Calar de las Las Palomas.

El Calar de Las Palomas es una de esas montañas que siempre hemos considerado que está "muy a mano", es decir, que como está cerca y con buen acceso a su base, hemos ido demorando esta muy interesante ascensión. Si temor a equivocarnos demasiado, nos encontramos en una de las zonas del parque que por su orientación y altitud, acumula mayores espesores de nieve. Nevó hace más de 2 semanas y no sabemos a ciencia cierta cuanta nieve nos encontraremos aunque nos preocupa mucho más el hielo que la nieve. Hemos aparcado nuestro coche en el nacimiento del río Segura y el panorama, además de gélido, es desolador, desde Pontón Bajo no hemos visto un alma y eso que la mañana está ya avanzada.

Aviso importante: La actividad aquí publicada comporta un riesgo importante por lo que se hace necesario observar y valorar este riesgo, así como el uso del material adecuado.

Hasta el nacimiento, la carretera estaba limpia, con nieve en la cuneta pero perfecta para transitar. Nada más empezar a caminar el asunto cambia radicalmente y el camino que sube por el Boquerón es un cristal.

Ha debido de pasar un tractor quitando algo de nieve. Las rodadas están imposibles.

 Alcanzando la Cañada de la Cruz.

 La Cañada es una especie de témpano por el que cuesta avanzar sin resbalar.

 Nuestra montaña se muestra impresionante.

 Es esta toma puede apreciarse bien que las apariencias engañan. No es nieve, es hielo y muy duro.

 La laguna de la Cañada de la Cruz muestra el típico aspecto invernal.

 El tractor quitanieves abandonó su tarea unos cuantos metros antes y el camino es casi imperceptible.

Foto panorámica. Desplazar la barra inferior a la derecha para ver el resto de la foto.

 Acercándonos a la fuente de Las Palomas.

 Desde este punto podemos ver el vértice.

 Chopera y casa de Las Palomas.

 Junto a los tornajos de la fuente vemos una zona libre de hielo y la creemos adecuada para iniciar el ascenso a la montaña.

 La pendiente es muy exigente. Avanzamos tratando de evitar el hielo, buscando calvas.

 Nada, que en un periquete alucinamos con el paquete de nieve que tiene la zona.

 La casa de Las Palomas, que no se caracteriza por ser especialmente bella, es una referencia visual magnífica.

 Nos sorprende mucho la subida. Leímos con atención el excelente trabajo de José Antonio Pastor: Efectos ópticos en la montaña (I) y la verdad es que esta debe ser la excepción que confirma la regla. La montaña parece muy asequible por esta vertiente, desde la Cañada de la Cruz se ve con bastante pendiente pero no impone. Bien es verdad que con hielo la cosa cambia mucho pero hemos de decir que si se quiere hacer un "todo tieso", es complicado. También es cierto que las montañas que pone como ejemplo José Antonio están a otro nivel pero, si nos confiamos, esta modesta montaña puede meternos en un problema. Se alternan zonas de piedra muy suelta con otras de hielo puro y duro y hay que prestar mucha atención. Hemos de tener en cuenta que vamos subiendo, la bajada será peor.

 La casa y la laguna pronto quedan muy abajo.

Es invierno si, pero...

 El Cortijo de Serafín.

 Hemos hecho zig-zag, tratando de evitar lo inevitable y

 en la parte alta topamos con áreas de dolinas que acumulan mucho "material".

 No obstante nos escoramos a la izquierda intentando ganar la cresta para buscar un paso libre de nieve.

 El ventisquero queda a la derecha y subimos por el pedregal de la solana pero,

 al alcanzar la cresta nos encontramos con dos cosas: a) Un abismo infame hacia el este y b) Una vista excepcional. Lástima de no poder disfrutarla mucho porque el viento azota sin piedad y el sudor se enfría rápido.

 Castellón de Los Miravetes.

 Hacia el este tenemos el "vacie" y hacia el oeste tenemos esta especie de tsunami helado.

Examinado la consistencia del "merengue".

Rebasamos el obstáculo y tras otra corta pero bronca subida alcanzamos el vértice geodésico.

 La vertiente este es un precipicio helado. Hay que tener mucho cuidado.

 Vistas varias desde la cima.

 Esta vista, si bien no de mucha calidad, nos llena de gozo. Si, si, sur de España, montañas de poca altitud, pero panorama sin nada que envidiar a otras de renombre.

 "Mar arbolada".

 Nuestro "amigo" el chopo del Campo del Espino.

 Como ya hemos dicho en otras rutas, "esta no necesita presentación".

 Picón del Galayo, otra interesante montaña que pronto ascenderemos.

 El trapezoidal Almorchón.

 Yelmo.

 El techo del parque.

 Sierra de La Cabrilla.

 Banderillas.

 Refugio Campo del Espino.

 Podemos concluir que este macizo es un excelente mirador.

 Otra foto de la zona de Campos y Castril-Cabrilla.

 Peña Corba.

 El Aguilón del Loco.

Foto panorámica. Desplazar la barra inferior hacia la derecha para ver el resto de la foto.

 Iniciamos el descenso procurando evitar los ventisqueros.

 Pero claro, acabamos yendo hacia la zona mas empinada.

 Sin embargo continuamos disfrutando del privilegio de esta vista abrumadora.

 Dirigiéndonos hacia la calva que tenemos al fondo.

 Vamos a terminar la bajada por una vaguada con orientación norte y que finaliza en el Vallejo del Buitre (Según el mapa de Alpina).

 Solitarias acacias se aferran aquí a una dura existencia.

 La vaguada desciende suavemente pero

 con la nieve tan dura que cuesta hincar la herramienta.

 De nuevo en la Cañada de la Cruz.

Y acabamos donde iniciamos el recorrido, admirando el poder de la naturaleza.

Tiempo empleado: 5 h. 30 min.

Fecha de realización: 09-02-2013.

Distancia (ida y vuelta): 14 kms.
Desnivel positivo: unos 600 mts.
Dificultad: media-alta.
Época recomendada: Todas incluso en verano.
Fuentes: Fuente de Las Palomas.
Distancia desde Prado Maguillo hasta el inicio de la ruta: 38 km. aprox. (60 min.).