabeza.



2 comentarios:

  1. MAGINIFICO,
    Solo he empezado a leerlo pero me parece un trabajo magistral y muy muy bien enfocado....
    Lo tengo que leer con calma.
    La arquitectura tradicional serrana es algo que me apasiona, tambien para mi Luis Berges, sus dibujos, y su puntos de vista sobre los cortijos y la gracia de sus construcción original, es toda una referencia.

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  2. Me gustaría ponerme en contacto con el autor de este trabajo, gracias. Mi correo es toniespeleo arroba hotmail.com

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