Sierra Mágina es un macizo montañoso excelso al mismo tiempo que poco transitado por los amantes del senderismo aunque, esta situación va corrigiéndose en los últimos años con una afición cada vez más arraigada entre la población provincial. No obstante fuera de Andalucía es una gran desconocida a pesar de que algunas publicaciones han insertado algún artículo entre sus páginas. Turismo & Aventura en un artículo de 1999 titulaba "Murallas entre olivares". El título creemos era bastante acertado, no así el resto del reportaje. El cordal principal presenta la orientación típica de la mayoría de las cadenas montañosas españolas, es decir, este-oeste. De este modo nos ofrece una laderas sur y norte bastante escarpadas y con desniveles notables. Con esta configuración y también por su altitud, la cara norte recibe anualmente considerables precipitaciones en forma de nieve que otorgan a estas montañas un bello aspecto durante los meses fríos. Así podemos asegurar que esta montaña es el último reducto del líquido elemento en estado sólido de la provincia cuando la primavera está bien avanzada (Nevero de la Loma del Ventisquero que a veces rivaliza con el de la canal de Empanadas). Es precisamente en el sector norte de la sierra y al pie de una de sus cimas más características donde podemos desfrutar de este delicioso recorrido. Aquí, el agua se convierte en el protagonista de la ruta y debemos estar dispuestos a mojarnos los pies en alguna que otra ocasión. El camino habitual (señalizado) parte desde la localidad de Albanchez de Mágina pero nosotros lo realizamos por el camino de las huertas, más interesante desde nuestro punto de vista.
La ruta arranca a un escaso kilómetro de Albanchez, sobre el puente del Río Albanchez, siguiendo la pista asfaltada que une esta localidad con Bedmar. Pasado el puente, a la derecha, arranca un carril que avanza paralelo al río, que será el que seguiremos.
Desde el puente tenemos buenas vistas de Albanchez, su castillo y el "Cerro Natín" (Aznaitín).
El carril remonta suavemente el río entre olivares y huertas y en estas fechas la primavera, que se ha hecho de rogar este año, ha explotado de repente.
Cerezos con el fruto desigualmente desarrollado.
Hemos de tener en cuenta que las huertas son propiedad privada y por lo tanto hemos de respetarlas. Es normal encontrarse con algún hortelano que nos confirmará que vamos en la buena dirección.
Hay que vadear en varias ocasiones el río. En época de deshielo o lluvias, el caudal se incrementa notablemente.
Monteagudo y Cárceles vigilan permanentemente nuestro caminar.
De nuevo un vado entre la espesura de zarzas, higueras, etc.
En este vado vemos que un senderillo continua por la margen izquierda del río, que tomaremos.
El sendero discurre sobre una conducción de agua, elevado unos metros sobre el cauce y hemos de superar un tramo que ha sufrido un derrumbamiento y es algo incómodo de salvar.
Vemos a unos senderistas que trepan por esta ladera que superaremos tras visitar
La Cascada del Zurreón.
Una vez visitada la cascada hemos de volver unos metros hacia atrás y cruzar el río por unas grandes piedras y dirigirnos hacia este fuerte repecho el el que podemos subir por trochas marcadas por los senderistas. Hay que tener algo de cuidado en el último tramo de subida.
Desde arriba, gozamos de excelentes vistas.
Bajamos este alto y ya en el lecho del río, nos incorporamos al sendero balizado.
El valle se va estrechando y encajonando cada vez más y pronto tendremos enfrente y muy arriba las crestas de Monteagudo.
El sendero se aparta un poco del cauce y afronta algún tramo de subida moderada.
Como tendremos ocasión de observar durante todo el trayecto, la zona es nuy interesante, geológicamente hablando, además del aspecto botánico e hidrológico.
Después de un inicio de primavera inusualmente frío, han llegado unos días inusualmente cálidos y la vegetación "despierta" a marchas forzadas.
Numerosas cascadas podemos admirar.
De nuevo el camino baja al cauce y tendremos que vadear el río en numerosas ocasiones.
Llegamos a un encajonamiento que debemos superar por el mismo cauce superando un tramo rocoso en el que, seguramente, nos mojaremos. Hay que tener algo de cuidado porque las rocas están pulidas y resbalan.
Rebasado el estrecho, que además es la unión de los arroyos de las Eruelas, giraremos a la derecha siguiendo el cauce más abundante.
La otra cara de los crestones.
Maravillas geológicas en forma de pliegues que salen a nuestro encuentro.
Algún arroyo tributario del principal de incorpora a este por su margen derecha.
Y, bueno, lo de siempre. Aunque claro, que se puede esperar de alguien que consume un producto en el que figura impresa esta advertencia.
Nuevamente el sendero sube con decisión avanzando por una ladera muy inclinada, superando algún paso delicado.
De nuevo llaneando con un pequeño abismo a nuestra derecha. Hay que extremar las precauciones si se va acompañado de niños.
Pronto veremos que el valle finaliza bruscamente en un paredón vertical.
Hemos pasado al margen izquierdo del arroyo y atravesamos un canchal en el que hay quue ser, de nuevo, cuidadosos.
Ir encajonados nos hace olvidar un poco las alturas. Merece la pena echar un vistazo.
Y enseguida llegamos a la cascada, un lugar realmente bello y relajante.
La erosión y los depósitos calcáreos han esculpido este impresionante paraje.
La parte inferior de la cascada presenta oquedades que pueden ser visitadas.
También podemos trepar un poco por el canchal para tener otra perspectiva del salto de agua.
Y volveremos por el mismo camino después de deleitarnos con la sinfonía acuática.
Durante en camino de vuelta podemos admirar pliegues que quizás se nos pasaron durante el trayecto de ida.
Las Torcas.
Pero no solo se nos escapó material inerte, también seres vivos.
Finalizada la ruta, reemprendemos el camino de vuelta a casa en una tarde con una luz especial, debida a la cubierta de nubes medias que velan el sol
y que ofrece una bella estampa de La Serrezuela
y del cordal principal.
Fecha de realización 8 de mayo de 2012.
Época recomendada: Todas excepto verano.
Dificultad: Media-baja (Hay algún paso que puede resultar comprometido para algunas personas).
Fuentes: No.
Señalización: Ninguna hasta enlazar con el sendero balizado.
Equipo: Media montaña.
Duración ida: 1 h. 35 min.
Época recomendada: Todas excepto verano.
Dificultad: Media-baja (Hay algún paso que puede resultar comprometido para algunas personas).
Fuentes: No.
Señalización: Ninguna hasta enlazar con el sendero balizado.
Equipo: Media montaña.
Duración ida: 1 h. 35 min.
Me sorprendió esta entrada aunque no fuera lo que andaba buscando. No conocía el sitio y eso que frecuento bastante la zona. A ver si el próximo finde puedo pasarme, si me lo permite le curro.
ResponderEliminarGracias por la info!!
Un saludo,
Horacio
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